La Filosofía de Platón: Método y Propósito
Todas las obras de Platón están escritas en forma de diálogo. El motivo de esta elección estilística reside en la concepción platónica de la filosofía como una búsqueda activa y compartida del conocimiento.
Con sus diálogos, Platón pretende:
- Demostrar la inconsistencia de toda actitud mental y conducta fundada únicamente en la opinión (doxa).
- Construir, tras refutar la opinión, un razonamiento sólido (episteme) que satisfaga a todo individuo que busque la verdad de buena fe. La reflexión filosófica es, para Platón, un proceso constructivo.
El Objetivo de la Filosofía Platónica
El objetivo de la filosofía platónica, como él mismo señala en la Carta VII, es eminentemente político: organizar el Estado conforme a la verdadera filosofía. Esta filosofía sirve para orientar la conducta del ser humano, tanto individualmente como, sobre todo, en su convivencia social, señalándole cómo debe comportarse.
La Realidad (Ontología): Mundo Sensible y Mundo de las Ideas
Platón se pregunta cómo es posible que el ser humano alcance conocimientos necesarios y universales (ciencia o episteme). Su respuesta es determinante: si el hombre puede poseer tales conocimientos, es porque existen objetos reales que son igualmente necesarios y universales.
Como consecuencia, Platón postula la existencia de dos mundos:
- El Mundo Sensible: El mundo físico en el que vivimos, caracterizado por el cambio, la multiplicidad y la particularidad. Es percibido por los sentidos y es objeto de opinión.
- El Mundo de las Ideas (o Mundo Inteligible): Un mundo trascendente donde residen las Ideas, que son las esencias perfectas, eternas e inmutables de todas las cosas. Este mundo es la auténtica realidad y solo puede ser captado por la razón.
Platón considera imprescindible admitir la existencia real de las Ideas para fundamentar el conocimiento verdadero.
El Mundo de las Ideas y su Relación con el Mundo Sensible
A cada clase de objetos que existen en el mundo sensible le corresponde una Idea en el mundo inteligible, y esta Idea es la auténtica realidad. El mundo sensible es considerado una realidad de segunda clase, una copia imperfecta o sombra del Mundo de las Ideas.
Características de las Ideas:
- Universales: Mientras que las cosas sensibles son individuales, las Ideas representan la esencia común (lo universal) de múltiples particulares.
- Objetivas: No son meros pensamientos o conceptos mentales, sino realidades subsistentes por sí mismas.
- Inmutables e Indivisibles: A diferencia de las cosas sensibles que cambian y se dividen, las Ideas son eternas y no cambian.
- Eternas: Trascienden el tiempo y no ocupan un lugar físico.
- Jerarquizadas: Forman un sistema ordenado, culminando en la Idea del Bien, que es la causa y fundamento de todas las demás Ideas y de la inteligibilidad del mundo.
El Demiurgo
Platón introduce la figura del Demiurgo para explicar la formación del mundo sensible. No es un creador ex nihilo (de la nada), sino un artesano divino muy inteligente que actúa sobre una materia preexistente, informe y caótica. Inspirándose en las Ideas perfectas, el Demiurgo ordena esta materia, introduciendo estructura y finalidad en el cosmos sensible, haciéndolo lo más perfecto posible a semejanza del Mundo Inteligible.
El Ser Humano (Antropología y Ética)
El Hombre como Alma
Para Platón, el ser humano es fundamentalmente un alma espiritual y eterna, encerrada o encarcelada temporalmente en un cuerpo material y mortal. La unión entre alma y cuerpo es considerada accidental y transitoria.
Aunque Platón distingue tres partes o tipos de almas en el ser humano (racional, irascible y concupiscible), solo el alma racional constituye la esencia auténtica del hombre. Las otras dos (irascible, ligada a las pasiones nobles, y concupiscible, ligada a los apetitos y deseos sensibles) son propias del cuerpo y desaparecen con su muerte.
La Inmortalidad del Alma
El alma racional no solo es la parte más importante del hombre, sino que, además, es inmortal. Platón ofrece diversas argumentaciones en sus diálogos para sostener esta tesis.
