Formato de sociedad de responsabilidad limitada

Ética

1. LA ESPECIFICIDAD DE LA ACCIÓN MORAL

A partir de ahora estudiaremos la acción moral, conocida también como ética.

La moral, , nos dice qué debemos hacer y qué no debemos hacer con el mundo, con nosotros mismos y con los demás seres humanos.

Vamos a ver primero la diferencia entre AMORAL e IMMORAL: Los animales no son “malos” (es decir, inmorales) sino amorales, no tienen moral ni la necesitan, pues su vida está guiada por el instinto. En cambio, el ser humano, aunque también posee instintos, no se ve constreñido por ellos a la acción ya que es libre y tiene que elegir entre una amplia gama de posibilidades lo que va a hacer.

Aquí está la gran diferencia con el animal y aquí es donde se encuentran las raíces de la moral: no es solo que el ser humano se vea en la necesidad de elegir, sino que sabe que debe hacer una buena elección. Con lo que ya nos encontramos con los dos términos morales fundamentales: DEBER y BIEN.


2. LA MORAL COMO HECHO SOCIAL

Llamamos MORAL al conjunto de normas y reglas que nos aporta la sociedad a lo largo de nuestra vida.

La MORAL es el conjunto de normas o reglas de acción y de valores vigentes en una determinada sociedad, que indica lo que en esa sociedad se considera “bueno” y un “deber”. Toda sociedad cuenta con un código de normas morales. El modo en que los miembros de esa sociedad aceptan esas normas y las practican, se llama moralidad.

Puede darse el caso que el código de normas pierda vigor y comience a disolverse, es una etapa de ANOMÍA, que suele dar lugar a fases de corrupción en la sociedad.

LENGUAJE PRESCRIPTIVO es aquel que usamos para criticar y juzgar la misma.


3. DIMENSIÓN PERSONAL DE LA MORAL

Aunque la moral es un hecho social, tiene también un componente individual o personal. Las normas morales no son como las leyes de la naturaleza que se cumplen siempre, sino que los individuos conservan el poder de no aceptarlas.

La aceptación o no aceptación de las normas morales es exclusiva responsabilidad del sujeto, es decir, este debe ser capaz siempre de responder acerca de las razones que le han llevado a aceptar o rechazar la norma moral.

La norma moral es siempre general, ejemplo: “Hay que ayudar a los padres”, es el individuo quien decide no aplicarla. Si simplemente se limita a seguir los “usos sociales”, o sea, a seguir una norma por temor al castigo, su nivel moral solo puede ser calificado de infantil. Por eso se supone que el individuo alcanza la madurez moral cuando asume las normas morales de un modo racional y libre.


RESPONSABILIDAD

¿Qué significa ser responsable?

Podemos hablar de una responsabilidad moral que es un fenómeno subjetivo de la conciencia moral. Esto significa que es el sujeto que actúa el que se siente responsable de su acción, sin que haya ningún tribunal que lo declare responsable, excepto su propia conciencia. Además, la sanción que puede recibir una persona que sabe que ha actuado moralmente mal no proviene del exterior (juez, policía, etc..), sino e ella misma, en la forma de una serie de sentimientos de reprobación que solemos llamar remordimiento. Así pues, ser moralmente responsable de una acción significa:

– Que quien actúa lo ha hecho con libertad, es decir, admitir que esa acción podría no haberse realizado, o haberse realizado de otra manera distinta,

– Que quien actúa es capaz de responder de la acción realizada, aduciendo las razones o motivos que le han impulsado a actuar de esa forma concreta,

– Asumir las consecuencias (el bien o el mal) que se deriven de la acción realizada.


La primera de estas condiciones es fundamental, pues carece de sentido pedir responsabilidad a alguien por una acción que ha realizado careciendo por completo de libertad. No tiene sentido hacer moralmente responsable a una persona de que se haya producido un terremoto, de que su pupila se dilate cuando hay poca luz, etc. Esto nos hace pensar que la responsabilidad es como la otra cara de la moneda de la libertad:

Solo somos responsables de lo que hacemos libremente, pero de todo lo que hacemos con libertad

3.1. CONVICCIÓN Y RESPONSABILIDAD

Max Weber fue un pensador que introdujo esta distinción entre dos posibles orientaciones morales.

La ética de la convicción es la que sigue una persona que procura actuar de acuerdo con principios y valores moralmente buenos, pero se desentiende de las posibles consecuencias de sus actos

Cuando estas consecuencias son negativas, quien obra por pura convicción suele encontrar justificaciones que lo eximen de responsabilidad: “Yo lo hice bien, pero el mundo está hecho así”.


Por el contrario, la persona heterónoma actúa con la finalidad de lograr el beneplácito del grupo o la autoridad, a la que teme oponerse y desobedecer. Recibe la recompensa, pero puede que sus acciones sean moralmente injustas
.

5. Desarrollo moral de la persona

Una misma situación puede ser enfocada desde diferentes puntos de vista, y cada punto de vista es propio de cada uno de los estadios o etapas del desarrollo moral.

Como es obvio, el miedo al castigo es una motivación inmadura, propia de los niños, mientras que actuar conforme a unos principios éticos universales es una opción moral más madura. El miedo al castigo representa el polo de la heteronomía, mientras que la opción del respeto a unas normas morales universales que están incluso por encima de la ley representa el polo de la autonomía.

Kohlberg postuló la existencia de tres niveles: pre-convencional, convecional y post- convencional, y seis etapas (dos por cada nivel).


Veamos los diferentes niveles y etapas de Kohlberg, con sus carácterísticas

Nivel I o pre-convencional


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La conducta moral está ego-centrada, y se rige por criterios pragmáticos. En este nivel, el niño no tiene conciencia de pertenencia a un grupo social.

Estadio 1


La moral es, en el primer estadio, totalmente heterónoma y depende una figura de autoridad que dicte las normas y las sancione o las premie. Se obedece, esencialmente, por miedo al castigo o por el deseo de la recompensa.

Predomina el egocentrismo

Estadio 2


 Surge ya una difusa conciencia de los intereses del otro, pero siempre dominada por los propios intereses. Es decir, el niño es capaz ya de establecer, por ejemplo, turnos para realizar actividades, pero lo hace siempre dominado por sus propios intereses, y no por un sentido superior de la justicia.

Aparece la reciprocidad (ya hago esto a cambio de que tú hagas esto otro…)


Ivel II o convencional


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Surge el sentimiento de pertenencia a un grupo (familia, amigos, tribu, país…), cuyas normas se asumen como indiscutibles.

Estadio 3


La conformidad con el grupo es la principal motivación para cumplir y acatar las normas. Se busca, con ello, la gratificación afectiva.

Estadio 4


Aparece una conciencia de la necesidad de normas morales para el grupo, normas que se acatan rígidamente. También aparece una conciencia de la necesidad de ley y orden.


Nivel III o post-convencional


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Aquí aparece la autonomía moral:


el individuo se da a sí mismo las normas guiándose por criterios racionales. Aparece la plena conciencia de la diversidad individual, de la conciencia ajena, de los intereses del otro, y la capacidad de ponerse en su lugar.

Estadio 5



Aparece un sentido moral basado en la idea de los derechos humanos, de la justicia como ideal, de la tolerancia, el respeto, la democracia…

Estadio 6


Este el último nivel del desarrollo moral.

Aparecen los principios éticos universales, basados en criterios de carácter formal, en el respeto a la dignidad de las personas, que son consideradas como valiosas, como fines en sí mismas, y no como medios.

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