Filosofía de la vida según José Ortega y Gasset

Filosofía de la vida

Su filosofía de la vida:

  • Para Ortega, la historia de la filosofía ha discurrido por dos grandes fases o periodos:
    • Realismo: Es la línea que ha seguido la filosofía desde su nacimiento en Grecia hasta los comienzos de la Edad Moderna. Se caracteriza por imponerse la cosa sobre el nombre.
    • Idealismo: A partir de la Edad Moderna. Para esta corriente, quien se impone es el hombre por medio de la razón.
  • Frente a esta dicotomía, Ortega propone que lo verdaderamente importante y real es el yo y las cosas. Con una interrelación entre ambas muy estrecha, se entremezclan, no se pueden separar, se influyen. Esta interrelación entre el yo y las cosas es para Ortega la vida. Para él lo real soy yo y lo que me rodea.
  • Para él la vida es algo que se desarrolla en unas coordenadas temporales y espaciales concretas y a la vez es resultado de la unión del yo y las cosas, no solo yo mismo sino influido por todo lo que me rodea. En sus palabras, la vida, mi vida, soy yo y mis circunstancias. Estas circunstancias es todo lo que me rodea: personas, cosas, usos y costumbres, cultura… es decir, todos los elementos que forman parte de la vida del hombre y que le influyen.
  • Al vivir estamos en continuo cambio y es un continuo hacer cosas, ya sean físicas o mentales, es una creación continua.
  • Sobre el yo, para Ortega no es identificable con el cuerpo, ni con la personalidad, ni con la inteligencia. Para él, el yo “es un proyecto vital de mí mismo, carece de un proyecto vital constitutivo o natural y ha de identificarse con un querer ser algo con lo que se autoidentifica”.

Sobre el tema de la razón:

  • Su filosofía atiende desde muy cerca de lo cotidiano y cambiante, siguiendo de cerca el momento y dando posibles soluciones. Al observar el momento crítico en que se encuentra la sociedad europea, se da cuenta de que la razón ya no da soluciones aceptables, con lo que entra en crisis su fe en la razón humana. No es que la descalifique, sino que se queja que se han cometido muchos excesos en nombre de la razón. En sus propias palabras: Mi ideología no va en contra de la razón, puesto que no admite otro método de conocimiento teórico que ella: va solo contra el racionalismo.
  • Parte de que la vida no puede separarse de la razón. Por lo tanto la razón es vital para el hombre. Así el hombre intenta comprender los elementos de la realidad, desde la función vital que la razón desempeña. Por todo ello, llega a la conclusión de que el hombre actúa y piensa influenciado por las creencias que la humanidad ha ido creando a lo largo de la historia y que el hombre no puede escapar de esa influencia en su momento histórico. De ahí que la razón histórica sea el resultado de comprender toda la identidad humana como resultado final de un proceso histórico de siglos.

Sobre el pensamiento:

  • Parte de la idea de que el hombre piensa, pero lo hace porque se da cuenta de que hay muchas cosas que no conoce. Quiere conocer su presente, su pasado y su futuro, en lo posible, para estar preparado. Por ello afirma que el pensamiento nace de la necesidad de saber puesto que según Ortega al hombre, le duele su ignorancia.
  • Al ejercitar el pensamiento, el hombre tiene ideas. Esas ideas son pensamientos que se le ocurren al hombre dentro de su propia vida: “toda idea aparece dentro de mi vida, es un contenido de mi vida y existe en la medida en que actualmente es pensada por mí y deja de existir en la medida en la que no actúa en mi vida. La idea que me forjo de algo nunca la vivo como la realidad misma, sino como una interpretación mía. La idea sólo existe cuando y en tanto la pienso”.
  • Pero para vivir, el hombre no utiliza sus ideas, sino sus creencias. Él define estas creencias como ideas especiales que están en nosotros y son parte de nosotros. Son una imagen mental, pero en realidad no las creamos nosotros sino que ya han sido creadas antes que nosotros mismos.
  • Él las explica con un ejemplo muy claro y dice que cuando estamos en casa y tomamos la decisión de salir de ella, no hay ninguna razón para dudar de que la calle va a seguir estando en el mismo lugar. Así la existencia de la calle es una creencia para quien va a salir a ella. Si por un momento alguien dudara de que la calle no va a estar donde estaba la ultima vez que estuvo en ella, entonces la existencia de la calle ya no sería una creencia, sino una idea. Concluye: “toda creencia es originariamente una idea que se ha extendido a una colectividad y que ha sido transmitida a los descendientes de esta.
  • Pero ocurre también que la fe es una creencia que se puede perder y entonces es cuando surge la duda. Cuando tengo huecos y vacíos es cuando podré en funcionamiento mi actividad intelectual y trataré de llenar ese hueco con nuevas ideas que acaben convirtiéndose en nuevas creencias.

La vida y el quehacer humano:

  • Ya hemos visto como para el hombre, el yo y las circunstancias son los elementos materiales de la vida. También hemos dicho que el hombre se instala en una serie de creencias heredadas. La circunstancia abre al hombre un inmenso abanico de posibilidades en todo momento de la vida. Por ello la vida es una continua elección de aquello que vamos a hacer continuamente. De elegir una cosa u otra dependerá el desarrollo de mi vida. Así el hombre es libre porque construye su vida con cada elección que hace.
  • El hombre es libre porque tiene la libertad de elegir entre las distintas opciones que se le presentan y además es responsable de su elección, por ello tiene la obligación de llevarla a la plenitud. Así Ortega llega a la conclusión de que “la vida es hacer”.
  • Hacer significa elegir lo que se va a hacer afrontando a su vez las consecuencias de esa elección, de esa manera construimos nuestra historia. En palabras de Ortega: “en suma, que el hombre no tiene naturaleza, sino que tiene historia” “Lo que es la naturaleza a las cosas, es la historia al hombre”.
  • La vida es también el conjunto de ideas y creencias que elabora el ser humano a lo largo de la historia. De esta manera, cada hombre, no llega a estrenar la vida, sino que es heredero de la historia anterior a él y que a su vez recibe. Así la vida de cada uno es lo que uno mismo hace + lo que recibe de los demás: “No, el hombre no tiene pasado porque es capaz de recordar sino, al contrario, ha desarrollado y adiestrado su memoria porque necesita del pasado para orientarse en la selva de posibilidades problemáticas que constituye el porvenir”.
  • Analizando la historia, Ortega propone que en vez de la división por edades, es más real dividir por generaciones. Él lo justifica en que “la generación es la división mínima de la historia que afecta en sus creencias, ideas y costumbres a la vida de cada hombre”. Esto es así porque las generaciones se suceden ininterrumpidamente llevando sus creencias, ideas y costumbres a la siguiente. Según nuestro autor: “cuando una generación trata de conservar lo recibido de sus padres dará origen a una época acumulativa, y aquellas que pretenden superar y cuestionar las creencias de sus padres dan lugar a épocas eliminatorias.

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