Grandes Pensadores y Corrientes Filosóficas del Siglo XIX y XX

Karl Marx y la Crítica al Capitalismo

Karl Marx fue un filósofo, economista y revolucionario alemán del siglo XIX, conocido por su teoría del materialismo histórico y su crítica al sistema capitalista, siendo coautor del «Manifiesto del Partido Comunista».

  1. La enajenación del trabajo: Marx argumenta que en el capitalismo, el trabajador pierde el control sobre su trabajo. El producto de su trabajo pertenece al capitalista, no al trabajador, lo que crea un sentido de separación entre el individuo y su trabajo.

  2. El trabajo forzado y alienante: En lugar de ser una expresión de la creatividad y la voluntad del individuo, el trabajo en el sistema capitalista se convierte en una actividad coercitiva y alienante. El trabajador se siente obligado a trabajar para sobrevivir, pero esta actividad no refleja sus propios deseos o intereses, sino los del capitalista.

  3. Falta de propiedad sobre el trabajo: Marx señala que, en el capitalismo, el trabajador no solo pierde el control sobre el producto de su trabajo, sino también sobre el proceso mismo de trabajar. La actividad laboral se convierte en propiedad del capitalista, quien dicta las condiciones de trabajo y se apropia del valor generado por el trabajador.


Si bien en el Siglo XVIII Kant había encontrado unos límites claros al conocimiento científico en su Crítica de la razón pura, ya en el Siglo XIX el Idealismo negó límite alguno para la razón, afirmando el carácter absoluto de la misma. El punto culminante del idealismo alemán se encuentra en Hegel, quien introdujo un sistema para entender la historia, la filosofía, la religión o el arte, como una progresión en la que cada movimiento surge de las contradicciones inherentes al estadio anterior a través de tres movimientos: tesis, antítesis y síntesis. Para el idealismo absoluto de Hegel, la historia es el despliegue de la Razón a través de procesos dialécticos.

Marx es un filósofo, sociólogo, economista y activista político que, en el siglo XIX, se inserta en su contexto histórico no sólo para interpretarlo sino, ante todo, para transformarlo. Con este objetivo configuró una teoría bebiendo en fuentes tan diversas como la filosofía alemana, el socialismo utópico francés y la economía inglesa. Marx entregó plenamente su vida a esta teoría, tanto a su expresión literaria como a su realización práctica. Marx quería superar las desigualdades y divisiones de la sociedad de su tiempo y establecer una verdadera comunidad. Situó la barrera que le separaba de su objetivo en las divisiones circunstancialmente desarrolladas entre los hombres, en especial en la división del trabajo que tiene su base en la propiedad privada de los medios de producción por parte de la burguesía. El modo de producción capitalista generaba una situación de explotación y alienación a superar.


Así, Marx pretendió utilizar los mismos antagonismos de la sociedad burguesa para provocar su caída: sería necesario abolir la propiedad privada de los medios de producción para saltar más allá de los limitados derechos burgueses hasta el dominio de los derechos universales del comunismo.

Friedrich Nietzsche y el Nihilismo

Pese a no poder encuadrarse en el siglo XX, Nietzsche es un pensador esencial que ejerció una enorme influencia en el pensamiento en el siglo XX. El pensamiento de Nietzsche supone una crítica demoledora a conceptos centrales de la historia de Occidente en todos sus ámbitos: moral, religión, ciencia, filosofía…. Como dijo de sí mismo, no era un filósofo, era dinamita. El nihilismo es, para Nietzsche, el concepto que define la historia de la cultura europea: para este filósofo la historia de Occidente es la historia de una decadencia de los auténticos valores de la vida. Nietzsche aboga por la superación del nihilismo a partir de la creación de valores desde el único y auténtico valor, la vida.

Se debe llevar así a cabo una transvaloración de aquellos valores que condujeron a la nada. Es una tarea de creación, una tarea propia de la “voluntad de poder”, con la mirada puesta en un nuevo tipo de hombre, el “superhombre”.


Hannah Arendt y el Totalitarismo

Hanna Arendt ha sido una de las intelectuales que más profundamente ha analizado el fenómeno de los totalitarismos, junto a Karl Popper. En su obra Los orígenes del totalitarismo, lo define como un fenómeno novedoso del siglo XX, que tiene sus raíces en el antisemitismo y el imperialismo, que pretende controlar todos los ámbitos de la vida, tanto privada como pública. Totalitarismos como el nazismo alemán o el estalinismo soviético, aniquilan la identidad jurídica, moral e individualidad del ser humano, que no es “persona” en sentido aristotélico, sino hombre-masa, individuo que renuncia a lo propiamente humano, en manos de la manipulación, el terror y la dominación de un líder.

Corrientes Filosóficas del Siglo XX

También se encuentran en el siglo XX importantes corrientes filosóficas, de entre las que destaco:

El feminismo contemporáneo abarca diversos movimientos y posturas que rechazan la identificación exclusiva entre la experiencia humana y las experiencias masculinas. Destacan figuras como Simone de Beauvoir, quien ve la feminidad como una construcción social; Judith Butler, que aplica el pensamiento de Foucault a las cuestiones de género; Cristina Hoff Sommers, que aboga por la igualdad jurídica y social de los sexos; y Amelia Valcárcel, defensora de la inclusión de todos los seres humanos en todos los derechos, especialmente las mujeres.


La filosofía analítica, predominante en países de habla inglesa, se centra en el análisis del lenguaje. Wittgenstein, su principal exponente, la considera una herramienta para resolver problemas filosóficos, desechando la metafísica.

El existencialismo, liderado por Sartre, niega una esencia previa a la existencia humana, lo que conlleva una libertad radical y una responsabilidad total en las elecciones individuales. Esta libertad genera angustia y desamparo al enfrentar la vida.

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