Platón
Las Ideas Platónicas
Las ideas platónicas, la experiencia de un mundo en continuo movimiento y cambio como había expresado Heráclito, le planteó dificultades a Platón. Lo que fluye apenas puede pensarse y no puede ser objeto de la verdadera ciencia (episteme). Los sentidos nos entregan del mundo imágenes móviles, aparentemente estáticas, pero que también cambian. Frente al mundo sensible tiene que existir un universo de ideas, independiente de las cosas reales y objeto de otro tipo de mirada distinta de la de nuestros ojos. Este universo tiene carácter universal y en él están las ideas que son inmutables y eternas.
Hay dos mundos distintos: uno que cambia continuamente y que percibimos por los sentidos y otro que está libre del cambio. Este otro mundo inmutable solo lo percibimos con el entendimiento. Los objetos del mundo sensible participan de las ideas y de esta forma tienen cierta realidad aunque sea imperfecta y suponga un reflejo del mundo inteligible.
El mundo sensible es un mundo aparente y sometido al devenir y no es real porque es una sombra del inteligible.
La Arete del Individuo: Virtud como Armonía
Cuando el alma ejerce la función que le corresponde se alcanza la justicia y el hombre es justo. Por lo que el alma racional debe ser prudente. Otra virtud fundamental es la sabiduría y puede referirse a la sabiduría práctica que es concebida como la prudencia, pero también hace referencia al conocimiento superior de las ideas de justicia o del bien. A través del conocimiento y utilizando el proceso dialéctico, el alma se purifica despojándose del cuerpo y ascendiendo del mundo sensible al inteligible.
Teoría Política de Platón: Niveles de Organización del Estado
Nivel Superior
Un nivel superior que corresponde al logos, a la racionalidad y la reflexión, y al que pertenecen los gobernantes elegidos entre los guardianes y que fundan su superioridad en el saber. La misión de estos gobernantes es legislar teniendo presente la más rigurosa justicia ya que es la virtud que hace posible a las demás y también la que sostiene el entramado del Estado.
Los Guardianes
Otro nivel es el de los guardianes, su misión es defender al Estado de los posibles ataques exteriores, tampoco pueden tener bienes materiales y su entrega a la tarea es total. Platón da a las mujeres de esta clase los mismos derechos y educación que a los hombres, oponiéndose así a las ideas tradicionales que discriminaban a la mujer. La parte del alma que corresponde a los guardianes es la irascible. Su virtud es el valor.
El Pueblo
Por último, el pueblo forma el sustrato inferior de la ciudad, son los campesinos, comerciantes y artesanos, que se ocupan de conseguir el sustento diario y tienen al mismo tiempo la misión de mantener a las otras dos clases, así que son el fundamento económico de la polis. La función del alma que les caracteriza es la que tiene que ver con el ansia que acompaña a las más elementales necesidades del cuerpo y la vida. Su virtud es la templanza.
Sócrates
Antirrelativismo Socrático
La obsesión de Sócrates es la de eliminar el relativismo de valores que invade Atenas. Dice que el relativismo es fruto de la diversidad de opiniones que da derecho a todos a que su parecer vale igual o más que el resto, y si no existe ninguna verdad absoluta el lenguaje se vuelve inútil, es decir, los seres humanos tampoco podrán ser justos, virtuosos o felices si ignoran qué quieren decir estas palabras. La primera labor que se habrá de proponer será la búsqueda de la correcta definición de estos conceptos, una definición que sea universal y válida para todos.
Intelectualismo Moral
Dice que ser bueno equivale a saber: «no hay seres humanos malos, sino simplemente ignorantes». Esta es la tesis que defiende el optimismo antropológico. La moral socrática es intelectualista, es decir, que se alcanza a través de un proceso de clarificación racional, mediante el cual se encuentra la verdad en el interior de nosotros mismos, o bien haciendo un buen uso de la razón, o bien con la ayuda del diálogo para ir de las cosas conocidas a las verdades absolutas. «El ser humano virtuoso deja de actuar ciegamente y pasa a actuar por sabiduría».
Empédocles de Agrigento
Conoció las doctrinas de Pitágoras y Heráclito. Sigue a Parménides al descubrir la realidad como una esfera, equivalente sin duda al ser, pero Empédocles se niega a quitarle valor a la apariencia del mundo: hay movimiento y pluralidad de los seres. Mezclados, están los cuatro elementos (arjé) (agua, tierra, aire y fuego), cada uno de ellos es eterno, pero mezclados dan lugar a distintos seres. La mezcla de estos elementos es producida por dos fuerzas cósmicas: el amor y el odio. Combinando estas fuerzas desarrolla una teoría de ciclos del mundo:
- **Eterno Retorno:** El amor, la esfera, es el UNO eterno, inmóvil, homogéneo, donde los cuatro elementos están mezclados.
- **Odio:** Comienza la separación, pero como el odio no reina por completo, la influencia del amor y del odio permiten la existencia del Cosmos y de todos los seres.
- **Tercer Momento:** El reino del odio, donde hay una separación total de los elementos uniéndose lo semejante con lo semejante, tras ello volvería el primer momento, en un proceso circular eterno.
Anaxágoras de Clazomene
Su filosofía parte de Parménides, pero admite la pluralidad y el movimiento. Todo lo que se produce y sucede es resultado de la mezcla de innumerables elementos: semillas, cualitativamente distintas, indefinidamente divisibles. La pluralidad y los cambios se explican por la mezcla o disgregación de las semillas. El mundo se origina por medio de un torbellino en el que se realizan las mezclas y separaciones progresivamente. La esfera permanece quieta, por ello introduce un principio de movimiento, el Nous, es algo separado de la masa de semillas y por ello nada se le limita y posee autonomía, conoce todo y tiene el máximo poder, pero una vez puesto en movimiento el torbellino todo parece funcionar sin su concurso.