Naturaleza y Destino del Alma
Platón explora la naturaleza tripartita del alma, su preexistencia antes de unirse al cuerpo y su destino después de la muerte. Al abordar estos temas, que no siempre pueden deducirse mediante razonamiento estricto, recurre frecuentemente a símiles y relatos mitológicos (como el Mito de Er o el Mito del Carro Alado) para ilustrar sus ideas sobre la transmigración y el juicio de las almas.
La Purificación del Ser Humano (Ética)
Lo crucial de los mitos y la teoría del alma es la implicación ética: la vida humana debe ser un proceso de purificación. Dado que existen tres partes en el alma, el comportamiento humano correcto exige que el alma superior (la racional) someta y dirija a las otras dos (irascible y concupiscible).
La virtud fundamental es la sabiduría o prudencia (phronesis), propia del alma racional, que debe gobernar. La fortaleza o valor (andreia) es la virtud del alma irascible cuando sigue los dictados de la razón, y la templanza o moderación (sophrosyne) es la virtud del alma concupiscible cuando se somete a la razón. La justicia (dikaiosyne) en el individuo consiste en la armonía entre estas tres partes, cada una cumpliendo su función propia bajo el dominio de la razón.
El hombre camina hacia su perfección y purificación cuando, mediante la filosofía y la práctica de la virtud (especialmente a través de la dialéctica), logra que su alma racional domine las pasiones y apetitos, ascendiendo hasta la contemplación de las Ideas, y en último término, de la Idea del Bien.
La Sociedad (Política)
El Hombre como Ser Social
Platón critica la postura de los sofistas, quienes pensaban que las leyes sociales (nomos) eran meras convenciones variables y no existían leyes fijas y universales basadas en la naturaleza humana (physis) que regularan la convivencia.
Por el contrario, Platón sostiene que el individuo, por sí solo, no puede alcanzar la perfección ni el bien completo; necesita vivir en sociedad (la polis o ciudad-Estado) para lograrlo. El Estado es concebido como un organismo necesario para el desarrollo pleno del ser humano.
Platón establece un paralelismo estructural entre el alma individual y el Estado:
- Gobernantes-Filósofos: Corresponden al alma racional. Su virtud propia es la sabiduría o prudencia. Como los filósofos son quienes han contemplado la Idea del Bien, son los únicos capacitados para gobernar con justicia y dirigir el Estado hacia el bien común.
- Guardianes (Guerreros): Corresponden al alma irascible. Su virtud es la fortaleza o valor. Su función es defender el Estado de enemigos externos e internos, manteniendo el orden bajo la dirección de los gobernantes.
- Productores (Artesanos, Campesinos, Comerciantes): Corresponden al alma concupiscible. Su virtud es la templanza o moderación. Constituyen la clase más numerosa y su función es producir los bienes necesarios para satisfacer las necesidades materiales de toda la comunidad.
La justicia en el Estado, al igual que en el individuo, consiste en la armonía entre estas tres clases sociales, donde cada una cumple la función que le es propia por naturaleza, sin interferir en las de las demás, bajo la guía de los gobernantes filósofos.
Diversas Formas de Organización del Estado
Platón describe un proceso de degeneración de las formas de gobierno a partir de su Estado ideal (aristocracia o monarquía gobernada por filósofos):
- Timocracia: Gobierno de los guardianes (militares). Llevados por la ambición y el honor (timé), se preocupan más por la gloria guerrera que por la sabiduría y el bien común. Existe orden, pero basado en principios inferiores a la razón.
- Oligarquía Plutocrática: Gobierno de los ricos. El poder se basa en la riqueza (ploutos). La sociedad se divide drásticamente entre ricos y pobres, aumentando la tensión social. La virtud principal es el afán de lucro.
- Democracia: Surge cuando los pobres se rebelan y toman el poder. Se caracteriza por una libertad excesiva que degenera en libertinaje, donde cada uno interpreta la ley a su antojo y prevalece la igualdad por encima de los méritos. El orden se disuelve.
- Tiranía: Como reacción al desorden de la democracia, surge un líder (el tirano) que se hace con todo el poder. En este régimen, no existe la ley, sino la voluntad arbitraria del tirano, que gobierna conforme a sus intereses y caprichos, oprimiendo al pueblo. Es la peor forma de gobierno.
A través de esta descripción, Platón refuerza su convicción de que la única forma de gobierno válida y justa es aquella en la que los filósofos, guiados por el conocimiento del Bien, ostentan el poder (el rey-filósofo).