Fundamentos de la Ética: Dignidad Humana, Sociedad y Libertad

1. La Dignidad Humana y el Proyecto Ético de la Humanidad

La utilización de este axioma en formulaciones éticas y jurídicas se ha generalizado. Desde Kant, viene diciéndose que lo que caracteriza, desde el punto de vista moral, al ser humano es su dignidad. Atenta contra ella quien se sirve del ser humano como medio o herramienta. La persona ha de ser siempre fin. Tiene valor, pero no tiene precio. Por eso no se puede comprar.

La Declaración de Derechos Humanos de 1948 dice en su preámbulo que la libertad, la justicia y la paz del mundo tienen como base el reconocimiento de la dignidad intrínseca de los derechos humanos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana. La libertad, la justicia y la paz son valores universalmente deseables, cuya realización depende del reconocimiento de la dignidad de todos.

Estamos en lo más alto y grandioso de la creación humana. A partir de nuestra inteligencia, formamos un proyecto que prolonga las aspiraciones de nuestra inteligencia. Hemos sido capaces de concretar nuestros deseos amplísimos y vagos en un modelo de vida: derechos individuales, rechazo a la discriminación, participación en el poder político, uso de la razón para resolver conflictos, seguridades jurídicas y conductas de ayuda.

No podremos ponernos de acuerdo en la idea de felicidad subjetiva, es decir, en lo que nos haría afectivamente feliz a cada uno de nosotros. Pero sí podremos ponernos de acuerdo en la idea de felicidad objetiva, es decir, en aquel modo de convivir, de relacionarnos con los demás, en la afirmación de aquellos valores que aumentan nuestra posibilidad de llevar una vida deseable y justa. La felicidad objetiva no me asegura mi felicidad subjetiva, pero aun así es el modo de vida que me parece más deseable, el que me proporciona más posibilidades para realizar mis propios planes vitales. Ya sabemos el modelo que deseamos edificar; ahora es preciso construir el fundamento, el cimiento. Y este es la afirmación de la dignidad de todos los seres humanos, por el hecho de serlo. Constituye el axioma básico, que debemos aceptar, defender y promulgar, porque si retiramos ese cimiento, todo el edificio se nos vendría abajo. La ética diseña el proyecto común aprovechando las enseñanzas de la humanidad. Pero para construirlo, comienza afirmando el cimiento necesario para darle estabilidad y firmeza: la dignidad de la persona. Dignidad es el valor intrínseco de la persona, por el hecho de ser persona, con independencia de todas sus demás características. Se concreta en la posesión de derechos.

2. Evidencias y Errores en el Terreno de la Ética

La evidencia, lo que vemos con total claridad, es el criterio último de verdad, pero no podemos fiarnos de él. Todos hemos vivido la experiencia del error. Lo que nos parecía evidente ha quedado anulado por una evidencia más fuerte. Por eso es tan importante saber medir la fuerza de las evidencias.

Los ingenieros que construyen un cohete saben que, si se equivocan, mandan a sus tripulantes a la muerte. Lo mismo ocurre en ética, pero en mayores dimensiones. En una expedición espacial pueden morir diez personas, pero si nos equivocamos en ética podemos dar lugar a tragedias gigantescas. Algunos ejemplos pueden ser la evidencia de los estadounidenses de que había seres humanos que habían nacido para ser esclavos, la de los alemanes de que los judíos no eran seres humanos, o la de los soviéticos de que el Estado tenía los derechos y la persona ninguno. Causaron millones de muertos.

Esta materia trata lo más terrible y lo más glorioso del ser humano. Por eso hay que insistir en la necesidad de saber distinguir la verdad de la falsedad en estos asuntos, y evitar tragedias. Al estar en juego valores tan fundamentales como la paz, la libertad, la igualdad o la justicia, resulta muy grave que algunas personas afirmen que no podemos ponernos de acuerdo en la elaboración de unos principios éticos, válidos para toda la humanidad. Es verdad que hay algunos asuntos violentamente disputados, pero con frecuencia no hay desacuerdo en lo fundamental, sino en el modo de realizar o interpretar los principios aceptados.

