La Revolución Científica
El nacimiento de la Revolución Científica fue un movimiento cultural que marcó la transición entre la Edad Media y la Edad Moderna. Esta tuvo lugar en Europa durante los siglos XV y XVI. Fue una filosofía impulsada por el humanismo y se caracterizó por el resurgimiento de la cultura clásica grecolatina. Este periodo se destacó por la aparición de nuevas artes y ciencias. Además, el nuevo enfoque antropocéntrico conformó la visión del mundo y del ser humano, destacando la importancia del individuo en el universo.
La Revolución Científica (Siglos XVI-XVII)
Entendemos como Revolución Científica al periodo de avances científicos que surgió como respuesta a la crisis de la escolástica, que transcurrió entre los siglos XVI y XVII. La Revolución Científica marcó un cambio notable de la cosmovisión aristotélica, dado que se pasaba de esta a la cosmovisión copernicana. Los principales representantes se encuentran Nicolás Copérnico, Galileo Galilei, Giordano Bruno, Johannes Kepler e Isaac Newton. Cabe destacar que este periodo fue fundamental para el desarrollo de la ciencia moderna.
Causas de la Revolución Científica
La Revolución Científica tuvo lugar por varias causas fundamentales:
- En primer lugar, el redescubrimiento de los clásicos griegos. Cabe destacar que Platón y los pitagóricos fueron los que mayor importancia tuvieron, dado que fueron quienes enfatizaban la importancia de los números y la geometría en el estudio de la naturaleza, lo que dio lugar a una influencia sobre los científicos renacentistas.
- Además, cabe destacar que, durante este periodo, los estudios de Arquímedes fueron muy notables, ya que demostraban rigurosamente sus descubrimientos y aplicaban sus conocimientos a problemas prácticos.
- El interés por las artesanías y los procesos técnicos también fue un factor clave, dado que los científicos comenzaron a estudiar áreas como la navegación, la agricultura o la joyería.
- Cabe destacar que la adopción del método matemático en la investigación experimental fue esencial, ya que, desde este enfoque, otorgó a los científicos la capacidad de analizar los fenómenos con precisión y aplicar la mentalidad matemática a la comprensión de la naturaleza.
Consecuencias Filosóficas de la Revolución Científica
- Los científicos dejaron de buscar explicaciones últimas o esencias al investigar los movimientos y, en lugar de eso, se centraron en la observación y la experimentación, lo que daba lugar a la renuncia de las causas últimas.
- Además, las matemáticas comenzaron a ser vistas como las que otorgaban la estructura visual. La razón humana también fue determinada como fuente de verdades.
- Finalmente, surgió una reflexión sobre el método científico y su aplicabilidad a otras áreas del conocimiento, donde filósofos como Descartes acordaron una ciencia universal basada en la razón y el método matemático.
Conclusión
En conclusión, la Revolución Científica surgió gracias al redescubrimiento de los clásicos griegos, el interés en las artesanías y la aplicación del método matemático en la investigación. Esta revolución destacó la importancia de la razón humana y la matematización del mundo que nos rodea. Gracias a ella, comenzaron a crearse las bases de la ciencia moderna que hoy en día aplicamos a diario.
Epicureísmo: La Ataraxia
Para Epicuro, máximo exponente del epicureísmo, la ataraxia era un estado de tranquilidad y serenidad mental, caracterizado por la ausencia de perturbaciones, es decir, un estado de imperturbabilidad del alma que permitía disfrutar plenamente de la vida. La ataraxia era el objetivo final de esta filosofía, ya que se consideraba que alcanzarla era esencial para lograr la felicidad. Epicuro creía que la ataraxia se alcanzaba al liberarse de los miedos irracionales, así como al cultivar una actitud de aceptación ante los placeres y dolores inevitables de la vida. Llegando así a la conclusión de que, al vivir en armonía con uno mismo y con la naturaleza, se podía alcanzar un estado de paz interior que permitía vivir una vida feliz y plena.
Dios vs. la Idea de Bien
La idea de bien proviene de la filosofía platónica, la cual propone la existencia de un mundo de ideas perfectas; ahí encontramos la Idea de Bien. Esta Idea representa la máxima perfección en todos los aspectos. Por otra parte, Dios es considerado como la entidad suprema, poseedora de atributos como la benevolencia en la religión cristiana. Como similitud, ambos representan la noción de bien y de la perfección, aunque Dios es en el ámbito religioso y la idea de bien platónica es en el ámbito moral y ético. Además, tanto Dios como la Idea platónica son considerados como ejemplos morales. Finalmente, ambos conceptos son abstractos y trascendentes, puesto que Dios está en el mundo celestial y la Idea de bien en el Inteligible. Con esto podemos concluir la clara inspiración que tuvo el cristianismo con respecto a la filosofía platónica.
Escepticismo: La Epojé
El epojé es la suspensión de todo juicio o la abstención de toda opinión. Esta palabra es uno de los pilares de la filosofía escéptica, llevada a cabo por Pirrón de Elis. Pirrón argumentaba que la certeza absoluta era imposible de alcanzar, por lo que defendía la no existencia de una verdad absoluta. Para los pirrónicos, la epojé era una actitud mental: el hecho de suspender el juicio ante todas las afirmaciones y creencias, dado que consideraban que no era posible conocer la verdad absoluta. Los escépticos promovían la ataraxia, un estado de equilibrio mental y tranquilidad. Mediante esta, suspendían el juicio y mantenían la duda y la incertidumbre.
