Filosofía de Nietzsche: Vitalismo, Moral y la Muerte de Dios

Contexto Histórico

El siglo XIX fue una etapa de conflictos que surgieron como resultado de la Revolución Industrial y la Revolución Francesa, donde se crearon cambios políticos y sociales. Esta época estuvo protagonizada por los artesanos que se vieron empobrecidos y pasaron a formar parte del proletariado, y los artesanos enriquecidos por pequeñas fábricas que formaron parte de la burguesía. En esta etapa se produjo un auge de los nacionalismos, se celebró el Congreso de Viena y la Santa Alianza. En Francia, el Congreso de Viena protagonizó la repartición de Europa tras la Revolución Francesa, y el afán de frenar la expansión de Prusia que terminó con la Primera Guerra Mundial.

La sociedad se dividió en estratos y se creó un nuevo movimiento económico, el capitalismo, que comenzó a requerir una especialización laboral. Se instalaron estados y cortes liberales por las revoluciones de 1830 y 1848. En cuanto a la cultura, aparecieron los diarios, los teatros y los cafés, se crearon escuelas para la enseñanza laboral, y los científicos y pensadores adoptaron un espíritu positivista relacionado con lo práctico, real y metafísico. La característica principal de la filosofía es la disparidad de enfoques, sistemas y escuelas que viene motivada por la crisis contemporánea de los sistemas políticos. Se generaliza una positivización del saber, aunque la diversidad de sistemas filosóficos que se contradecían entre sí en ocasiones, derrumba toda filosofía con actitud de absolutidad y necesidad.

Pensamiento de Nietzsche

Vitalismo

La preocupación por la vida ocupa un lugar privilegiado para Nietzsche, que denomina vitalismo y es la auténtica realidad por la cual el hombre es motivado e impulsado por realidades que condicionan la propia razón. Este pensamiento hace que para Nietzsche la cultura occidental sea de un carácter crítico. Según el autor, el dogmatismo platónico es expresión de decadencia y no puede ser interpretado desde una perspectiva moral ya que se trata de decadencia vital, y que considera una actitud negativa o nihilista creando una síntesis entre el espíritu apolíneo y el espíritu dionisíaco.

Crítica a la Moral

También critica la totalidad de la moral ya que considera un fundamento de la cultura occidental y la clasifica de antinatural. La moral pretende que el hombre sea bueno y modesto, entre otras cosas, aboga por un mundo situado en el más allá que se relaciona con el mundo de las ideas de Platón, proyecta al ser perfecto (Dios) y reduce al hombre.

Nietzsche hace una distinción entre:

  • Moral de señores: Es una moral activa que implanta valores determinados por el que tiene voluntad de poder y es sinónimo de aristocrático y despreciable (se da en la antigua Grecia).
  • Moral de esclavos: Se caracteriza por el instinto de venganza de toda forma de vida que sea superior y pretende nivelar e igualar a todos los hombres mediante la compasión, la paciencia y la humildad, entre otras. Se instala a partir de Sócrates y la refuerza el judaísmo, el comunismo y el cristianismo.

Nietzsche busca implantar la moral de señores frente a la de esclavos, que se consigue a través del superhombre.

Crítica a la Religión

En cuanto a la religión, critica que ésta ha invertido los valores de Grecia y Roma dando el significado de rebelión de los esclavos contra sus señores, ya que todas las religiones hacen una división entre dos mundos, y le dan más importancia al mundo que no existe, como hizo Platón con el mundo de las ideas.

Nietzsche opina que el ser metafísico es absurdo y lo considera un valor subjetivo y ficticio que no es posible conocer ni demostrarlo, anteponiendo el devenir, que es el mundo delimitado por el espacio y por el tiempo, y es experimentado por los sentidos, y que solo el superhombre sería el que, tras completar la vida, podría expresar el deseo de volver a vivirla.

Crítica a la Ciencia

Por último, critica a la ciencia y a su supuesto progresismo y la divide en dos vertientes:

  • Ciencia y moral: Investiga el curso de la naturaleza y nunca puede dar una orden al hombre.
  • Ciencia y estado: La ciencia se convierte en una nodriza y está al servicio de los intereses.

La Muerte de Dios y el Nihilismo

La muerte de Dios es para Nietzsche el acontecimiento más importante ya que significa la destrucción de los valores absolutos, la destrucción de un mundo, la aniquilación de unos valores y la amenaza del nihilismo radical. El nihilismo es la destrucción de los valores en su aspecto ambivalente negativo, y la expresión vital de la voluntad de poder en su aspecto ambivalente positivo.

Para Nietzsche el hombre es un ser defectuoso y enfermo que se niega a abandonar los errores de la cultura occidental y será el superhombre quien comprende el significado de la muerte de Dios y es considerado la esencia de la vida, representa el valor supremo de la vida y tiene como características la mundaneidad, la vitalidad y la creación de nuevos valores.

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