Historia del Pensamiento Filosófico: De Aristóteles a Hume

La Teoría del Movimiento y la Revolución Científica

La Discusión de la Teoría del Movimiento Aristotélica: Los Proyectiles

1. La discusión de la teoría del movimiento aristotélica: los proyectiles

Aristóteles distinguía entre movimiento natural, dirigido al «lugar natural» de un cuerpo, y movimiento forzado, causado por un agente externo. Según él, los proyectiles seguían moviéndose porque el aire desplazado por su avance se cerraba detrás, empujándolos hacia adelante. Sin embargo, esta teoría presentaba problemas, como la detención final del proyectil y la mayor eficacia de las flechas afiladas, que desplazaban menos aire. Estas inconsistencias motivaron el desarrollo de nuevas explicaciones, como la teoría del impetus, que refutaba la necesidad de un medio impulsor y sentaba las bases para una comprensión más precisa del movimiento en la física moderna.

La Teoría del Impetus

2. La discusión de la teoría del movimiento aristotélica: la teoría del impetus

En el siglo XIV, Jean Buridan propuso la teoría del impetus como alternativa a la explicación aristotélica. Según esta teoría, cuando un proyectil es lanzado, adquiere un impulso interno (impetus) que lo mantiene en movimiento hasta que la resistencia del aire o la gravedad lo detienen. Este concepto resolvía los problemas del modelo aristotélico, ya que explicaba por qué los proyectiles continuaban moviéndose sin requerir un medio que los empujara. La idea del impetus fue clave para Galileo y Copérnico, pues permitió considerar que los cuerpos podían moverse sin necesidad de una fuerza constante, lo que más tarde evolucionó en el principio de inercia de Newton.


La Teoría de Galileo

3. La discusión de la teoría del movimiento aristotélica: la teoría de Galileo

Galileo Galilei revolucionó la física al abordar el estudio del movimiento con un enfoque experimental y matemático. Demostró que los cuerpos en movimiento tienden a conservar su estado de reposo o movimiento uniforme si no hay una fuerza que los altere, anticipando el principio de inercia. También distinguió dos tipos de movimiento: uniforme (velocidad constante) y uniformemente acelerado (como la caída libre). Explicó que el movimiento de los proyectiles es una combinación de un desplazamiento horizontal uniforme y una caída vertical acelerada, formando una trayectoria parabólica. Sus estudios refutaron la física aristotélica y sentaron las bases de la mecánica moderna

La Solución de Copérnico al Problema de los Planetas

4. La solución de Copérnico al problema de los planetas El modelo geocéntrico de Aristóteles y Ptolomeo tenía dificultades para explicar el movimiento retrógrado de los planetas, lo que llevó al uso de epiciclos y deferentes. Nicolás Copérnico propuso un modelo heliocéntrico en el que el Sol ocupaba el centro y los planetas giraban a su alrededor en órbitas circulares. Aunque aún tenía imprecisiones, su sistema explicaba de manera más sencilla los movimientos planetarios sin necesidad de epiciclos complejos. Su teoría fue un paso clave en la Revolución Científica, influyendo en Kepler, quien refinó el modelo con órbitas elípticas, y en Galileo, quien aportó pruebas observacionales que fortalecieron la cosmología heliocéntrica.


El Racionalismo de Descartes

El Método Cartesiano: Causas de la Disparidad de Opiniones

DESCARTES

1. El método cartesiano: causas de la disparidad de opiniones

Descartes afirma que, aunque todos los seres humanos poseen la misma capacidad de razonar, la diversidad de opiniones se debe a varios factores. Primero, la educación y la cultura influyen en nuestras creencias, ya que desde la infancia adquirimos conocimientos sin poder juzgar su veracidad. Esto genera prejuicios que afectan nuestro pensamiento en la adultez. Segundo, en la vida cotidiana tomamos decisiones sin tiempo suficiente para reflexionar profundamente, lo que nos lleva a aceptar ideas sin comprobarlas rigurosamente. Además, Descartes distingue entre el conocimiento científico y los juicios de valor. Mientras que la verdad científica puede determinarse objetivamente, las cuestiones morales y estéticas dependen de la voluntad y de factores subjetivos, lo que genera opiniones diversas. En el ámbito científico, la disparidad de opiniones solo se debe al error, ya que si todos siguieran un método adecuado, alcanzarían la misma verdad. Por ello, propone un método riguroso para eliminar confusiones y garantizar un conocimiento fiable. Este método permite distinguir claramente entre lo verdadero y lo falso, evitando la influencia de la educación, los prejuicios y la costumbre. Así, Descartes busca una base firme para la ciencia, libre de incertidumbres y errores.


Las Cuatro Reglas del Método Cartesiano

2. El método cartesiano: las cuatro reglas

Descartes establece un método basado en cuatro reglas para alcanzar un conocimiento cierto y libre de error. La primera es la regla de la evidencia, que exige aceptar solo aquellas ideas que sean claras y distintas, evitando la precipitación y los prejuicios. Para garantizar la certeza, Descartes aplica la duda metódica, rechazando todo aquello que pueda ser cuestionado. La segunda es la regla del análisis, que consiste en dividir los problemas en partes más simples para comprenderlos mejor. Esto facilita su resolución al abordar cada elemento de manera independiente. La tercera es la regla de la síntesis, que recomienda organizar los pensamientos desde los más sencillos hasta los más complejos, asegurando una progresión lógica y estructurada. Finalmente, la cuarta es la regla de la enumeración, que implica revisar todo el proceso para evitar omisiones o errores. Estas reglas, inspiradas en la precisión matemática, buscan construir un conocimiento sólido y universalmente válido. Con este método, Descartes pretende eliminar las dudas y establecer principios firmes para la ciencia, permitiendo a la razón alcanzar verdades indiscutibles y superar las limitaciones del pensamiento tradicional.


