Fundamentos de los Valores Morales: Una Exploración Filosófica

La Búsqueda de la Divinidad Interior

En muchos casos, se considera importante la presencia de un reflejo de la divinidad en nuestro interior, de manera que la búsqueda honesta en la propia conciencia constituye otra pieza fundamental en el descubrimiento de los auténticos valores. Desde una perspectiva teórica, no hacemos sino desplazar el problema: de la pregunta «¿cuáles son los auténticos valores?» se pasa a la pregunta «¿cuál es el auténtico Dios y quiénes deben ser los intérpretes de su voluntad?». El problema ético se convierte en un problema teológico.

El Fundamento en la Naturaleza

El Antropocentrismo y la Naturaleza como Modelo

El antropocentrismo representó la disminución de la omnipresencia de la religión en la vida cotidiana. Muchos ojos se volvieron hacia la naturaleza en busca de un nuevo fundamento. La naturaleza se convirtió en fuente de inspiración para artistas e intelectuales, en modelo de belleza y también de bondad. Aristóteles ya invitaba a imitar la naturaleza. Los filósofos racionalistas del siglo XVII y los ilustrados del siglo XVIII recogieron la herencia y la incorporaron a sus esquemas, refiriéndose una y otra vez a la naturaleza humana y a los derechos naturales. Desde esta perspectiva, que hoy en día sigue siendo habitual, cualquier cosa es buena si es natural.

Problemas con la Naturaleza como Fundamento
  1. La naturaleza ha sido utilizada como recurso legitimador de las ideas más dispares. Por ejemplo, el liberalismo económico, para defender su concepto de la sociedad, se ha aprovechado de la idea de que la naturaleza nos enseña la bondad de la libre competencia; el intervencionismo del Estado resulta antinatural y nocivo.
  2. En el nazismo: En beneficio de la especie, es preciso evitar la reproducción de los seres inferiores, esterilizándolos. Además, dado que en la naturaleza el cruce entre especies no es viable, es preciso prohibir la mezcla física y cultural entre superiores e inferiores.
La Falacia Naturalista

Las argumentaciones naturalistas precedentes pasan de la observación de determinadas pautas en la naturaleza a la afirmación de que estas pautas tienen que ser nuestra guía. Sería necesario saber qué es lo que es preciso imitar del mundo natural. ¿Por qué de todo lo que se da en él nos fijamos en el cuidado que tienen algunas madres de sus crías y no en los peces que devoran sus propios huevos?

En la naturaleza hay muestras de esto, de aquello y de todo lo contrario, y lo que tendemos a hacer es seleccionar, pero no es la naturaleza la que nos da los criterios de selección.

El Fundamento en el Derecho

A la hora de fundamentar los valores, otro recurso es la equiparación entre moralidad y legalidad. Bueno es aquello que marcan las leyes. Aunque muchos se refugien en ella, parece que ésta no es una forma válida de justificar nuestros valores.

Éticas Teleológicas

Las éticas que intentan justificar las morales en función del objetivo, del punto al cual pretendemos llegar, reciben el nombre de éticas teleológicas, ya que todos le damos el nombre de felicidad a aquello que querríamos conseguir en la vida. La reflexión se centra en la disputa sobre qué es aquello que nos hace más felices a las personas y cuál es el mejor modo de conseguirlo.

Aristóteles y la Felicidad

Aristóteles consideraba que aquello que nos hace más felices es lo que nos diferencia del resto de criaturas, es decir, el cultivo de la racionalidad. Aristóteles, sin embargo, sabía que no nos podemos permitir el lujo de dedicar la vida entera a los asuntos del espíritu, y para las actividades cotidianas recomendaba una vida equilibrada, juiciosa y alejada de cualquier posición extrema.

Hedonismo

Epicuro afirmaba que en la vida es preciso dedicarse al placer; por eso llamamos a su planteamiento hedonismo. Muchos consideran que esta postura es opuesta a la defendida por Aristóteles, olvidando que Epicuro insistía en que es necesario aprender a calcular con sensatez los placeres, no fuera el caso que buscando el placer acabásemos encontrando sólo dolor. Por lo tanto, la vida dedicada al placer no tiene nada que ver con la fiesta permanente.

Utilitarismo

J. Bentham y J. Stuart Mill pasan de la consideración individual del placer y la felicidad a su consideración colectiva. Una acción es mejor que otra cuando contribuye más al bienestar global. La máxima es: «el mayor bien para el mayor número de personas». Recibe el nombre de utilitarismo y en ella el bien general es superior al bien particular.

El criterio utilitarista ha sido objeto de numerosas críticas. El problema no es que sea un criterio falso, sino la enorme dificultad de poder aplicarlo.

Éticas Deontológicas

En muchas ocasiones, aquello que prima en el acto moral no es la felicidad, sino el deber. Hay acciones que tenemos que…

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