Friedrich Nietzsche (1844-1900)
Nietzsche, filósofo, poeta, músico y filólogo alemán del siglo XIX, se opuso a la metafísica clásica, al método y al sistema en filosofía. Su obra constituye una crítica implacable contra la tradición platónico-cristiana occidental, tanto en el plano moral como en el científico. Sus principales influencias fueron el pensamiento griego (especialmente Heráclito y algunos pensadores presocráticos) y Schopenhauer, de quien heredó varios conceptos fundamentales, como el de “voluntad”.
Obras
Sus obras se distribuyen en tres grandes periodos:
- Periodo Romántico: El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música (1871).
- Periodo Ilustrado: Humano, demasiado humano (1878), Aurora (1881).
- Periodo Crítico: Más allá del bien y del mal (1886), El Anticristo (1888).
Crítica a la Cultura Occidental
La crítica de Nietzsche va dirigida contra la filosofía occidental en general, desde Sócrates y Platón. Contra esa forma de pensar tradicional, Nietzsche propone una triple crítica: a la moral, a la metafísica y a las ciencias.
Crítica a la Moral
Nietzsche entiende esta crítica como una oposición a toda moral que impugne normas que vayan en contra de los instintos vitales. El mundo de las ideas platónico, el más allá religioso o cualquiera de sus versiones, pone el acento en una vida de ultratumba, ascética, en lugar de ponerlo en la vida actual, la única que conocemos. Lo que procede, según el autor, es negar el referente extramundano (Dios, idea del bien, etc.) y redimir al ser humano, que hasta ahora había estado sometido a una moral antivital. Nietzsche distingue dos tipos de moral: moral de señores y moral de esclavos.
Crítica a la Metafísica
El filósofo tradicional busca la realidad del mundo por encima del mundo, en lugar de mirar en este vendaval caótico que es. Busca constancias, esencias, definiciones y, como no las encuentra, las inventa haciéndonos creer que son verdaderas (el mundo sensible e imperfecto, y el otro mundo suprasensible y perfecto, fundamento de aquel). Se da más importancia al mundo de las ideas que al empírico, se nos hace pensar que este mundo es aparente y el otro es el verdadero. No hay un mundo aparente y otro verdadero; solo hay un mundo, este, mudable y cambiante. Nietzsche ve en esta actitud una posición antivital porque el filósofo afirma el ser, la esencia, la sustancia en contra del mundo en movimiento.
Crítica de las Ciencias
Nietzsche no critica la ciencia en general, sino un tipo de ciencia, la occidental, que matematiza el mundo, lo mecaniza, lo convierte en una cantidad, lo regulariza, es decir, mata su vida. La ciencia así entendida es también antivital. Cuando, además, aplicamos la ciencia al ser humano, el resultado es desastroso; la ciencia no sabe nada de emoción, pasión, placer o sentido, solo sabe de irregularidades, mecanismos y frío cálculo racional.
Voluntad de Poder, Eterno Retorno y Superhombre
Dionisos y Zaratustra
Nietzsche escribe en un lenguaje poco conceptual, recurriendo frecuentemente al aforismo y al poema para expresar sus ideas. Uno de los problemas que presenta su obra es la carencia de un vocabulario técnico y bien definido, puesto que los términos fundamentales (“voluntad de poder”, “nihilismo”, etc.) escapan a toda definición y son utilizados con significados a veces contrapuestos. La cultura occidental ha destacado a Apolo y ha ocultado y penalizado a Dionisos. La moral, la metafísica y las ciencias tienen caracteres apolíneos y se destierran los dionisíacos. Nietzsche conservará siempre esta predilección por lo dionisíaco, presente en el lenguaje de Zaratustra.
El Mensaje de Zaratustra
A) La Voluntad de Poder
Para Nietzsche, el mundo del hombre y la vida son voluntad de poder. No explica qué significa exactamente esta expresión, pero se refiere a ella con mucha frecuencia. La vida es voluntad de poder, sinónimo de la voluntad de ser más, de vivir más, de superarse y demostrar una fuerza siempre creciente. En definitiva: voluntad de crear. La voluntad de poder es el conjunto de fuerzas e instintos que apuntan hacia el poder. Nietzsche se interesa cada vez más por los valores morales, de ahí que la voluntad de poder sea, en gran medida, voluntad creadora de valores nuevos y aniquiladora de los tradicionales.
B) El Eterno Retorno
El tema está tomado de la mitología y de los presocráticos, aunque Nietzsche le da otro sentido. Con la voluntad de poder intenta refutar la concepción lineal y teológica del universo. Esto significa que no hay más mundo que este y niega cualquier mundo ideal, platónico o cristiano. Este es nuestro único mundo y cualquier huida a otro mundo es un alejamiento de la verdadera realidad. La consigna es “permanecer fieles a la tierra”; este es el sentido del eterno retorno. El eterno retorno adquiere en Nietzsche un sentido moral: es el supremo valor, la fidelidad a la tierra, el “sí” a la vida y al mundo surgido de la voluntad de poder. Zaratustra es el profeta del eterno retorno. Con esto, Nietzsche afirma dos cosas al mismo tiempo: 1) El valor del devenir y la evolución (a favor de la realidad y en contra del platonismo). 2) El valor de la vida y la existencia (contra cualquier filosofía pesimista). La expresión “eterno retorno” expresa el deseo de que todo sea eterno, el amor al destino.
C) El Superhombre
Nietzsche no explica cómo aparecerá el superhombre, pero afirma que será el resultado de tres transformaciones previas: el paso de espíritu a camello, de camello a león y de león a niño. Este hombre nuevo solo será posible con una nueva moral que surgirá de la transmutación generalizada de todos los valores vigentes. Los viejos valores racionales y suprasensibles son sustituidos por valores vitales y sensibles. El superhombre encarna todo el mensaje de Nietzsche. La condición para la aparición del superhombre es la “muerte de Dios”. Para Nietzsche, “muerte de Dios” significaba la destrucción del cristianismo, entendido como la doctrina que mejor expresaba la decadencia de la cultura, la metafísica y la filosofía occidental, y se entraría de lleno en una época nihilista. El nihilismo, para Nietzsche, tiene dos sentidos: 1) Designa el largo proceso de decadencia de la cultura occidental, que se inició con Sócrates y se prolongó con el platonismo y, especialmente, con la religión judeo-cristiana. 2) Tiene un sentido positivo en tanto que desenmascara los falsos valores y proclama la muerte de Dios. Como consecuencia, el hombre toma conciencia plena de la muerte de Dios y se reafirma en ella, descubriéndose a sí mismo como responsable de la muerte de Dios y como fuente de los nuevos valores, los del superhombre.