Ortega y Gasset (1883-1955)
Contexto Histórico
La vida de Ortega y Gasset transcurrió en un periodo convulso de la historia de España. La guerra entre España y Estados Unidos en 1898, que culminó con la pérdida de las últimas colonias (Cuba, Puerto Rico y Filipinas), sumió al país en un profundo pesimismo. Comenzó entonces una etapa de Regeneracionismo. En 1908 se reguló el derecho a la huelga y posteriormente se estableció la jornada laboral de 8 horas. Se produjo un incremento de las emigraciones, tanto al campo como a la ciudad, lo que influiría en la idea de educación de masas de Ortega.
Ortega se incorporó a la vida pública de forma oficial al obtener la cátedra de Metafísica en la Universidad de Madrid. En 1914 fundó la Liga de Educación Política Española, aunque ya había estado vinculado a la política a través del periodismo. Se opuso al golpe de Estado de Primo de Rivera, dimitiendo de su cátedra. Con la llegada de la Segunda República, Ortega recuperó su cátedra y se convirtió en un firme defensor de la misma. El estallido de la Guerra Civil y la dictadura de Franco le obligaron a exiliarse. Regresó a España en 1945, donde impartió conferencias y fundó el Instituto de Humanidades.
Contexto Cultural
España en esta época se caracterizaba por un gran retraso. La aristocracia se encontraba cada vez más aislada, la clase media carecía de importancia y estaba muy dividida, y la clase obrera seguía sufriendo pésimas condiciones laborales, organizándose en sindicatos. Surge la Generación del 98, en la que destacan figuras como escritores y pensadores. Personajes como Fernández de los Ríos y Manuel Azaña impulsaron la creación de una Liga de Educación Política para fomentar una mentalidad acorde con las ideas de la Institución Libre de Enseñanza, que abogaba por una pedagogía abierta y liberal para formar una élite intelectual y política que guiara a las masas.
Contexto Filosófico
A finales del siglo XIX y principios del XX, el panorama filosófico se caracterizaba por un nuevo concepto de razón, convivencia y subjetividad, así como por una visión positiva de la naturaleza. Surgieron diversos movimientos, entre los que destaca el negativismo, que considera la filosofía como teoría del conocimiento. Destaca la figura de Husserl y su fenomenología, un método que busca explorar la conciencia humana y la subjetividad, analizando las vivencias. El existencialismo de Sartre también fue una corriente relevante de la época. La dictadura de Franco, en cambio, tuvo poca relevancia en el panorama filosófico internacional.
La Realidad (Ontológica)
Influencia de Nietzsche
Según Nietzsche, la única realidad es la vida. Los conceptos tradicionales de la filosofía se caracterizan por el devenir, el cambio y el movimiento. La realidad de cada hombre es su vida, por lo que esta realidad es perspectiva, relativa e irracional.
Perspectivismo de Ortega
Ortega acepta el perspectivismo de Nietzsche. La perspectiva es el principio organizador de la realidad, por lo que esta ofrece a cada sujeto una vertiente o parte de sí misma. Cada sujeto conoce desde su punto de vista, desde una razón inscrita en sus circunstancias. Sin embargo, esto no le impide acceder a la verdad. Lo que conoce es verdadero, aunque no toda la verdad. Por lo tanto, la realidad completa nunca será conocida, ya que presenta tantas perspectivas como seres humanos.
El Conocimiento (Epistemología)
Crítica de Nietzsche a la Razón
Nietzsche defiende que la razón nos engaña porque nos presenta un mundo estático e inexistente. Cualquier intento de superar lo concreto y particular a través de la concepción supone una aniquilación de la realidad (irracionalismo). Los sentidos nos muestran el mundo real, que es el devenir. El conocimiento es relativo a cada sujeto (relativismo).
Concepción Perspectivista de Ortega
Ortega propone una concepción perspectivista del conocimiento. Si bien cada sujeto conoce desde su punto de vista, desde una razón inscrita en sus circunstancias, estas no le impiden acceder a la verdad. Lo que conoce es verdadero, aunque no toda la verdad. Por lo tanto, la realidad completa nunca será conocida, ya que presenta tantas perspectivas como seres humanos.
El Ser Humano (Antropología)
Vitalismo de Nietzsche
Para Nietzsche, la vida humana es esencialmente inconsciencia e instinto. El ser humano debe tener la valentía de ejecutar sus instintos. Los únicos valores que deben alimentarlo son los vitales (vitalismo). El hombre definido como ser que busca valores absolutos es una ilusión del racionalismo y el cristianismo, que niega los rasgos propios de la vida. Se condena al ser humano a vivir de un modo antivital.
Raciovitalismo de Ortega
Ortega critica el vitalismo de Nietzsche: el ser humano no puede prescindir de la cultura, del deseo de conocer la verdad, actuar bien y contemplar lo bello. Ortega define al hombre como devorador de verdades. Se alimenta de verdades porque necesita saber a qué atenerse. Sin verdad no hay hombre, pero esa verdad solo es accesible para un ser humano que es razón vital (raciovitalismo).
Conflicto y Democracia
El conflicto parece inevitable en las sociedades multiculturales modernas. El etnocentrismo, que considera la cultura propia como la más valiosa, conduce a la discriminación y al sometimiento de quienes participan de otras culturas. La democracia, el sistema vigente en los países occidentales, se ha convertido en el referente político del resto del mundo, aunque atraviesa momentos de crisis.