Conocimiento y Realidad en Platón
La «Teoría de las Ideas» de Platón postula que la realidad no se limita a las cosas sensibles, sino que existe una esencia subyacente que define su ser. Esta teoría divide la realidad en dos planos:
- Mundo Sensible: Mutable y cambiante, percibido por los sentidos.
- Mundo Inteligible: Inmutable y eterno, captado por la razón.
La relación entre estos mundos se explica mediante la idea de participación. Las cosas del mundo sensible son imperfectas imitaciones de las Ideas, participando de su esencia de manera limitada. El Demiurgo, una inteligencia ordenadora, modeló el mundo sensible a partir de una materia caótica, imitando las Ideas.
Las Ideas son el fundamento ontológico y epistemológico de las cosas. A los dos niveles de realidad corresponden dos niveles de conocimiento:
- Saber (epistéme): Basado en razones, conocimiento de las estructuras inteligibles.
- Opinión (dóxa): Carente de fundamento sólido, conocimiento del mundo sensible.
Dentro de la dóxa, Platón distingue:
- Eikasía: Conocimiento de imágenes.
- Pístis: Creencia, conocimiento de objetos materiales.
En la epistéme, distingue:
- Diánoia: Conocimiento de entidades matemáticas.
- Noesis: Conocimiento de las Ideas.
El conocimiento de las Ideas se alcanza mediante el cultivo de la Matemática, la Astronomía y la Música, que conducen a la dialéctica, permitiendo el conocimiento de la Idea de Bien.
El Ser Humano en Platón
La concepción platónica del ser humano se basa en la separación entre el mundo de las Ideas y el mundo de las cosas. El ser humano está compuesto por:
- Cuerpo: Elemento sensible, en contacto con el mundo de las cosas.
- Alma: Elemento inteligible, en contacto con el mundo de las Ideas.
El alma, antes de unirse al cuerpo, contemplaba las Ideas. Al caer en el cuerpo, pierde la memoria de su existencia anterior. La teoría de la reminiscencia (anamnesis) postula que aprender es recordar las Ideas conocidas antes de nacer.
Platón divide el alma en tres partes:
- Apetito o alma concupiscible (epithymía): Deseos irracionales y búsqueda de placeres (vientre).
- Ánimo o alma irascible (thymós): Sentimientos y pasiones, valor o coraje (pecho).
- Razón o alma racional (nous, lógos): Funciones intelectivas (cabeza).
Ética en Aristóteles
La ética aristotélica es eudemonista, buscando la felicidad (eudaimonía) como fin último del hombre. La felicidad se alcanza al realizar la función propia del hombre, que es el uso de la razón. La virtud (areté) consiste en perfeccionar lo que el hombre es, poniendo en práctica la razón.
Una vida según la razón implica dos tipos de virtudes:
- Virtudes intelectuales o dianoéticas: Propias de la actividad racional.
- Virtudes morales o éticas: Dominio de la razón sobre los deseos.
La acción virtuosa busca el «término medio», evitando los extremos del exceso y del defecto. La virtud se define como un hábito de elegir el término medio, moldeando el carácter. Aristóteles critica el intelectualismo moral de Sócrates y Platón, afirmando que no basta con conocer el bien para practicarlo.
Política en Aristóteles
Aristóteles considera al hombre un animal social que necesita de los otros para vivir y alcanzar la felicidad. La sociabilidad es esencial a la naturaleza humana, manifestada en el lógos (palabra). El Estado (polis) busca una existencia perfecta, feliz material y espiritualmente.
La vida comunitaria se desarrolla en distintos niveles:
- Familia: Satisface necesidades cotidianas.
- Aldea: Agrupación de familias.
- Polis: Forma más perfecta de sociedad, donde se alcanza una vida plena.
La polis busca la felicidad y la perfección moral de los ciudadanos. Aristóteles distingue tres regímenes políticos:
- Monarquía: Gobierno de uno solo.
- Aristocracia: Gobierno de una minoría.
- República: Gobierno de una mayoría.
Estos regímenes pueden pervertirse en tiranía, oligarquía y demagogia, respectivamente. La república es la mejor forma de gobierno, combinando elementos de la aristocracia y la democracia.
Conocimiento en Agustín
El conocimiento comienza en el interior del alma. Las sensaciones se transforman en imágenes almacenadas en la memoria. El alma también contiene reglas y modelos inmutables que permiten juzgar las sensaciones. Estas reglas son matemáticas, metafísicas, morales y estéticas.
El conocimiento científico se alcanza al volverse hacia el alma, encontrando la capacidad de juzgar imágenes y recuerdos. Agustín propone la teoría de la iluminación, donde Dios es el origen del conocimiento de los modelos ejemplares y lo permanente, similar a la función de la Idea de Bien en Platón.
Ética en Agustín
El ser humano tiene libre albedrío para elegir entre el bien y el mal. El bien consiste en el amor a Dios y a los demás a través de Dios. El mal es dar la espalda a Dios. Los males pueden ser:
- Males físicos: Privación de un bien.
- Males morales: Proceden del hombre.
Dios permitió el mal para que haya responsabilidad y justicia divina. El hombre puede usar su libertad para dirigirse a Dios o apartarse de Él. El hombre está en pecado desde el pecado original de Adán, necesitando la ayuda de Dios para vencer la tentación.
Ética en Tomás de Aquino
El libre arbitrio es fundamental para la responsabilidad moral. La felicidad se alcanza al usar correctamente la libertad. Aquino distingue tres fines naturales:
- Conservar la propia existencia.
- Procrear y cuidar de los hijos.
- Conocer la verdad y vivir en sociedad.
Estos fines componen la ley natural, que es la presencia en el hombre de la ley eterna. La sindéresis permite comprender los principios de la recta conducta. La felicidad se alcanza obrando conforme a la ley natural. La actividad racional da lugar a dos tipos de felicidad:
- Felicidad perfecta: Búsqueda de la verdad y conocimiento de Dios.
- Felicidad secundaria: Uso de la razón para regular la convivencia.
Las virtudes morales son la prudencia, la justicia y la fortaleza. La ley natural es insuficiente para ordenar la actividad en comunidad, necesitando una ley positiva que regule la acción del hombre.