Historia de la Filosofía: De la Antigüedad a la Ilustración

La filosofía antigua (s. IV a.C. a s. V d.C.), desde la democracia griega hasta la caída del imperio romano, se caracterizó por la transición del mito al logos. La sociedad era democrática y los problemas filosóficos giraban en torno a la naturaleza, la verdad (absoluta o relativa), la búsqueda de la felicidad y la justicia.

Los Presocráticos

Los primeros filósofos, conocidos como presocráticos, se centraron en la naturaleza, buscando el arché, el principio de todo. Algunos eran monistas, creyendo en un único principio, mientras que otros eran pluralistas, defendiendo la existencia de múltiples principios. Algunos se dedicaron a la física, mientras que otros se inclinaron por la metafísica.

Los Sofistas

Los sofistas, por su parte, rechazaban la existencia de verdades absolutas, argumentando que solo existen opiniones (relativismo).

Sócrates

Sócrates, maestro de Platón, vivió en el siglo V a.C. y consideraba la virtud como el bien más preciado. Defendía el intelectualismo moral, argumentando que conocer la verdad permite practicarla. Para él, el malvado es ignorante, no alguien que actúa mal a sabiendas. Su famosa frase, «Solo sé que no sé nada», refleja su crítica a los sofistas. Sócrates utilizaba el diálogo como método para buscar la verdad. Su máxima: «Conócete a ti mismo».

Platón

Platón, en el siglo IV a.C., vivió en un contexto de crisis política en Atenas y propuso una forma de gobierno perfecta, gobernada por filósofos. Platón era un dualista. Su teoría de las ideas divide la realidad en dos mundos: el «material» y el «mundo inteligible». El primero es cambiante, mientras que el segundo es ideal y verdadero. La realidad es una copia de las ideas. Las ideas son la realidad, la verdad y el bien. Lo sensible es apariencia, una copia. Platón distingue varias etapas del saber: imaginación, sensación, dialéctica y noesis. La verdad reside en las ideas (objetivas). El mito de la caverna ilustra cómo el ignorante es infeliz, atrapado en la opinión. Al conocer la auténtica realidad (las ideas), se alcanza la felicidad. Platón también defendía el intelectualismo moral: el sabio conoce las ideas y puede practicarlas, convirtiéndose en virtuoso. Platón propone un dualismo antropológico: el hombre es sensible y mortal, pero también tiene un alma inteligible e inmortal. El alma se divide en tres partes: racional, irascible y sensible, que se corresponden con la sabiduría, la fortaleza y la templanza. El alma racional guía hacia la felicidad. Para Platón, un estado será justo si es gobernado por filósofos. Divide el estado en tres clases: gobernantes, guardianes y productores. La educación es fundamental para la justicia del estado.

Aristóteles

Aristóteles, discípulo de Platón, vivió en el siglo IV a.C. y marcó el inicio del helenismo. Rechazó la teoría de las ideas de Platón, defendiendo la existencia de una única realidad: la naturaleza. Esta realidad se compone de sustancias o individuos, que son la unión de materia y forma (hilemorfismo). Los seres naturales están en movimiento. El individuo es un compuesto de materia que cambia de forma. En ética, Aristóteles considera al humano como un ser racional y social, cuyo fin es la felicidad, alcanzada mediante la razón. La acción busca el bien. El bien supremo es la felicidad. El hombre feliz es aquel que vive racionalmente. La virtud consiste en encontrar el término medio entre el exceso y el defecto. El hombre, por naturaleza, es un ser político que posee logos. Tiende a convivir. Las asociaciones naturales son la familia, la aldea y el estado. Ningún gobierno es perfecto. La antigüedad termina con las escuelas helenísticas: estoicismo, epicureísmo y escepticismo.

La Edad Media

La Edad Media (s. V, caída de Roma, a s. XV, descubrimiento de América) se caracteriza por la introducción de la escolástica. La Iglesia se fusiona con el estado, y la fe cristiana se convierte en la verdad indiscutible. Los principales problemas filosóficos de la época son: la relación entre razón y fe, la existencia de Dios, los universales, el pecado y la gracia, y la relación entre religión y política.

Tertuliano

Tertuliano defendía que la fe es absurda, no racional. Solo creer salva.

San Justino

San Justino, por su parte, consideraba que algunas ideas de la filosofía griega eran compatibles con el cristianismo.

San Agustín de Hipona

San Agustín de Hipona otorgaba prioridad a la Iglesia sobre el estado. La historia es una lucha entre el bien y la salvación, y el mal y el pecado. Solo un estado cristiano, gobernado por la Iglesia, es justo. El hombre debe despreciar lo terrenal y buscar la salvación. La fe es una iluminación que Dios envía para conocer la verdad. Dios ha hecho la naturaleza a imagen de las ideas. Para San Agustín, razón y fe coinciden: «Cree para entender, entiende para creer».

La Escolástica

La escolástica intenta comprender racionalmente los dogmas cristianos, buscando la coincidencia entre razón y fe.

