Fundamentos de la Epistemología Kantiana: Entendiendo la Crítica de la Razón Pura

Introducción: La Metafísica como Ciencia

La reflexión epistemológica kantiana comienza con el intento de responder a la pregunta: ¿Es posible hacer de la metafísica una ciencia? Para responderla, Kant analiza las ciencias de su época, las matemáticas y la física, y concluye que el rasgo característico de las ciencias, desde el punto de vista lógico, son los juicios sintéticos a priori. Un ejemplo de juicio sintético a priori es “La línea recta es la distancia más corta entre dos puntos”. Es sintético porque la definición de línea recta alude a una cualidad (recta) y el predicado «distancia más corta» alude a una cantidad (distancia), y es a priori porque es una verdad universal y necesaria, no necesitamos comprobarlo experimentalmente. La respuesta a la pregunta acerca de la posibilidad de la metafísica como ciencia consiste en averiguar si son posibles los juicios sintéticos a priori en la metafísica.

Estética Trascendental: La Sensibilidad y las Intuiciones Puras

En su obra Crítica de la razón pura, Kant explica cómo se forman y cómo son posibles los juicios sintéticos a priori en las matemáticas (estética trascendental) y en la física (analítica trascendental). La posibilidad de la metafísica como ciencia será tratada en la dialéctica trascendental. En la estética trascendental se estudia la facultad de la sensibilidad, entendida como la facultad humana de ser afectados por las cosas. La sensibilidad produce lo que Kant llamó intuiciones empíricas (datos de los sentidos), las cuales consideraba que eran “moldeadas” por unas formas a priori de nuestra sensibilidad, a las que llamó intuiciones puras (espacio y tiempo). Las intuiciones puras, por lo tanto, configuran de forma automática mis intuiciones empíricas. Para Kant, los juicios sintéticos a priori de la geometría son posibles porque su fundamento es la intuición pura del espacio (contigüidad), y en el caso de la aritmética, la intuición pura del tiempo (sucesión). Una importante consecuencia epistemológica de este planteamiento es que el sujeto hace que el objeto que conoce se adecue a ciertas formas a priori, invirtiendo con ello la dirección tradicional de adecuación del sujeto al objeto en el proceso de conocimiento (“No porque creamos que tú eres blanco, eres blanco, sino porque eres blanco, y al decir nosotros que lo eres, decimos la verdad” Aristóteles, Metafísica, IX, cap. X). A este cambio de dirección de adecuación en teoría del conocimiento se le conoce como el giro copernicano kantiano, y tiene como consecuencia que las cosas en sí mismas (noúmenos) nunca son conocidas, porque las cosas siempre son conocidas tras haber aplicado esas formas a priori, y por lo tanto sólo conocemos las cosas para nosotros (fenómenos).

Analítica Trascendental: El Entendimiento y los Conceptos Puros

Con las intuiciones empíricas nuestro entendimiento construye espontáneamente conceptos empíricos y juicios aplicando unas formas a priori llamadas conceptos puros o categorías. Los conceptos empíricos son términos generales como árbol, mesa, etc., que provienen de la experiencia, son a posteriori. Recurramos al siguiente juicio para explicarlo: “La bola roja es causa del efecto de movimiento que vemos en la bola azul”. Se forma a partir de la sucesión de los siguientes fenómenos: “La bola roja golpea la bola azul” y “la bola azul se mueve”, y en dichos juicios intervienen conceptos empíricos como “bola”, “golpear”, “mover”, “azul” y “rojo”, además del concepto puro de causalidad, que sirve para enlazarlo todo. Para Hume, cuando descomponemos en ideas simples la idea compleja encerrada en “la bola roja es la causa del efecto de movimiento que vemos en la bola azul”, de todas esas ideas podemos hallar una impresión, excepto de las palabras causa-efecto, y por lo tanto carecen de fundamento según su criterio de verdad, siendo al final causa-efecto una relación nacida del hábito y la costumbre. Pero para Kant el error de Hume y de los empiristas reside en considerar que todos los conceptos que usamos para ordenar los datos de los sentidos provienen de la experiencia; en términos kantianos, considerar que nuestro entendimiento sólo usa conceptos empíricos.

Los conceptos puros no provienen de la experiencia, son a priori. De los 12 conceptos puros agrupados en 4 grupos, los más importantes son los del grupo de categorías de relación (sustancia, causa-efecto y acción recíproca), ya que las categorías de ese grupo constituyen los fundamentos de los juicios sintéticos a priori de la física y serán el modelo de los razonamientos categóricos, hipotéticos y disyuntivos que la razón elabora para crear las ideas trascendentales. Para Kant, un juicio sintético a priori como “todo cambio ha de tener una causa” constituye uno de los principios fundamentales de la mecánica de Newton, y su formación se deriva de estas formas a priori.

Dialéctica Trascendental: La Razón y las Ideas Trascendentales

Con los juicios producidos por el entendimiento, la facultad de la razón construye razonamientos (o silogismos) en los cuales se van encadenando juicios. La razón, en un intento de lograr la máxima unificación de juicios, recurre a tres tipos de razonamiento: categórico, hipotético y disyuntivo (que como hemos dicho se corresponden con las categorías del grupo de relación) y dan lugar a tres ideas, llamadas por Kant ideas trascendentales. Estas tres ideas son Dios, alma y universo, las cuales constituyen las ideas clásicas de la metafísica desde sus orígenes en Grecia. Para Kant, de estas ideas no tenemos intuiciones empíricas que las respalden, por lo tanto, de ellas no podemos tener un conocimiento (recordemos la frase kantiana: “los pensamientos sin contenido son vacíos; las intuiciones sin conceptos, ciegas”). De esta forma, la verdad o falsedad de tales ideas está más allá de los límites del conocimiento, y de la metafísica no es posible una ciencia, aunque en la razón humana siempre habrá una tendencia a la formación de tales ideas.

Conclusiones: Antinomias, Paralogismos y Teología Racional

De lo anterior concluimos que, al carecer la razón de intuiciones sensibles para evaluar las conclusiones de estos razonamientos, la razón, al crear razonamientos sobre estas ideas trascendentales, puede llegar a formular conclusiones contradictorias o imposibles de evaluar. En el caso del universo se dan lo que Kant llamó antinomias: un ejemplo de estas antinomias es que con la razón se puede probar tanto que el mundo tiene un comienzo en el espacio y en el tiempo como que el mundo no tiene comienzo en el espacio y en el tiempo.

Además, debemos concluir que la psicología racional no es posible como ciencia, porque al intentar estudiar el alma como sustancia simple llega a razonamientos erróneos (lo que Kant llamó paralogismos) al carecer de la experiencia como guía. Lo mismo podemos decir de la pretensión de conocer científicamente a Dios; la teología racional no es posible, porque Dios pertenece al ámbito de lo nouménico, está más allá de los límites del conocimiento.

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