3. Sociología: Individuo y Sociedad

El ser humano es biología y cultura. Es un ser social y necesita vivir en sociedad para desarrollar su inteligencia. Por esta razón, el estudio de la sociedad ha sido un tema importante en la filosofía. Lo individual hace referencia a lo propio y específico de un sujeto. El término individuo no tiene por qué referirse solo a un ser humano, sino a cualquier ser completo que pertenece a una especie, ya sea animal o vegetal. Sin embargo, utilizamos este término para referirnos al ser humano, y concretamente para destacar su componente único y propio. Ese componente puede integrarse en distintas perspectivas:

  • Para los deterministas biológicos, la parte única y propia de cada individuo es su componente genético, del cual depende su temperamento, reacciones nerviosas, estructura somática, aspecto físico, etc. Todos los actos dependen de este componente biológico.
  • Para los deterministas sociales o educacionales, sin embargo, lo único y propio de cada ser procede de la cultura, del contexto social.
  • Desde una postura integradora, más ajustada a lo que realmente ocurre, tendremos que admitir que hay dos componentes esenciales que definen lo que somos: lo biológico y lo cultural, y que ambas dimensiones constituyen la realidad personal e individual de cada ser humano. Nacemos con ciertas cualidades propias únicas e individuales, pero necesitamos confirmar ese nacimiento biológico con otro para hacernos personas, la persona única e irrepetible que seremos, por lo que necesitaremos la sociedad.

La sociedad es, en un sentido amplio, el conjunto de individuos que interaccionan entre sí, compartiendo una serie de fines, conductas o rasgos culturales.

Por cultura, entendemos tanto las posibilidades exclusivas del ser humano debidas a su naturaleza inteligente y racional, como el conjunto de actividades que ha producido gracias a ellas. Cultura implica sociabilidad. Las características culturales propias y exclusivas del ser humano, como el lenguaje, la moralidad, la posibilidad del conocimiento o la búsqueda de sentido, son consecuencia de su vida en sociedad. Es cierto que hay una base biológica y natural que las posibilita, pero si no se hubieran desarrollado en sociedad no serían lo que en realidad son.

4. Los Sistemas Sociales

Un sistema es una realidad compleja, cada una de cuyas partes o componentes interacciona con las demás. Los sistemas confieren a sus miembros propiedades o capacidades de varios tipos. Por ejemplo, los sitúan en clases y estatus diferentes, o les imponen roles que determinan su modo de comportarse.

Una familia es un sistema, y un aula también. Cada uno de sus miembros influye en todos los demás. El grupo influye sobre el individuo, pero el individuo forma parte del grupo: la interacción es compleja. Un grupo de amigos, una empresa, una clase, una sociedad, son sistemas de relaciones en los que todos influimos y somos influidos. Por eso, si nos interesa vivir en sistemas justos e inteligentes, debemos participar en su construcción. Llamamos inteligencia compartida o inteligencia social a la que surge, como fenómeno emergente, de la interacción entre personas.

5. Relaciones Individuo-Sociedad

Para Durkheim, la sociedad es anterior al individuo, ya que existe con anterioridad a su nacimiento y determina lo que este será. Los individuos se forman a partir de la sociedad, de las normas y valores que se transmiten en la educación. Por tanto, la sociedad determina lo que somos, y si hubiéramos nacido en otra cultura o contexto, en otro grupo o época, seríamos diferentes.

Los individuos también pueden imponerse sobre la sociedad, influir sobre ella y hacer cambiar sus escalas de valores. En todas las épocas y grupos sociales, ha habido individuos que han ejercido una fuerte influencia, y en muchos casos, han contribuido a cambiar la dirección de la historia. Son los creadores sociales, individuos que han destacado por sus ideas, su personalidad y aportaciones en muy diversos campos. La relación e implicación entre individuo y sociedad se produce a dos niveles.

