Naturaleza:
La physis entre los “físicos” jonios es el primer elemento material a partir del cual surgen el resto de los seres.
Aristóteles adapta el significado de la physis para explicar el movimiento o cambio en los seres “naturales”. Para Aristóteles la naturaleza se identifica con el ser propio de las cosas, con su esencia, pero de las cosas capaces de cambiar por sí mismas. Esta teoría la adapta sobre todo a los seres vivos y estudia la naturaleza en 3 sentidos básicos: –Como el conjunto de los seres naturales frente a los artificiales, que se definen como teniendo en sí mismos el principio del cambio. –Como el ser propio de las cosas, su esencia, y lo que en las cosas naturales hay de universal y que va a constituir determinada clase o especie. –Como el principio del cambio o devenir. La naturaleza se caracteriza por estar en continuo cambio que nadie provoca pero que tiende a cumplir un determinado fin.
Entonces, la concepción teleológica de la naturaleza para Aristóteles quiere decir que todo proceso natural puede explicarse a través de esa tendencia interna de toda sustancia natural a cumplir determinado fin.
Felicidad:
En la obra ‘Ética a Nicómaco’ Aristóteles aplica su visión teleológica a las acciones humanas y nos dice que todas las ciencias, al igual que todas las acciones, tienden a un fin. Así, si se encuentra algún fin de nuestras acciones que sea querido por sí mismo, entonces ese fin último es el Bien Supremo, y en el hombre lo identificamos con la felicidad.
Así pues, el Bien Supremo en el hombre está en relación con la capacidad y actividad específica del hombre, la capacidad racional, que no puede coincidir con las actividades específicas de los animales como es la nutrición y el crecimiento. Así el Bien Supremo del hombre es su capacidad intelectual. La virtud moral entonces, consiste en desplegar aquellos rasgos específicos del hombre que lo distinguen de cualquier otro ser de la naturaleza: la actividad intelectiva. Ahora bien, no todo es actividad intelectiva en el hombre, Aristóteles distingue en el alma humana dos partes, una que realiza la actividades de pensar y otra que tiene la capacidad de obedecer. Desde aquí distinguía dos tipos de “virtud”: moral e intelectual.
- La virtud intelectual es un hábito adquirido voluntariamente a partir de una capacidad inicial y desarrollado mediante la enseñanza y el aprendizaje.
- Y la virtud moral se desarrolla mediante el ejercicio y repetición de buenos actos.
Una virtud moral siempre es el punto medio entre dos extremos menos deseables, así, la generosidad constituiría el punto intermedio entre el derroche y la tacañería. Sin embargo, las virtudes intelectuales no están sujetas a estas doctrinas de punto intermedio.
Causa:
La “causa” para Aristóteles es lo que sirve de fundamento a otra cosa constituyendo su ser. No se contenta con dar razón de cómo se produce el cambio o proceso sino que explica porque se produce, cuales son las causas.Buscar la causa de algo es dar explicación de ese algo y para toda explicación necesitamos de cuatro causas a través de la que se define la noción de ciencia (episteme), ya que la episteme es la única realidad existente. Así, en su Metafísica, los cuatro elementos necesarios para explicar todo proceso o cambio son:
Causa material (potencia):
sustrato o elemento en el que se produce el cambio que puede ser materia primera(indeterminado) o materia segunda(ya constituido), como la materia de una estatua(mármol).
Causa formal (acto):
es la estructura que se obtiene a través del cambio, aquello que expresa su esencia y determina sus actividades específicas, por ejemplo la forma de la estatua.
Causa eficiente (agente):
el principio u origen del cambio, el motor que pone en marcha el proceso, por ejemplo el escultor.
Causa final (el bien):
el fin al que se dirige el proceso, por ejemplo ganar dinero. Este esquema funciona para los seres artificiales. En el caso de los seres naturales, tanto la causa eficiente como la final van a coincidir con la causa formal. Según Aristóteles hay que admitir la necesidad de un principio no físico pero indispensable para explicar el movimiento de los seres, la existencia de un Primer Motor que origine el movimiento de los demás y no sea movido a su vez, por ninguno. Se presenta como explicación, fundamento y garantía de la eternidad del movimiento.
Sustancia:
La sustancia es una de las teorías metafísicas más fructíferas, pues con este concepto Aristóteles intenta dar una solución al problema del ser y del devenir. Debemos dejar claro que la metafísica no es una ciencia particular es de una disciplina capaz de fundamentar toda ciencia de lo real, es decir, de lo universal. Así, en metafísica, la pregunta por lo que es se reduce a la pregunta por la sustancia. Aristóteles afirma que el ser se dice de muchas maneras; el ser como potencia y acto; el ser como accidente; pero fundamentalmente, el ser como sustancia. Estos sentidos del ser los representa de modo sistemático en las diez categorías del ser: sustancia, cantidad, cualidad, relación, tiempo, lugar, acción, pasión, posición y estado. Cabe decir que la sustancia se define en contraposición a sus atributos. Esta contraposición sostiene que la sustancia existe por sí misma, sin necesidad de apoyarse en otras cosas para ser; en cambio, los atributos dependen de la sustancia para poder llegar a ser. Desde el punto de vista de la teoría hilemórfica, la sustancia sería algo compuesto de:
Materia:
es de lo que está hecho la sustancia, lo distintivo, lo particular, lo que individualiza y lo que permanece en el cambio.
Forma:
es lo común a todos los individuos de una misma especie. Ésta sería la esencia, lo universal, la idea de forma inmanente. Finalmente, cabe destacar que las sustancias, a su vez, se constituyen como: sustancias primeras o seres concretos, que es el sujeto individual compuesto de materia y forma; y como sustancias segundas, que son las esencias o ideas abstractas de las cosas.