Filosofía kantiana: Contrato Social, Libertad Jurídica y Giro Copernicano

Contrato Social

En las diversas teorías contractualistas, la expresión contrato social alude al pacto, acuerdo o contrato mediante el cual, hipotéticamente, las personas decidimos crear un estado civil, social, legal y pacífico para salir del estado de naturaleza y semisalvaje en que se supone que vivíamos antes de ese hecho. En el caso de Kant, el contrato social es una idea regulativa de la razón práctica.

El contrato social es solo una idea, aunque con indudable realidad práctica, al vincular al legislador para que actúe y dicte sus leyes como si pudieran haber nacido de la voluntad unida de todo un pueblo, y vea a sus súbditos como individuos que han consentido voluntariamente en ser ciudadanos. Por tanto, el contrato no es una hipótesis histórica ni tampoco tiene nada que ver con un hipotético consenso de los asociados, sino que sirve como punto de referencia regulativo para legitimar o deslegitimar las prácticas políticas reales. Las leyes que pudieran haber sido dictadas por la voluntad general serán justas; las que no superen ese test, no lo serán. Si resulta imposible que el pueblo diera su consentimiento a una ley, esta no sería legítima; basta, en cambio, que sea posible que el pueblo se muestre de acuerdo con una ley para que la misma deba ser asumida como justa. Kant habla de una razón universal, de todos, pero todos, no solo la mayoría.

Derecho Cosmopolita

Para Kant, el derecho tiene por objeto hacer compatible las libertades de todas las personas, es decir, la co-libertad. El fin del estado es garantizar la eficacia del derecho y, por tanto, la co-libertad también. El derecho público es el que impera en el estado civil y es el conjunto de leyes positivas, públicamente sancionadas, por las que se rige un estado o grupo de estados.

El derecho público, para Kant, se divide en:

  • Derecho político
  • Derecho de gentes
  • Derecho cosmopolita

El derecho cosmopolita constituye, para Kant, aquel conjunto de leyes que deben regular las relaciones entre los estados y los ciudadanos de otros estados, pero como miembros de una comunidad humana mundial. Según Kant, el derecho cosmopolita debe limitarse a las condiciones de la hospitalidad universal; es decir, toda persona tiene derecho a visitar cualquier lugar del mundo y no ser maltratado por su condición de extranjero. También se llama derecho de visita o de circulación por todo el planeta. El sentido de ello es considerar que la tierra es de todos, de toda la humanidad; esta es la base del derecho de ciudadanía mundial, muy en consonancia con el cosmopolitismo ilustrado. Quien viola el derecho es quien hostiga a los que vienen de fuera, quienes son inhospitalarios con los extranjeros. Las relaciones entre individuos y estados como miembros de una comunidad mundial nos otorga el derecho de ciudadanía mundial.

Libertad Jurídica

La libertad jurídica es, junto con la igualdad y la independencia, una de las características esenciales del ciudadano de un estado. El concepto de libertad en Kant tiene dos dimensiones: libertad negativa (ausencia de impedimentos o libertad de) y libertad positiva (libertad para, la capacidad de actuar). Para Kant, la libertad no consiste solo en la facultad de buscar la felicidad propia como a uno mejor le parezca, siempre que no cause perjuicios a la libertad de otros, sino que la libertad se entiende también como la facultad de no obedecer ninguna ley exterior sino en tanto que he podido darle mi consentimiento. El concepto de libertad jurídica no expresa desobediencia civil, puesto que Kant no la defendía en su época, a pesar de lo que podría parecer por la misma definición de la palabra.

Giro Copernicano

Giro copernicano o revolución copernicana es la propuesta que hace Kant para entender cómo es posible el conocimiento. Kant explica el cambio que supone su filosofía en la concepción del conocimiento basándose en una analogía con la revolución copernicana. En astronomía, Copérnico comprendió que no se podía entender el movimiento de los objetos celestes con la tesis según la cual la tierra está en el centro del universo y el sol y los demás objetos celestes giran a su alrededor; comprendió que para entender el movimiento de los objetos celestes era necesario cambiar la relación poniendo al sol en el centro y suponiendo que es la tierra la que gira a su alrededor.

Kant considera que en filosofía es preciso una revolución semejante a la copernicana: en filosofía, el problema consiste en explicar el conocimiento sintético a priori; la filosofía anterior a Kant suponía que en la experiencia de conocimiento el sujeto cognoscente es pasivo, que el objeto conocido influye en el sujeto y provoca en él una representación fidedigna. Con esta explicación podemos entender, en todo caso, el conocimiento empírico, pero no el conocimiento a priori, gracias al cual podemos saber algo de las cosas antes de experimentarlas, es decir, antes de que puedan influir en nuestras mentes. Se trata de aceptar que nosotros no nos sometemos a las cosas, sino que más bien las cosas se someten a nosotros, pues antes de conocer un objeto, ese objeto ha de someterse a las condiciones de posibilidad de toda experiencia posible, es decir, a las condiciones formales, a priori, impuestas por la estructura de nuestras facultades cognoscitivas: las intuiciones puras (espacio y tiempo) y los conceptos puros o categorías.

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