Genealogía de la Moral: Una Crítica Nietzscheana

Introducción a la Filosofía de Nietzsche

Contexto Biográfico e Intelectual

Friedrich Nietzsche (Röcken, 1844) tuvo una formación académica diversa, comenzando con la filología y la teología, pero encontrando su verdadera vocación en la filosofía tras leer El mundo como voluntad y representación de Schopenhauer. Problemas de salud, que le causaban fuertes dolores de cabeza, lo obligaron a abandonar sus estudios. Durante este periodo, se dedicó a escribir obras como El Crepúsculo de los Ídolos, utilizando aforismos que incitan a la reflexión.

La Búsqueda del Origen de la Moral

Nietzsche cuestionó la moral tradicional, buscando el origen de los conceptos de «bueno» y «malo». Observó que los antiguos griegos menospreciaban la debilidad y valoraban la envidia e incluso un cierto egoísmo como cualidades divinas. Sin embargo, con la llegada de Sócrates y Platón, la filosofía se volvió moralizante. Platón buscó la felicidad en la igualdad de la polis, dando origen a una moral que pretendía anular las pasiones e instintos.

La Crítica de Nietzsche a la Moral Cristiana y Moderna

La Inversión de Valores

El cristianismo, según Nietzsche, invirtió los valores griegos al descalificar los instintos naturales, convirtiéndolos en pecados. Argumentó que la moral cristiana buscaba «domesticar a la bestia» (el cuerpo), resultando en su enfermedad. La moral moderna europea, heredera de la cristiana, presenta al hombre como libre, bondadoso y justo, buscando la felicidad en la anulación de la individualidad y la integración en un colectivo. Nietzsche, crítico de estas morales, las consideraba antinaturales.

La Enfermedad de la Cultura Occidental

Para Nietzsche, la cultura occidental estaba enferma, y sus causantes eran Platón y Sócrates, quienes utilizaron el lenguaje para crear un mundo ficticio. Esto llevó a una cultura racional que anulaba los valores de la vida. Nietzsche criticaba esta moral por su antinaturalidad, su oposición a la vida y su predominio de valores de los débiles como la compasión, el perdón y el sacrificio. Frente a esta moral decadente, propuso la moral de la vida, que afirma las pasiones e instintos.

La Genealogía de la Moral: Dos Morales en Conflicto

La Moral de los Señores

En Genealogía de la moral, Nietzsche distingue dos morales. La moral de los señores es la moral de los fuertes, de los guerreros. El señor es poderoso, se domina a sí mismo y a los demás, desprecia la debilidad y admira la fuerza, la astucia y la audacia. Es optimista, activo, ama la vida y se centra en el presente.

La Moral de los Esclavos

La moral de los esclavos, dominante en el mundo cristiano, es la moral de los débiles, de la piedad, la compasión, la paciencia y el pesimismo. Al no poder vencer a la moral de los señores, utiliza el resentimiento, invirtiendo los valores: lo «bueno» se convierte en «malo» y viceversa.

El Triunfo de la Moral de los Esclavos y el Inmoralismo de Nietzsche

El Platonismo como Base de la Moral Esclavista

La lucha entre estas dos morales culminó con la victoria de los esclavos. Para Nietzsche, la base de esta moral esclavista es el platonismo, que niega los valores de la vida (mundo sensible) y se centra en el «más allá» (mundo de las ideas). Nietzsche, aunque inmoralista por oponerse a la moral cristiana, no es amoral, ya que defiende una moral centrada en la vida.

El Lenguaje y la Voluntad de Poder

El Origen de la Filosofía Occidental

Nietzsche, siguiendo a Heráclito, veía el mundo en constante cambio. Para él, la filosofía occidental surgió del miedo a este cambio, creando un mundo ideal para eliminar la inseguridad. Relacionaba el ser con la vida, entendida como voluntad y acción.

La Teoría del Lenguaje de Nietzsche

En Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, Nietzsche distingue dos modos de entender la verdad y la mentira. El primero asocia la verdad a un mundo verdadero superior al mundo aparente. El segundo, creado por Nietzsche, entiende el lenguaje como construido a partir de metáforas e interpretaciones. El deseo de conocer se basa en la voluntad de poder, y el dominio de la realidad se logra mediante conceptos. Esta interpretación «extramoral» niega la existencia de conocimientos verdaderos y eternos. Los conceptos surgen de interpretaciones, y las palabras evocan sensaciones por convención. El error reside en asumir el acto creador del lenguaje como una definición permanente.

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