Filosofía moral kantiana: Deber, imperativo categórico y buena voluntad

La Ilustración según Kant

Según Kant, la ilustración es el abandono por parte del hombre de una minoría de edad, es decir, la capacidad que tiene el ser humano para tomar sus propias decisiones, en lugar de dejar que otros las tomen por él. Kant piensa que la minoría de edad implica pereza y cobardía, porque es muy cómodo que te den todo hecho. Él anima a que nos atrevamos a pensar por nosotros mismos y que seamos mayores de edad.

Kant, Hume y Descartes: Metafísica y conocimiento

Descartes defendía que es posible considerar la metafísica como ciencia y conocerla a través de la razón. Hume no consideraba la metafísica como ciencia. Lo que comparten ambos es la idea de que no todo conocimiento tiene que proceder de la experiencia. Hume siempre defendió la filosofía empirista y Kant el racionalismo. Para Kant y para Hume la metafísica no puede considerarse ciencia. Kant afirmó que la lectura del filósofo empirista David Hume lo despertó de su «sueño dogmático» y lo obligó a replantearse sus principales creencias filosóficas.

Relación entre Descartes, Hume y Kant

En resumen, la relación que hay entre los tres es: Descartes, como racionalista, considera que debemos guiarnos por la razón y no por los sentidos; Hume, como empirista, piensa que la costumbre es la guía de la vida; y Kant sostiene que el conocimiento se produce allí donde se combinan la razón y la experiencia.

La ética de Kant

Kant no es un moralista que pretenda poner nuevas normas. Su objetivo consiste en identificar la esencia de la moral: no le interesa tanto saber qué es bueno o malo, sino por qué algo es bueno o malo. Su respuesta es que los buenos actos siempre se hacen con buena voluntad.

La buena voluntad

Kant señala que lo único que puede ser considerado bueno es la buena voluntad. Para saber si un acto es bueno no hay que atender a sus consecuencias, sino a la intención que lo guía. Una acción puede haber sido muy beneficiosa, pero no podrá calificarse como buena si no ha existido buena intención. Este concepto de buena voluntad ha sido criticado, ya que se considera que Kant elabora una moral de intenciones y se desentiende de las consecuencias. Hay que tener en cuenta que tener buena voluntad implica utilizar todos los medios que estén al alcance de uno mismo para lograr un fin.

El deber

Para Kant, actuar según la buena voluntad o actuar por deber son conceptos equivalentes. Actuar por deber es lo contrario de actuar por intereses. Obrar por deber supone actuar de forma desinteresada, actuar únicamente porque uno cree que es su deber. Las acciones de una persona que actúa buscando un beneficio no se pueden juzgar desde un punto de vista moral. Actuar por deber significa que el deber es la única motivación de la acción, sin pensar en las consecuencias: nuestro fin es cumplir el deber mismo. Lo contrario es actuar por los intereses. Se pueden dar casos en los que una acción hecha por deber sea indistinguible de una acción motivada por intereses. Aunque en ambos casos la acción sea la misma, tienen una valoración moral diferente. Kant considera que las acciones que son conformes al deber no son morales.

El imperativo categórico

Kant señala que actuar por deber significa respetar una ley moral. Se pueden establecer una infinidad de normas de conducta, pero todas ellas se pueden sintetizar en un imperativo categórico:

  • Es un imperativo porque el deber es una imposición.
  • Es categórico, lo que significa que la acción no puede considerarse como un medio, sino como un fin en sí misma.

El imperativo categórico es un mandato universal y necesario que prescribe acciones como buenas en sí mismas con independencia de las consecuencias. Son imperativos que tienen la siguiente estructura: Las acciones que se ejecutan por el imperativo categórico se calificarán como buenas. Este imperativo es aquel que explica las acciones de la buena voluntad.

Obrar por deber significa seguir el dictado del imperativo categórico. Kant afirma que hay un único imperativo que se puede formular de cuatro maneras distintas. Dos de estas formulaciones son:

  • Actúa de manera que tu acción pueda convertirse en norma universal. Este imperativo indica la forma que han de tener los principios morales. La universalización es la forma que permite determinar si una acción es buena. La bondad de una acción reside en su carácter de universalidad y se desvincula de cualquier contenido material y concreto de la acción.
  • Procede de modo que trates a la humanidad siempre como un fin en sí mismo y nunca como un medio. La dignidad es entendida como la cualidad fundamental de toda persona, que es un fin en sí misma y no puede ser utilizada como medio para conseguir otras cosas.

Para Kant, una acción será moral si en ella hay una consideración de la dignidad del resto de personas. De esta formulación se desprende que las guerras, la explotación humana, etc., son actos inmorales: por ello, el imperativo categórico supone una buena fundamentación de los derechos humanos.

El ser humano no puede estar sometido a una legislación universal externa. Esto significa que la ley moral se origina en el interior del ser humano. El deber que implica toda acción moral es autoimpuesto y determinado por la voluntad. La voluntad humana es autónoma. La ética autónoma contrasta con las éticas heterónomas basadas en un principio externo al propio ser humano.

Los postulados de la razón práctica

Kant dice que para que la vida moral sea posible, es necesario postular las mismas realidades metafísicas que habían sido objeto de crítica al analizar la razón teórica. Tales realidades son la libertad, la inmortalidad y Dios.

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