6. Los Sistemas de Interacción Social: Estatus y Roles

La sociedad no es un conjunto desordenado de seres humanos, sino estructurado y ordenado según unos criterios: atendiendo a los distintos sistemas de interacción social y según las diversas formas de agrupación.

Toda sociedad implica una forma de organización, un conjunto de reglas de conducta que definen cómo deben ser las relaciones entre sus miembros. Los demás seres también viven en grupos, pero dependen del orden establecido por la naturaleza. En cambio, los seres humanos crean sus propias formas de organización social, basadas en normas que asignan a cada miembro unas funciones: estatus y roles.

El estatus social es el puesto que cada individuo ocupa en la estructura social, tal como lo evalúa la propia sociedad. A cada posición social le corresponde un estatus, que lleva asociado una valoración en prestigio, consideración, retribución, nivel de vida y poder social. Los roles son el conjunto de normas y pautas de conducta de un individuo, correspondientes a cada estatus, categoría o posición social, en virtud de la posición que ocupa. Son dos conceptos interrelacionados. A un estatus se le asocia un conjunto de roles y a un rol un estatus.

7. Características de la Organización Social en la Actualidad

  • Somos deudores del modelo social y político desarrollado en la modernidad. La valoración del individuo, de la libertad y la autonomía, así como la aspiración a vivir una vida basada en la igualdad y dignidad de todos los seres humanos.
  • Se ha sobrevalorado la autonomía y el valor del individuo. Se llega a hablar de individualismo egoísta, debido al auge del capitalismo y consumismo, que fomenta la libertad privada por encima de los deberes sociales y ciudadanos. El ser humano puede ser un «ser consumista».
  • El problema reside en lograr el equilibrio entre el poder del Estado y del individuo. El Estado tiene instituciones para ejercer poder, pero dependen del valor de los individuos.
  • Se fomenta y se estima la intervención de la sociedad civil en la esfera de la organización social y política. La sociedad civil es la asociación de individuos y personas al margen de intereses o instituciones políticas, que se unen por intereses comunes, como la familia, las ONG, las asociaciones religiosas o ecologistas. Estas asociaciones son muy importantes, pues representan el valor del individuo, pero asociado, aunando esfuerzos en la conquista de bienes y logros comunes, pudiendo llegar incluso a ejercer control sobre el Estado, expresando y exigiendo logros de interés común públicamente. Solidaridad y responsabilidad para el futuro.
  • La globalización. La organización social ha superado los límites del Estado, y se recurre a organizaciones supraestatales, como la UE o la ONU. Los nuevos tiempos demandan soluciones mundialistas. La sociedad civil tiene también una tarea en este frente.

La educación de las nuevas generaciones es un reto social que puede contribuir a lograr soluciones, que parten de iniciativas personales pero que tienen un alcance social.

8. Mecanismos de Socialización y Agentes de Socialización

Los mecanismos de socialización son los medios a través de los cuales los modelos sociales (normas) se transmiten a los individuos en la primera fase de socialización:

  • El aprendizaje. Es el más genérico porque a través del aprendizaje asimilamos casi todo lo humano: hablar, andar, normas de higiene, conocimientos y, evidentemente, aprendemos a ser chicos o chicas.
  • La motivación. En ocasiones, el aprendizaje es duro y va en contra de nuestras tendencias naturales o de nuestros deseos inmediatos, por lo que, ¿cómo una persona se ve inducida a orientar su conducta de acuerdo a los modelos sociales en un sentido amplio? Desde pequeños, nos pasamos la vida repitiendo y haciendo lo correcto, lo que nos dicen que está bien y nos conviene, pues a pesar de los inconvenientes que veamos en esta repetición, vemos muchas ventajas. En cada fase de la socialización cambian las motivaciones o razones. Cuando somos pequeños buscamos atención o cariño; cuando somos jóvenes, sentirnos parte de un grupo, y cuando somos adultos, encontrar en la sociedad el puesto, el papel y el reconocimiento.
  • La herencia y el medio social. Herencia se refiere a los instintos y emociones que son propios de cada individuo, lo que los psicólogos llaman temperamento es biológico y genético. Medio social hace referencia al contexto, situación y medio externo que nos rodea en la fase de socialización.