San Anselmo

San Anselmo se dedicó a demostrar la existencia de Dios. La filosofía es sierva de la teología.

Santo Tomás de Aquino

Santo Tomás de Aquino, en el siglo XIII, sintetizó el cristianismo y el aristotelismo. Distinguió entre filosofía y teología. La razón se aplica al mundo natural, mientras que la fe se aplica al mundo sobrenatural. Existen verdades comunes a ambas: los preámbulos de la fe. La filosofía tomista es una síntesis original del cristianismo y el aristotelismo. Para Santo Tomás, Dios creó el mundo desde la eternidad a partir de las ideas. En política, la razón humana es suficiente para organizar los asuntos terrenales, guiada por el bien común. Distingue tres leyes: la ley divina es superior a la ley natural, y esta prima sobre la ley positiva.

Guillermo de Ockham

Guillermo de Ockham, en el siglo XIV, criticó la escolástica, buscando una explicación racional de la fe. Consideraba que razón y fe son ámbitos separados. No se puede dar una explicación racional de la fe ni de Dios. Ockham rechazó las cinco vías tomistas. El nominalismo de Ockham critica la teoría del conocimiento de la escolástica. Niega las ideas universales, argumentando que solo existen en la mente humana. El saber parte de la observación empírica y crea ideas universales. Dios no es observable, solo se puede creer en él. Ockham propuso la pobreza de la Iglesia y la figura del Papa.

Hildegarda de Bingen

Hildegarda de Bingen es un ejemplo de filósofa medieval, cultivadora de la mística, pero también de las ciencias naturales.

La Edad Moderna

La Edad Moderna (s. XV a XVIII) se caracteriza por el humanismo, la secularización y el retorno a los clásicos. Las principales corrientes son el Renacimiento, el racionalismo, el empirismo y la Ilustración. La Revolución Científica también tuvo un impacto significativo. Los principales problemas filosóficos de la época son: la nueva concepción del cosmos y del hombre, el origen del conocimiento y la certeza, y la legitimidad del poder político.

Copérnico

Copérnico sustituyó el geocentrismo medieval por el heliocentrismo. Galileo defendió sus tesis experimentalmente.

El Utopismo y el Realismo

En política, se enfrentan el utopismo de Moro y el realismo de Maquiavelo.

El Racionalismo

El racionalismo del siglo XVII sustituye la tradición por la razón. La razón lleva a la certeza. Los principales racionalistas son Descartes, Spinoza y Leibniz.

Descartes

Descartes, francés del siglo XVII, rechazó la tradición y buscó la certeza. Elaboró un método deductivo para demostrar toda verdad. El método cartesiano se basa en cuatro reglas: evidencia (no aceptar como cierta ninguna idea que no sea indudable), análisis (descomponer todo problema en otros más simples), síntesis (organizar los conceptos del análisis) y recapitulación (revisar todos los pasos del método). Descartes dudó de los sentidos, ya que a veces nos engañan. La única certeza que no se puede dudar es la existencia del sujeto pensante: «Pienso, luego existo» (Cogito, ergo sum). Descartes creía en la existencia de Dios, que garantizaba la realidad física. Distinguió entre la sustancia pensante (alma) y la sustancia extensa (cuerpo). La ética racionalista de Spinoza propone el predominio de la razón sobre las pasiones. La razón nos hace libres.

El Empirismo

El empirismo de los siglos XVII y XVIII considera la experiencia sensible como la principal fuente de conocimiento. Ninguna idea es verdadera sin experiencia sensible. Los principales empiristas son Locke y Hume.

Locke

Locke defendió que todas nuestras ideas son adquiridas. Además, fue un defensor del liberalismo político y la tolerancia.

Hume

Hume propuso dos principios del conocimiento humano: 1) Toda idea simple deriva siempre de una impresión simple; 2) La imaginación tiene el poder de asociar ideas. Criticó la metafísica tradicional. Las leyes científicas no son necesarias, solo probables. En ética, los empiristas defendían el emotivismo moral: la experiencia incide en la sensibilidad moral, más que la razón, que es esclava de las pasiones. En política, el empirismo se asocia al liberalismo.

La Ilustración

La Ilustración del siglo XVIII defendió la aplicación de la razón a todos los ámbitos. Promovía el progreso, la educación y el liberalismo. Algunos de sus principales representantes son Diderot, Montesquieu, Voltaire y Rousseau.

Kant

Kant, considerado el máximo representante de la Ilustración, la definió como «atreverse a saber». Elaboró una crítica de la razón, tanto teórica como práctica: ¿Qué puedo saber? ¿Qué debo hacer? ¿Qué puedo esperar si hago lo que debo? El conocimiento objetivo se alcanza mediante la síntesis entre experiencia y razón. Las matemáticas y la física son ciencias, mientras que la metafísica no lo es.

Esta es una breve introducción a la historia de la filosofía, desde la antigüedad hasta la Ilustración. Cada periodo y cada filósofo merecen un estudio más profundo para comprender la evolución del pensamiento humano a lo largo de la historia.

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