Fundamentos y Evolución de la Filosofía de la Ciencia

La Filosofía de la Ciencia

La Filosofía de la Ciencia es una rama relativamente joven de la filosofía. Nació en los años treinta (1929), con el llamado Círculo de Viena. Centra su reflexión en torno a distintos aspectos de la investigación científica. Por ejemplo:

  • ¿Cuándo una proposición o un enunciado puede ser considerado científico?
  • ¿Qué método es el apropiado para la ciencia?
  • El análisis de la objetividad y el progreso que suele atribuírsele al conocimiento científico.
  • Los diferentes retos a los que se enfrentan nuestras sociedades, en las que tecnología y ciencia tienen un protagonismo indiscutible.

La importancia de todas estas cuestiones la ofrece precisamente el lugar que en nuestras sociedades tiene la ciencia y sus aplicaciones técnicas y tecnológicas: en nuestras sociedades, decir que algo está científicamente probado se traduce en que es verdadero de modo indiscutible, y, eso es tanto como asumir que la ciencia genera verdades indudables. Por otro lado, vivimos rodeados de tecnologías que tienen unos efectos negativos que debemos minimizar y eliminar. Por ejemplo, las grandes redes de información y comunicación que se han desarrollado en las últimas dos décadas con Internet, la telefonía móvil y las redes sociales, entre otros, han multiplicado y facilitado nuestros contactos a nivel personal y social y, han promovido la difusión y la democratización del saber, han potenciado el intercambio de conocimientos y también, la discusión de diferentes temas o asuntos. Este nivel de desarrollo de la ciencia es relativamente joven: la ciencia inicia su andadura imparable de progreso en el siglo XVIII, cuando, gracias al método científico, se separó de la filosofía; con ello, ofreció una nueva imagen del universo y, especialmente, encontró una metodología que permitió el desarrollo no solo de la física, sino de otras ciencias naturales, como la química o la biología, sin las cuales serían impensables muchos de los desarrollos que hoy disfrutamos. Las aplicaciones técnicas y tecnológicas del conocimiento científico comenzaron a desarrollarse a finales del siglo XVIII, con la aparición de las primeras máquinas. A la base del éxito de la ciencia y de la transformación que ha traído para las sociedades desde el siglo XVIII se encuentra el método científico. De ahí que la metodología científica sea uno de los grandes temas de reflexión de la filosofía de la ciencia y una de las cuestiones a la que prestaremos especial atención en esta unidad. La reflexión de la filosofía de la ciencia sobre todas esas cuestiones más arriba expuestas tiene principalmente como modelo o referencia a las ciencias naturales: será su noción de verdad, su método o su objetividad y progreso las que les preocupen.

Los Orígenes y las Características de la Ciencia

Hasta el siglo VI a. C., los fenómenos de la naturaleza eran explicados por la intervención de los dioses o de las fuerzas divinas. La ciencia nace cuando el ser humano entiende que la realidad natural que tiene enfrente es explicable racionalmente, así como que esas explicaciones pueden encajarse en un sistema coherente. Al principio, ciencia y filosofía eran indistinguibles: la ciencia nació con la filosofía en el siglo VI a. C. y se separaron en el período conocido como Revolución Científica. La causa que permitió la diferenciación de la ciencia con respecto a la filosofía y su independencia fue el método experimental de Galileo, es decir, un procedimiento de investigación de la naturaleza, cuyos pasos eran los siguientes:

Pasos del Método Experimental de Galileo
  • Observación del fenómeno en cuestión y recogida de datos que permitiesen una descripción o caracterización precisa de dicho fenómeno.
  • Formulación de hipótesis o una explicación posible de ese fenómeno. Ella debía formularse en caracteres matemáticos.
  • Contrastación empírica de la hipótesis, es decir, se ha de recurrir a la experiencia para comprobar si esa explicación se cumple o es verdadera. A veces, es necesario eliminar de la experiencia elementos o variables que impedirían comprobar nuestras hipótesis. En estos casos, la contrastación empírica se realiza recurriendo al experimento, que consistiría en la recreación ideal de la experiencia eliminando de ella todos aquellos factores o elementos que impedirían comprobar si la hipótesis es verdadera.

Desde Galileo, podemos decir que la experimentación es uno de los elementos fundamentales del método científico. El otro gran elemento es la matematización de la realidad. Desde la instauración del método científico, se entiende que la regularidad de los fenómenos de la naturaleza puede ser explicada por fórmulas o funciones matemáticas. Recurriendo a las matemáticas, la explicación de los diferentes fenómenos se vuelve más rigurosa, más precisa y menos equívoca.

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