Filosofía y ética de Santo Tomás de Aquino

1. Existencia de Dios

1.1. El problema de su demostración

Podríamos pensar que Dios puede ser perceptible directamente por la razón, al modo como vemos las verdades del tipo «los triángulos tienen tres lados»; a estas proposiciones las denomina Santo Tomás evidentes en sí mismas; en ellas el predicado se incluye en el sujeto pues en la esencia de sus objetos se encuentra la propiedad referida en la proposición. Son, además, evidentes para nosotros cuando las vemos como verdaderas con solo comprender el concepto sujeto. Si la existencia de Dios se incluyese en su esencia, entonces podríamos captar la verdad de la proposición “Dios existe” con la mera comprensión del término «Dios»; algunos filósofos (San Anselmo p. ej.) creerán que se puede mostrar la existencia de Dios basándose en ese supuesto (el «argumento ontológico»). Santo Tomás mantendrá, por el contrario, que no cabe una argumentación de ese género porque la esencia de Dios no nos es dada con la misma claridad que por ejemplo, la esencia del triángulo. Ello quiere decir que la proposición «Dios existe» no es evidente para nosotros, aunque sea evidente en sí misma (pues es verdad que la existencia se incluye en la esencia de Dios).

1.2. Las cinco vías

Según Santo Tomás, la demostración meramente racional de la existencia de Dios no es la adecuada pues no es acorde a las facultades humanas; debemos llegar a Dios a partir de lo más conocido para nosotros, de la experiencia sensible. Sus pruebas (las Cinco Vías) tienen antecedentes en Aristóteles y Platón y son demostraciones a posteriori: parten de los efectos de la actuación de Dios en el mundo para remontarse a Él como causa última. Las cinco vías son:

  • Vía del movimiento
  • Vía de la causa eficiente
  • Vía del ser necesario
  • Vía del ser supremo
  • Vía del gobierno del mundo

2. Relación fe-razón

Para Santo Tomás, la distinción filosofía/teología descansa en la separación entre orden natural y sobrenatural: el orden de conocimiento natural procede de la razón humana, da lugar a la filosofía y tiene carácter demostrativo; el orden sobrenatural procede de la revelación y de la fe y es un conocimiento oscuro; algunas de sus verdades están al alcance de la razón, y otras la exceden. Ambos conocimientos provienen, en último término, de Dios, por lo que entre ellos no puede haber contradicción. Entre las dos esferas de conocimiento cabe la colaboración, dando lugar a la teología: la revelación puede orientar a la razón y le permite evitar errores; la razón le sirve a la fe para aclarar y defender los misterios de la revelación. Algunas creencias nunca podrán ser demostradas por la razón y otras sí, como los preámbulos de la fe (existencia de Dios e inmortalidad del alma). Habrá dos tipos de teología: la racional o natural, que llega a Dios utilizando una capacidad ligada a la naturaleza humana, la razón; y la teología cristiana o sobrenatural: su fundamento es la doctrina revelada y la fe, pero usa también de la razón para conseguir un orden científico y como arma dialéctica.

3. Política

El ser humano es por naturaleza un animal social, pero al mismo tiempo tiene un fin trascendente, esto se refleja en la organización social, que gira en torno al poder terrenal y al sobrenatural. Estado e Iglesia son instituciones independientes y autónomas, pero el Estado debe buscar el bien común, que se identifica con la ley natural. Aquino piensa que el poder político y religioso son autónomos y compatibles, pero que en último término el poder temporal está subordinado a la religión.

4. Metafísica

4.1. Esencia y existencia

La esencia es aquello que define a una entidad. Se compone de materia y forma. Ambos componentes han sido creados y son contingentes. Es lo que comparten todos los seres de una misma especie, se identifica con la potencia aristotélica: es aquello que puede llegar a existir, que puede pasar de ser en potencia a ser en acto. La existencia es aquello por lo que la esencia existe. Se identifica con el acto aristotélico: es aquello que actualiza la esencia.

4.1.1. El problema de la individuación

La materia carece de la categoría de cantidad, y por tanto no puede ni medirse ni calcularse, la individualidad sobreviene cuando la materia se dota de unas dimensiones medibles y calculables, cuando a la materia se le incorpora el accidente de la cantidad. El principio de individuación es, por tanto, la materia bajo la categoría de cantidad.

4.2. Ser contingente y ser necesario

La tercera vía nos explica que el universo es contingente. Esta contingencia requiere de un ser necesario que haya creado el universo. El ser necesario que actualiza las esencias y las lleva a existir es Dios. Dios es acto puro, no puede ser identificado con potencia, tal como se dice en el Éxodo, (Yo soy el que soy) mientras las realidades concretas son algo (existen y tienen una esencia) la esencia de Dios consiste en existir, Por tanto Dios es necesario y la creación es contingente. La distinción entre esencia y existencia tiene como finalidad mostrar, por un lado, el contraste entre la necesidad divina y la contingencia de la creación y, por otro lado, la necesidad de la existencia de Dios para que se produzca el mundo, esta distinción permite también poner énfasis en la idea de que el universo ha sido creado y no es eterno, con lo que Tomás se distancia de los averroístas latinos.

5. Antropología

Aplica al hombre la teoría hilemórfica aristotélica, según la cual el hombre es un compuesto de materia (cuerpo) y forma (alma), tal unión no es accidental, como en el agustinismo platónico, sino substancial. Sin embargo, en comunión con Platón y, sobre todo, con el pensamiento cristiano, el alma es incorruptible, inmortal, y subsistente, no necesita del cuerpo para existir y ha sido creada directamente por Dios.

6. Conocimiento

Parte siempre de un dato sensible, su empirismo le conduce a rechazar la existencia de ideas innatas en la mente, la mente es una tabula rasa y todas las ideas que se forman en ella han sido captadas por los sentidos, existen algunas excepciones, como por ejemplo los autores de las Escrituras, donde surge de iluminación divina. Dos tipos de conocimiento:

a) Sensible: el ser humano capta la realidad por medio de los sentidos, el inicio de todo conocimiento es lo sensible, posteriormente gracias a la imaginación, se forma una imagen de la realidad, en la mente a lo que llama fantasma.

b) Abstracto: el entendimiento ejecuta dos operaciones:

  • La abstracción que realiza el entendimiento agente, por la que se toman aspectos comunes a una diversidad de objetos.
  • La formación de conceptos universales a partir de la información obtenida por el entendimiento agente. De este proceso se encarga el entendimiento pasivo.

Con las cinco vías puede tenerse un conocimiento indirecto de Dios.

7. Ética

Asume una ética eudemonista, y reconoce que todos los seres naturales tienden a un fin. En el hombre es la felicidad. Identifica la felicidad y la virtud y distingue dos virtudes: teóricas y éticas.

  • Vía teórica: desarrolla las virtudes teóricas. Consiste en alcanzar la felicidad por la contemplación beatífica de Dios. Un ejemplo: los santos. La felicidad solo está en el cielo. Para ir al cielo necesita que la gracia de Dios le ilumine.
  • Vía del hábito: desarrolla las virtudes morales. Hay una forma de acercarse a Dios y es saber escoger mediante la razón las cosas buenas.

Ley natural: es una ley escrita, universal e inmutable, que todos reconocen aunque la incumplan a veces, son leyes que nacen de Dios, la corriente que defiende la existencia de leyes naturales es el iusnaturalismo:

  • Las leyes positivas: leyes y normas escritas para organizar la sociedad. Deben inspirarse en el iusnaturalismo.

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