En diciembre de 1948, la Asamblea General de la ONU aprobó un texto extraordinario: la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un documento que todos los seres humanos debemos conocer, difundir, respetar y hacer respetar.

¿Qué son los Derechos Humanos?

Los Derechos Humanos son los derechos que cualquier persona posee por el mero hecho de ser persona. Son inalienables e irrenunciables, nadie puede suprimirlos ni renunciar a ellos. Son, por supuesto, universales, aunque dicha universalidad no se respete, iguales para todas las personas de cualquier condición, y son también, intrínsecos al ser humano, es decir, se consideran como parte de la condición humana.

El teórico del iusnaturalismo diría que los Derechos Humanos son parte del Derecho Natural, y este Derecho Natural brota de una Ley Natural procedente de Dios.

Un utilitarista estaría de acuerdo con que los Derechos Humanos no proceden de Dios, sino de decisiones humanas. Por lo tanto, el fundamento último de los Derechos Humanos estriba en la cantidad de Bien que promueven en forma de felicidad, placer y bienestar para las personas.

Un filósofo historicista diría que no es posible que en la Prehistoria se promulgasen Derechos Humanos. Los Derechos Humanos surgen de unas condiciones sociales muy concretas. Por lo tanto, es el propio desarrollo social e histórico el que en definitiva otorga los derechos a las personas y no un concepto de naturaleza humana de origen religioso, ni su capacidad de proporcionar felicidad o placer, pues entonces habrían existido desde siempre.

La fundamentación ética de los derechos. Los Derechos Humanos hay que interpretarlos como normas morales. De ahí proviene su fuerza y su universalidad.

Un positivista, como Jesús Mosterín, diría: «Los derechos no son algo que exista ya dado en la naturaleza y que nosotros nos limitemos a descubrir, como los cromosomas o los continentes. Los derechos los creamos nosotros mediante nuestras convenciones».

Quizás los teóricos no terminen de ponerse de acuerdo. Norberto Bobbio dijo: «Lo importante no es de dónde proceden ni qué son, sino el hecho de que todos estamos de acuerdo en su validez e importancia. Es decir, que la fuerza de los Derechos Humanos proviene, en última instancia, del hecho de que proceden de un consenso general sobre su validez. Sin ese acuerdo, no tendrían validez».

Adaptación e Incumplimiento de los Derechos Humanos

Por una parte, los Derechos Humanos existen, son reconocidos por las legislaciones de muchos países y gozan de prestigio y peso moral. Los ciudadanos son más conscientes y están cada vez más dispuestos a luchar por ellos.

Por otra parte, los derechos humanos son pisoteados. Las libertades son todavía una utopía en muchos países y existen discriminaciones. También existen las continuas violaciones de los derechos políticos y las libertades, la ausencia de derechos penales, la discriminación por razones de sexo, violaciones de derechos de los niños y ausencia de derechos económicos.

La Forja Histórica de los Derechos Humanos. Derechos de 1ª y 2ª Generación

La idea de unos derechos humanos universales e iguales para todos los seres humanos es demasiado buena, abstracta y compleja.

Aparece la noción de ciudadano como portador o destinatario de ciertos derechos y garantías.

Aparece la idea de la dignidad humana, común a todos los hombres. También aparece la Ley Natural, reflejo de la Ley Cósmica. Y por último la Ley Positiva, que debe armonizarse con la Ley Natural.

Más tarde se empezó a hablar de los derechos humanos, quien utilizó esa expresión fue Thomas Payne.

La burguesía europea y americana reivindicaba mayores libertades políticas. Surgieron las dos siguientes declaraciones de derechos:

• La Declaración de Derechos de Virginia, de 1776, que inspiró a los patriotas americanos que lucharon por la independencia de la corona inglesa.
• La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, aprobada en Francia, como consecuencia de la Revolución de 1789.

¿Derechos de 3ª y 4ª Generación?

No es posible dar una lista precisa de todos estos derechos.

Una posible tercera generación de derechos humanos tendría mucho que ver con los problemas medioambientales, con la calidad de vida y con nuevas amenazas para la vida y la salud, como la manipulación genética. Algunos autores y fuentes señalan que los derechos de tercera generación son derechos de solidaridad.

Los derechos de la cuarta generación son los relacionados con las nuevas tecnologías y con el control del propio cuerpo.