Los agentes activos en el proceso de socialización son aquellas personas, instituciones o grupos sociales que, a través de los mecanismos antes expuestos, se ocupan de la transmisión de modelos sociales (creencias). Los más relevantes son la familia, la escuela, los grupos de edad o amigos, las empresas, sindicatos, asociaciones y los medios de comunicación de masas.

9. La Inteligencia como Logro Social

La inteligencia humana es una inteligencia verbal, lógica, que se expresa y desarrolla a través del lenguaje. No hay pensamiento sin lenguaje, como el término griego logos expresa en su doble raíz (pensamiento y palabra). La inteligencia es un logro social, ya que por el hecho de vivir en sociedad, hemos podido acumular y potenciar las posibilidades de nuestra inteligencia. De sociedades basadas en la mera subsistencia y parentesco, hemos pasado a sociedades cada vez más complejas. Por otro lado, esta complejidad implica una acumulación de problemas de todo tipo: éticos, políticos, técnicos, científicos, pero también una acumulación de saberes y amplias soluciones. Aunque aceptemos un cierto individualismo y busquemos la autonomía y la inviolabilidad de la persona dentro del grupo, hemos entendido que esto solo es posible contando con la complicidad de los otros.

10. La Conquista y el Aprendizaje de la Libertad

El ser humano es un ser libre en dos niveles:

  • En un plano individual: la facultad de obrar libremente es una capacidad aprendida. La libertad no es una propiedad real y estable del ser humano, sino una posibilidad creada culturalmente y por el hecho de vivir en sociedad. Ocurre como con el lenguaje: es cierto que tenemos una base biológica que nos permite su desarrollo, pero no llega a desarrollarse plenamente si no vivimos en sociedad. Puede resultar paradójico, pero aprendemos a ser libres aprendiendo primero a controlarnos, obedeciendo. Así, el niño va aprendiendo a dominar sus impulsos, sus deseos, a ejercer su libertad.
  • En un plano político: la sociedad nos ofrece una conquista de libertades y derechos adquiridos a lo largo de la historia. La historia de la sociabilidad humana es una historia de luchas y conquistas para hacer la vida más digna y más humana.

11. La Institucionalización de la Educación

La libertad y la inteligencia, así como cualquier otro rasgo distintivo del ser humano, más que cualidades dadas de antemano, son capacidades o destrezas que se tienen que adquirir y desarrollar a lo largo de la vida. No nacemos siendo libres o seres inteligentes, tenemos que aprender a serlo a través de la educación y del aprendizaje, primero de los padres y de la familia, luego en la escuela, de los amigos, los medios de comunicación y los agentes sociales.

Por eso tiene tanta importancia la educación para la vida humana, en todos los tiempos y todas las culturas. No se conoce ninguna cultura que no haya dedicado un lugar importante a la educación.

Pero cuando nos referimos a la mejora de la educación y a las posibilidades que ella puede aportar a la humanidad, no nos referimos solo a este aspecto, aunque también. Nos referimos al ideal ilustrado de poder mejorar la humanidad. Porque si lo que somos depende en gran medida de la educación, significa que podemos intervenir en lo que seamos, que podemos elegir nuestros proyectos de vida, aspirar a vivir más dignamente, configurar nuestro mundo.

