Fundamentos del Pensamiento Político: De la Antigua Grecia a la Modernidad

La Filosofía Política

El término «política», en la Antigua Grecia, significaba el arte de vivir en sociedad. Así, la filosofía política es la rama de la filosofía que versa sobre el ser humano en tanto que animal político: un ser que vive agrupado en sociedades que se organizan en estructuras de poder denominadas Estado.

El Origen de la Democracia

La democracia llegó a Atenas entre los siglos VI y V a. C., impulsada por Solón, Clístenes y, sobre todo, Pericles, y se mantuvo hasta que la conquista macedónica impuso su eliminación en el año 322 a. C. La democracia era directa: los ciudadanos participaban, sin intermediarios ni representantes, en la legislación y el gobierno. Este sistema tenía algunas deficiencias. Los derechos y privilegios democráticos estaban restringidos a una cuarta parte de la población. Ni las mujeres, ni los metecos, ni los esclavos tenían derecho a voto. Los sofistas, considerados los maestros de la democracia, eran extranjeros cultos y grandes viajeros que aportaban nuevas ideas y fueron acogidos por la juventud ateniense. No tenían derecho a participar en la política de la ciudad, así que se dedicaron a enseñar, a cambio de dinero, cómo triunfar en política y en los tribunales. Enseñaban oratoria para que sus alumnos supieran hablar en público. Los sofistas consideraban más importante la forma de decir las cosas que la verdad o falsedad que contenían sus palabras. Se trataba de que la gente se creyera el discurso.

El Nacimiento de la Política Moderna

La ciencia política, en la actualidad, empezó a existir a partir de la figura de Nicolás de Maquiavelo. Es el primer pensador que da absoluta independencia a la política respecto de la ética. Defiende y justifica que una cosa son las razones de Estado y otra, los criterios éticos. Su principal obra es El Príncipe (1513). Es considerado el primer pensador político de la era moderna. Sus reflexiones políticas se nutren de dos fuentes:

Historicista

Observa la realidad política de las ciudades italianas de su época, el Renacimiento. Hay que destacar aquí la admiración que siente por Fernando de Aragón, quien dominaba la política italiana con su política exterior y a quien consideraba como el prototipo de los príncipes. El partir de la observación directa es lo que convierte a Maquiavelo en el primer pensador moderno en términos políticos.

Naturalista

Parte de una concepción invariable y negativa de la naturaleza humana. Para Maquiavelo, el hombre está naturalmente corrompido y solo desea satisfacer sus pasiones. Por esto, hay que tenerle sujeto para que pueda existir la sociedad. El orden solo se mantiene por la fuerza que ejercen los príncipes o gobernantes sobre sus súbditos.

El Contractualismo

Algunas de las teorías que defienden la necesidad del Estado se conocen como teorías contractualistas. Surgen en el siglo XVII y consideran que el Estado es el fruto de un pacto o contrato que todos los individuos, libres e iguales, firman para constituir un gobierno que organice la convivencia común. Antes de ese acuerdo, habría existido un estado de naturaleza, en el cual los seres humanos vivirían siguiendo sus inclinaciones naturales. Hobbes, Locke y Rousseau considerarán que los seres humanos salimos ganando con el pacto que dará lugar al nacimiento del Estado.

Platón

Para la antigua democracia ateniense, que era directa, «lo justo es lo que la asamblea designa que es justo», como resumió Aristóteles. La idea democrática daba por sentado que todos los ciudadanos entendían de política, que todos estarían tan capacitados para ello como el que más. Es decir, todos los ciudadanos son iguales ante la ley, es lo que se llama isonomía. Contra esta idea se revela Platón, negando que todos estén capacitados para gobernar y afirmando que solo los que saben deben hacerlo. De hecho, la causa, para él, de que todos los estados estén mal gobernados radica precisamente en que ni los sabios gobiernan ni los que gobiernan se hacen sabios. Platón no aceptó ningún sistema político concreto, sino que se planteó buscar la organización social ideal, que aproximara a los hombres al bien y a la justicia. Según Platón, una sociedad solo podría ser justa si todos los ciudadanos fuesen educados por el Estado. En La República, afirma que la polis ideal debe estar compuesta de tres clases o grupos de ciudadanos. El Estado será justo y bueno en la medida en que cada una de esas clases se ocupe eficazmente de su cometido, sin que unas interfieran en otras.

  • Filósofos o gobernantes: dedicados al gobierno de la polis. Estos deben ser educados en la virtud de la sabiduría y prudencia, que es la propia del alma racional. Serán los que estén en condiciones de conocer el bien en sí, la justicia en sí, la prudencia en sí, por lo que podrán tomar decisiones buenas, justas y prudentes, pensando en el bien de la ciudad y olvidándose de sus intereses particulares y egoístas.
  • Guardianes: una especie de clase militar encargada de hacer cumplir las órdenes de los gobernantes, deberán velar por la paz social interna y externa, cultivando especialmente la virtud de la valentía, propia del alma irascible.
  • Productores: la más numerosa, constituida por campesinos, artesanos y comerciantes. Su virtud propia es la templanza, que regula los deseos del alma concupiscible, ya que han de usar los bienes que producen con medida porque han de pensar en la comunidad en su conjunto.

Por tanto, si cada ciudadano está en su puesto y hace lo que debe, se logrará la polis ideal, donde reinará el orden y los ciudadanos alcanzarán la felicidad.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *