Fundamentos del Criticismo Kantiano: Un Enfoque en la Razón Pura

El Proyecto Kantiano y la Crítica de la Razón

De acuerdo con el proyecto kantiano, cuyo objetivo es hacer una crítica de la razón, Kant ha de responder a cuatro cuestiones. La primera es ¿qué puedo conocer? Esta pregunta la responde en la Crítica de la razón pura. El racionalismo y el empirismo son las dos corrientes filosóficas que predominan en los siglos XVII y XVIII. El racionalismo, partiendo de las ideas innatas y cifrando el origen de nuestro conocimiento en la experiencia, concluirá con Hume, que sostiene que no podemos conocer en sentido estricto nada acerca de la realidad (escepticismo).

Kant funda el criticismo, y se sitúa entre estas dos corrientes filosóficas, sostiene que nuestro entendimiento posee ciertos conceptos a priori, no derivados de la experiencia. Dice que el límite del conocimiento es la experiencia.

La Posibilidad de la Metafísica como Ciencia

En el prólogo de la Crítica de la razón pura Kant se muestra interesado por el problema de la posibilidad de la metafísica como ciencia. Hay dos rasgos que hacen sospechar de la posibilidad de la metafísica: el primero sería que la metafísica no avanza, incluso retrocede; y el segundo sería que no hay unanimidad entre sus partidarios.

Para examinarlos Kant se plantea bajo qué condiciones son posibles las ciencias. Hay dos tipos de condiciones: condiciones empíricas, que son particulares (afectan a individuos y sujetos) y contingentes; y condiciones a priori, las cuales son universales (válidas para todos los sujetos y objetos) y necesarias. Kant estudia las condiciones a priori o trascendentales (llamadas así por pertenecer a la estructura del sujeto y hacer posible la experiencia).

Juicios de la Ciencia: Analíticos vs. Sintéticos

Kant se plantea, pues, el problema de bajo qué condiciones a priori o trascendentales son posibles los juicios de la ciencia. Kant clasifica los juicios atendiendo a dos criterios: la relación entre sujeto y predicado distinguimos los juicios analíticos (en los que el predicado está incluido en el sujeto) y los juicios sintéticos (en los que el predicado no está incluido en el sujeto).

En segundo lugar, atendiendo al modo en el que se conoce su verdad, podemos distinguir entre juicios a posteriori (en los que su verdad la descubro a través de la experiencia). Los cuales pueden ser particulares o no estrictamente universales y contingentes y juicios a priori (en los que su verdad no la descubro a través de la experiencia), los cuales son universales y necesarios. Combinando ambas clasificaciones obtiene los juicios analíticos a priori (en los que el predicado va incluido en el sujeto y no las descubro a través de la experiencia, sino que han sido y serán siempre así), juicios sintéticos a posteriori (en los que el predicado y el sujeto están separados y lo descubro a través de la experiencia) y los juicios sintéticos a priori (en los que el predicado no está incluido en el concepto del sujeto, no necesito la experiencia para descubrirlos). Estos juicios son los juicios fundamentales de la ciencia.

La pregunta por las condiciones que hacen posible los juicios sintéticos de las ciencias la responde en la revolución copernicana de Kant.

La Revolución Copernicana de Kant

Hume distingue dos tipos de conocimiento: el de relaciones de ideas, al que corresponde las matemáticas, y el de cuestiones de hecho, al que corresponde la física y la vida ordinaria. Hume piensa que solo en las matemáticas son posibles los juicios a priori. Kant cree que es posible formular juicios sintéticos a priori y para poder justificar la posibilidad ensaya una revolución: la revolución copernicana de Kant. En ella afirma que el objeto ha de adecuarse al sujeto, el sujeto no es activo. Sostiene que es posible tener un conocimiento a priori, distingue entre fenómeno (todo lo que tiene una causa) y noúmeno (existe la libertad). También afirma que es posible pensar lo incondicionado sin contradicción. En la doctrina del conocimiento en la Crítica de la razón pura hace una distinción entre dos facultades del conocimiento: la sensibilidad y el entendimiento.

Sensibilidad y Entendimiento

Dentro del entendimiento Kant distingue dos funciones: formular juicios (más tarde lo llama entendimiento en sentido estricto) y enlazar juicios (lo denomina razón).

Su obra La crítica de la razón pura se estructura en dos partes: doctrina trascendental de los elementos (dividida a su vez en Estética trascendental y Lógica trascendental) y doctrina trascendental del método. Dentro de la Estética trascendental comenzamos con la sensibilidad, en la que distingue la sensación (efecto producido en nuestra sensibilidad por los objetos). Denominamos sensibilidad a la capacidad de percibir representaciones, es pasiva y tiene dos tipos: la sensibilidad externa (recibimos representaciones del exterior) y la interna (recibimos representaciones de nuestra mente, y de nuestros contenidos mentales).

La intuición es el modo por el que nuestro conocimiento se relaciona inmediatamente con los objetos, el ser humano sólo tiene intuición sensible, tipos: pura y empírica. Hay dos formas a priori en nuestra sensibilidad: el espacio y el tiempo, los cuales son formas a priori de la sensibilidad (Estructuras anteriores e independientes a la experiencia), intuiciones puras y condiciones trascendentales del conocimiento sensible.

El fenómeno es el objeto indeterminado de una intuición empírica, según Kant está compuesto de materia (procede de la sensación) y forma (espacio y tiempo). A la pregunta de si son posibles los juicios sintéticos a priori de las matemáticas Kant responde que el tiempo es el fundamento último de la aritmética, y el espacio el de la geometría. Las matemáticas formulan juicios acerca del espacio y el tiempo, y como éstas son a priori, también lo serán aquellos.

Analítica Trascendental y las Categorías

Dentro de la Analítica trascendental encontramos el entendimiento. El entendimiento es la facultad que tenemos de producir nosotros mismos representaciones. Juzgar o pensar es referir las representaciones sensibles a un concepto. Los conceptos pueden ser empíricos y puros. Hay formas a priori en nuestro entendimiento que Kant llama categorías (formas de pensar o juzgar). Las deduce a partir de los tipos de juicio. Llama a esta deducción deducción metafísica de las categorías. Según Kant hay doce categorías: unidad, pluralidad, totalidad, realidad, negación, limitación, sustancia y accidente, causa y efecto, acción recíproca, posibilidad o imposibilidad, existencia o inexistencia y necesidad o contingencia. Las categorías son formas a priori del entendimiento (conforman o estructuran un material procedente del conocimiento sensible), conceptos puros y condiciones trascendentales (determinan el conocimiento). Según Kant las categorías o conceptos puros sólo son aplicables a las intuiciones. Ante la pregunta de cómo son posibles los juicios sintéticos a priori de la física Kant considera que las reglas de uso de las categorías son las leyes de la experiencia, los llama principios del entendimiento. En el idealismo trascendental señala la diferencia entre fenómeno y noúmeno (o cosas en sí). El objeto en tanto aparece y es concebido se denomina fenómeno, y noúmeno o cosas en sí es en la medida en que es algo sólo inteligible. Distingue dos sentidos de noúmeno: concepto negativo (lo que no percibo) y como concepto positivo (lo que alguien si tuviera intuición intelectual percibiría: Dios). Como sólo tenemos intuición sensible, noúmeno queda como un concepto negativo.

La distinción entre fenómeno y noúmeno permite comprender por qué Kant denomina a su doctrina idealismo trascendental.

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