12. ¿Qué es un Sistema de Normas? Tipos de Normas

Un sistema normativo es el conjunto de reglas, pautas o leyes que regulan el comportamiento. Los sistemas morales proponen un modelo de ser humano, un modelo de comportamiento y un modelo de sociedad. La naturaleza está regida por leyes naturales; el resto de animales nace para actuar de determinada manera, pero el humano, inteligente y libre, tiene que decidir su conducta y organizar sus modos de convivencia. Todas las sociedades admiten e imponen códigos de comportamiento que sus miembros tienen que obedecer. Estos sistemas se han ido formando a lo largo de los procesos históricos y se transmiten mediante la educación. Las normas se aprenden e interiorizan durante el período de socialización. Tipos:

  • Usos, costumbres o hábitos. Son normas normalmente no escritas, que regulan las relaciones humanas basándose en la tradición y la costumbre de la comunidad. Dichas normas obligan a su cumplimiento por la presión social, pero no se pueden imponer por la fuerza.
  • Leyes jurídicas. Son aquellas normas que se recogen en los códigos jurídicos que toda sociedad posee y proponen sanciones para quienes las incumplan.
  • Leyes morales. Regulan la convivencia, pero no se imponen por coacción, sino por convencimiento personal o presión social, como los sentimientos de vergüenza o culpa.
  • Leyes éticas. Con «ética» nos referimos a una moral universalmente válida, basada en las necesidades comunes a toda la especie humana y aceptables por cualquier inteligencia.

13. ¿Qué es lo Bueno? ¿Por qué Debo Hacer lo Bueno?

Son las preguntas que debemos hacernos desde el punto de vista moral y hay distintas teorías filosóficas acerca del bien:

  • Las éticas de la felicidad han propuesto distintas concepciones de lo bueno: lo que produce placer, lo que es útil para el mayor número de personas, lo que perfecciona nuestra naturaleza, lo indicado por ley natural, lo que pensamos juntos que es bueno.
  • Las éticas del deber afirman que lo bueno es seguir la norma justa, sin mencionar la felicidad.

Es difícil ponerse de acuerdo en el contenido concreto de la felicidad individual y los proyectos privados pueden entrar en conflicto, por lo que las sociedades establecen valores, normas y modos de vida compartidos que permitan resolver dichos problemas y permitir la felicidad. En la pugna entre distintos modelos de convivencia y organización, se ha ido imponiendo el que defiende los derechos individuales, la participación en la política, el rechazo de la discriminación y la racionalidad como mejor modo de resolver conflictos. En consecuencia, podemos considerar como buenos los comportamientos que son compatibles o que ayudan a realizar ese modelo de convivencia y malos los contrarios.

Debemos hacer lo bueno por motivaciones distintas: el hábito, la presión social, los sentimientos de vergüenza o culpa, el altruismo, los remordimientos, el amor, la compasión, el miedo al castigo o las creencias religiosas. Bergson distinguió dos fuentes del comportamiento moral:

  • La imposición social: se han ido construyendo por la práctica.
  • La atracción de grandes modelos: otros sistemas han sido propuestos por renovadores sociales, que han movilizado la voluntad de multitudes y proponerles un modo de vida diferente, como Jesús, Mahoma, Confucio o Buda.

Debemos hacer lo bueno por dos motivos:

  • Porque lo dice la ley y debo obedecerla.
  • Porque lo dice mi conciencia y debo obedecerla.

Se llama heteronomía a la obediencia a la ley que nos viene de fuera y autonomía a la obediencia a la ley que nos damos nosotros mismos. Actuar autónomamente es el modo más humano de actuar, porque respeta la racionalidad y la libertad humana.

14. El Problema del Multiculturalismo

En la Convención de Derechos sobre los Derechos Humanos (Viena, 1993) algunos países orientales y africanos argumentaron que los derechos humanos eran normas occidentales, por lo que no podemos hablar de un modelo universalmente aceptado. Las críticas más potentes se referían al carácter individualista de los derechos humanos, al reconocimiento de derechos individuales. Sus detractores piensan que eso es una fuerza disgregadora de la sociedad, porque nos convierte a todos en individuos insolidarios, y reclaman el reconocimiento de los derechos de la familia, las culturas o las comunidades.