Estoicismo: Las Virtudes
Zenón de Citio fue el fundador del estoicismo, una de las escuelas filosóficas de la antigua Grecia. Según el autor, para la búsqueda de la felicidad eran primordial la aplicación de las virtudes. Consideraba que la virtud era el único bien verdadero. Zenón dividía las virtudes en cuatro categorías principales: la sabiduría, la justicia, la valentía y la templanza. Estas virtudes eran consideradas como pilares de una vida ética y racional. Para vivir de acuerdo con la naturaleza y alcanzar la eudaimonia era esencial cultivar estas virtudes. Así, al desarrollar un carácter virtuoso y actuar en consonancia con la razón universal, sería posible vivir una vida plena.
La Felicidad según Epicuro
Para Epicuro, la felicidad era el objetivo final de la vida. Consideraba que el propósito de la filosofía era proporcionar las herramientas necesarias para llegar a ella. La felicidad era definida como la ausencia de dolor y la presencia de placer. Sin embargo, este placer no hacía referencia a los placeres sensoriales, sino más bien a la búsqueda de una vida tranquila y apaciguada, donde se experimentaran placeres simples pero duraderos, como la amistad o la contemplación. El autor destacaba la importancia de la amistad, la autosuficiencia y el desarrollo de la virtud como elementos fundamentales para alcanzar la felicidad. Además, destacaba la necesidad de cultivar una actitud de aceptación ante los placeres y dolores inevitables de la vida, además de vivir en armonía con la naturaleza.
Neoplatonismo: El Logos
Según Plotino, el Logos desempeña un papel fundamental en el sistema filosófico neoplatónico, considerando así al Logos como una derivación del Uno, la fuente suprema. El Uno es completamente trascendente e incomprensible para la mente humana. Además, del Uno emana una serie de principios que dan origen al mundo material y a las diversas formas de realidad. Este era el principio inteligible que media entre el Uno y el mundo material. Considerada como la razón divina que ordena y estructura el universo, permitiendo así que las ideas se manifiesten en la realidad material. El Logos, por lo tanto, es un principio de racionalidad y orden que impregna toda la realidad y actúa como un puente entre lo divino y lo creado.
La Antropología Agustiniana
San Agustín de Hipona fue un filósofo muy importante en los comienzos del cristianismo. En sus obras abordó cuestiones como el pecado original o el libre albedrío. Además, tuvo una gran influencia en la posteridad, especialmente durante la época medieval. La filosofía del autor se vio inspirada especialmente por Platón y Aristóteles, aunque cabe destacar que la patrística también tuvo un papel importante, dado que fue el comienzo del cristianismo. Una de sus obras más importantes fue “La Ciudad de Dios”. El problema filosófico de esta época versaba sobre el conflicto entre la razón y la fe. A continuación, trataremos la naturaleza del alma, el cuerpo y la relación entre ambas.
El Alma, el Cuerpo y su Relación
La antropología agustiniana se vio influenciada principalmente por Platón, dado que, al igual que el dualismo antropológico platónico, el ser humano está compuesto por cuerpo y alma. Lo que destaca en la filosofía de San Agustín de Hipona es el hecho de que el ser humano es creado a imagen y semejanza de Dios. Además, este se comprende desde la interioridad, es decir, que es un ser que ama todo lo amado en su interior.
Por una parte, el autor considera que el único ser que posee un alma racional es el humano, dado que son los únicos capaces de conocer. La característica principal del alma agustiniana son las tres facultades que presenta, las cuales coinciden con las tres personas de la Trinidad; las cuales podrían relacionarse con las funciones del alma platónica. Una diferencia entre el dualismo antropológico aristotélico y el agustiniano es el hecho de que el alma es única y capaz de descolgarse del cuerpo, dado que aspira a la salvación a través de la Gracia de Dios. Además, esta rechaza la teoría de la reencarnación platónica. Cabe destacar que esta es inmortal y no es eterna, puesto que no preexistió en ningún lugar.
Por otra parte, el cuerpo es material e imperfecto, además de mortal. Este fue creado por Dios, el cual podríamos relacionarlo con el demiurgo, puesto que Dios es perfecto y habita en el mundo celestial. Esto haría del conocedor de la perfección del mismo modo que el artesano platónico. El cuerpo, al no estar en el mundo celestial, es corruptible, al igual que la antropología platónica como aristotélica, aunque, a diferencia de esta última, el cuerpo se encuentra separado del alma. También es importante resaltar el hecho de que el cuerpo es empleado como instrumento por el alma para conseguir la salvación eterna.
Finalmente, como hemos visto anteriormente, el autor mantiene el dualismo platónico como fuente de inspiración, dado que el ser humano está formado por cuerpo y alma, a pesar de que, en la filosofía agustiniana, el cuerpo y el alma van por separado. Cabe destacar que tanto el cuerpo como el alma han sido creados simultáneamente por Dios. Para Agustín, las sensaciones externas son recibidas por el individuo mediante estímulos externos, los cuales son percibidos por el cuerpo. En cambio, el alma produce una imagen, la cual corresponde con el supuesto estímulo. La acción, entonces, es realizada por el alma. Es notable remarcar el hecho de que en el alma es el lugar donde la iluminación divina aparece.
Conclusión
En conclusión, a lo largo de la exposición hemos tratado el alma, del cual hemos podido apreciar su relación con el alma platónica y aristotélica a pesar de sus diferencias; el cuerpo, que ha sido creado por Dios, es usado por el alma como instrumento de apoyo para conseguir la salvación eterna. Finalmente, hemos concluido con la relación entre el cuerpo y alma agustinianos, los cuales reciben estímulos, aunque es destacable el hecho de que el cuerpo se encarga de los estímulos externos y el alma de dar lugar a la iluminación divina.