Filosofía Española Contemporánea
Miguel de Unamuno (1864-1936)
Precursor de la Generación del 98, nacido en Bilbao, Unamuno fue rector de la Universidad de Salamanca. Sufrió deportación y renuncia forzada a su cargo debido a su republicanismo durante la dictadura de Primo de Rivera, regresando tras la caída del régimen. Falleció en 1936.
Su pensamiento, presente en novelas, ensayos y artículos como «La agonía del cristianismo» y «Niebla», se centra en el hombre concreto, subordinando todo a la vida particular. Unamuno explora el deseo humano de inmortalidad y la angustia existencial ante la muerte.
La Historia según Unamuno
Critica las visiones externas y la sucesión de guerras y reyes, defendiendo la intrahistoria: la vida cotidiana que alcanza una dimensión de eternidad, al margen de la historia oficial.
José Ortega y Gasset y el Raciovitalismo (1883-1955)
Nacido en Madrid, estudió en Madrid y Berlín, obteniendo la cátedra de Metafísica en Madrid. Fundó la «Revista de Occidente» y se opuso a Primo de Rivera. Diputado durante la República, se exilió tras la guerra, regresando en 1945. Falleció en 1955.
Sus obras, entre filosofía y literatura, con un lenguaje metafórico y simbólico propio, incluyen «¿Qué es la Filosofía?», «La rebelión de las masas» y «¿Qué es conocimiento?».
Ortega busca sintetizar y superar realismo e idealismo, partiendo de la unión del yo con las cosas: la vida. Critica al racionalismo por dividir la realidad, proponiendo la Razón Vital.
El Perspectivismo
El conocimiento y la realidad se ven desde perspectivas determinadas por nuestra historia y época, complementándose entre sí.
La Razón Vital
Para Ortega, la razón matemática es un uso concreto de la Razón. Propone la Razón Vital, que incluye los fenómenos humanos, sustituyendo las categorías tradicionales por las de la vida:
- Encontrarse
- Ocuparse
- Perspectiva
- Libertad y proyecto
- Circunstancia
- Temporalidad
La Historia según Ortega
El hombre se hace en la Historia, eligiendo forzosamente. El cambio histórico no es homogéneo, con periodos de estabilidad llamados generaciones (15 años). Distingue entre masa (conservadora) y minoría (innovadora), y las transformaciones sociales surgen de la relación entre generaciones: homogéneas (acumulativas) y heterogéneas (revolucionarias).
María Zambrano (1904-1991)
Nacida en Málaga, estudió con Ortega y Zubiri. Profesora auxiliar de Metafísica en la Universidad Complutense de Madrid, se exilió en 1939 por su colaboración con la República. Regresó a España en 1984 y falleció en 1991. Obras: «Persona y democracia», «El hombre y lo divino», «España, sueño y verdad».
Zambrano basa el conocimiento en la razón. La filosofía surge de la admiración (Aristóteles) y la violencia (Platón). Critica el abandono de lo singular por lo universal, proponiendo la Razón Poética, que une razón e imaginación.
En «El hombre y lo divino», aborda el origen de lo sagrado desde el «delirio de persecución», donde el hombre busca seguridad ante lo desconocido. En la modernidad, el hombre intenta reemplazar a Dios con su realización histórica.
Gustavo Bueno (1924-Actualidad)
Nacido en Santo Domingo de la Calzada, imparte clases en la Universidad de Oviedo. Obras: «El papel de la Filosofía en el conjunto del saber», «¿Qué es la ciencia?», «¿Qué es la bioética?», «El mito de la derecha».
Para Bueno, la filosofía es un saber de segundo grado que trabaja con las ideas provenientes de los conceptos científicos. Distingue entre ontología general y especial (física, procesos, abstracta). La ciencia se define por sintaxis, semántica y pragmática. La religión tiene tres fases: primarias (tótems), secundarias (control de animales) y terciarias (monoteístas).
Marxismo
Concepción materialista y dialéctica de la historia, desarrollada por Marx y Engels en el siglo XIX. Se basa en el materialismo histórico y el análisis económico del capitalismo, con la plusvalía y la lucha de clases como elementos clave.
Nihilismo
Del latín nihil (nada), se usa para descalificar doctrinas que niegan realidades o valores. También describe la desesperanza en la Rusia del siglo XIX. Nietzsche lo usa en dos sentidos: activo (poder del espíritu que destruye y crea valores) y pasivo (decadencia de la voluntad de poder).