La crítica puede tener fundamento, porque el individualismo occidental olvida con frecuencia la vinculación social que está en su base. Pero se trata más de un error educativo que de un error de fundamentación. Conviene no olvidar que, a pesar del individualismo occidental, nuestra cultura es la que ha puesto en práctica los mejores sistemas de protección social, la igualdad entre hombres y mujeres y la protección infantil, pero debemos insistir en la vinculación social del ser humano.

15. Derechos Innatos

La ética pública es la ética del ciudadano. La historia de este concepto nos permite entender mejor todo lo dicho anteriormente. En 1789, se publicó la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Sus redactores estaban luchando contra el poder absoluto del rey. El rey era la fuente del derecho, no estaba sometido a nada; era absoluto, absuelto de cumplir la ley. Esto dejaba inerme al súbdito, que no podía defenderse de la arbitrariedad del soberano. De ahí la necesidad de afirmar la existencia de derechos anteriores a la potestad legislativa del monarca, derechos a los que el mismo gobernante tenía que someterse. Para distinguirlos, denominaron derechos del hombre a los que los humanos tenemos por el hecho de ser personas, previamente a nuestra incorporación a la sociedad, y derechos del ciudadano a aquellos que recibíamos de nuestra inserción en la sociedad. Estos dependían del legislador, pero los primeros eran previos a la tarea legislativa. Un gobernante que quisiera ser justo debería legislar siempre de acuerdo con los derechos del hombre.

Estos derechos previos a la legislación solían llamarse derechos naturales, derechos que proceden de la naturaleza y no de la organización política, y siempre han servido como gran defensa de los individuos frente al poder del monarca o del Estado. Por eso figuran en declaraciones y reivindicaciones:

  • En la Declaración de Derechos de Virginia de 1776: «que todos los hombres son por naturaleza igualmente libres e independientes y tienen ciertos derechos innatos, de los que, cuando entran en estado de sociedad, no pueden privar o desposeer a su posteridad por ningún pacto, a saber: el goce de la vida y de la libertad, con los medios de adquirir y poseer la propiedad, y de buscar y obtener la felicidad y la seguridad».
  • En la Declaración de Derechos de los Hombres y del Ciudadano de 1789, «los representantes del pueblo francés han decidido exponer, en una declaración solemne los derechos naturales, inalienables y sagrados del hombre».

16. La Noción de Persona

La palabra persona deriva del griego prosopon, que significa máscara; era la máscara que el actor de teatro llevaba en la representación para realizar su papel. Persona significó en un momento personaje. La acepción actual aparece por primera vez en el cristianismo. A este respecto, es famosa la definición de persona del filósofo latino Boecio, en el siglo IV d.C.: «sustancia individual de naturaleza racional»:

  • Sustancia individual significa que puede subsistir por sí misma y no por otro: de aquí surgirá la idea posterior de individuo y de autonomía.
  • Naturaleza racional significa que el ser humano es naturaleza, como los demás seres, pero dotada de racionalidad, es decir, que tiene autoconciencia, voluntad y sociabilidad.

La noción cristiana de la persona está vinculada a su Imago Dei, imagen de Dios, por lo que la superioridad del ser humano está ligada a su semejanza y proximidad a Dios, que lo hace autónomo, soberano y superior a las demás criaturas. La filosofía moderna se caracteriza por su progresiva secularización: las peculiaridades propias y exclusivas del ser humano pueden y deben explicarse desde su propia naturaleza.

17. La Postura de Kant

Kant afirma que la especificidad de la naturaleza radica en su libertad, racionalidad y autonomía. El resultado más importante es que se enriquece el concepto de persona, al darle una connotación fundamentalmente moral. Persona es ser libre y ser persona consiste en la posibilidad de elegir sus propias metas, fines, proyectos y valores.

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