La Duda Metódica

El método cartesiano: la duda metódica

La duda metódica es la estrategia que Descartes utiliza para alcanzar un conocimiento absolutamente cierto. A lo largo de la vida, las personas adquieren muchas creencias erróneas basadas en la costumbre, la educación o los sentidos, por lo que es necesario cuestionarlas para eliminar todo aquello que pueda ser dudoso. Descartes propone dudar de todo lo que no sea clara y distintamente verdadero, con el objetivo de encontrar una base firme sobre la cual construir el conocimiento. Para ello, formula tres argumentos escépticos. El primer argumento cuestiona la fiabilidad de los sentidos. Dado que a veces nos engañan, como en el caso de ilusiones ópticas o espejismos, no podemos confiar plenamente en ellos. Aunque en algunas circunstancias los sentidos son fiables, su posibilidad de error basta para ponerlos en duda. El segundo argumento, conocido como el argumento del sueño, afirma que no podemos diferenciar con certeza entre estar despiertos y soñar, ya que en ambos estados experimentamos percepciones similares. Esto implica que la realidad externa podría ser una ilusión. Finalmente, el tercer argumento, el genio maligno, plantea la posibilidad de que un ser superior nos engañe sistemáticamente, incluso en verdades matemáticas como «2+2=4». Después de aplicar esta duda radical, Descartes encuentra una única verdad indudable: «pienso, luego existo». Al dudar, necesariamente está pensando, y si piensa, debe existir. Este principio se convierte en la base sobre la que reconstruirá todo el conocimiento.


Deducción Cartesiana de Verdades Apodícticas

Deducción cartesiana de verdades apodícticas

Después de establecer el cogito, ergo sum como la primera verdad indudable, Descartes busca deducir otras verdades con el mismo grado de certeza. Para ello, utiliza la intuición y la deducción, herramientas fundamentales del racionalismo. Su objetivo es reconstruir el conocimiento a partir de principios evidentes e incuestionables. El primer teorema que deduce es que él es una sustancia pensante. Argumenta que puede dudar de la existencia de su cuerpo y del mundo material, pero no de su pensamiento, ya que dudar implica pensar. Por lo tanto, concluye que su esencia es el pensamiento, y que su existencia no depende de la existencia del cuerpo. Esta distinción entre sustancia pensante y sustancia extensa es fundamental en su filosofía, ya que establece una dualidad entre mente y cuerpo. El segundo teorema trata sobre la existencia de Dios. Descartes sostiene que posee en su mente la idea de un ser perfecto, y como nada puede surgir de la nada, esta idea no pudo haber sido creada por él mismo, un ser imperfecto. Por lo tanto, debe haber sido puesta en su mente por un ser igualmente perfecto: Dios. Este argumento, basado en la causalidad de las ideas, es la primera demostración de la existencia de Dios. Más adelante, refuerza su argumento con el argumento ontológico, según el cual la existencia es una propiedad necesaria de un ser perfecto. Finalmente, el tercer teorema establece que Dios, al ser perfecto, no puede ser un engañador. Esto garantiza que nuestras facultades racionales son confiables y que el mundo material existe, pues Dios no permitiría que tengamos percepciones falsas de manera sistemática. Así, Descartes reconstruye el conocimiento sobre bases firmes.


La Crítica de Hume a la Metafísica

Hume: Crítica de la Metafísica Tradicional

HUME Crítica de la metafísica Hume critica la metafísica tradicional al considerar que se basa en conceptos que no pueden verificarse mediante la experiencia. Según su empirismo, solo podemos afirmar como verdadero aquello que proviene de impresiones sensoriales. Sin embargo, la metafísica se ocupa de nociones como la sustancia, la causalidad y la existencia de Dios, que no pueden ser percibidas directamente. En primer lugar, Hume rechaza la idea de la sustancia extensa (el mundo material). Critica el argumento cartesiano del pasaje de la cera, señalando que no podemos percibir una sustancia invariable detrás de los cambios de las cualidades sensibles. Por lo tanto, no podemos afirmar con certeza que la materia tenga una existencia independiente de nuestras percepciones, sino que simplemente creemos en su continuidad por costumbre. En segundo lugar, cuestiona la sustancia pensante (el yo). Según Descartes, el pensamiento demuestra la existencia de un yo permanente. Sin embargo, Hume argumenta que nunca percibimos un «yo» estable, sino solo un flujo de percepciones cambiantes. No hay evidencia empírica de un sujeto que permanezca constante, sino una sucesión de experiencias que asociamos por hábito. Finalmente, rechaza la sustancia infinita (Dios). Hume considera que la idea de Dios es una construcción mental basada en impresiones previas. Además, critica los argumentos tradicionales para demostrar su existencia, como el ontológico y el causal, pues se basan en ideas abstractas sin justificación empírica. En conclusión, Hume sostiene que la metafísica es inútil, ya que trata sobre entidades que no pueden ser verificadas por la experiencia. Su crítica marca un punto de inflexión en la filosofía, influyendo en Kant y el empirismo moderno.


Tipos de Conocimiento: Cuestiones de Hecho vs. Relaciones de Ideas

Tipos de conocimiento: Cuestiones de hecho vs. Relaciones de ideas

Hume distingue dos tipos de conocimiento. Las relaciones de ideas son verdades necesarias, como las matemáticas y la lógica, que pueden demostrarse mediante el análisis de conceptos sin depender de la experiencia. Su negación implica contradicción, por ejemplo, «un triángulo tiene tres lados». En cambio, las cuestiones de hecho dependen de la experiencia y pueden ser verdaderas o falsas, como «el sol saldrá mañana». No pueden demostrarse lógicamente, sino solo verificarse empíricamente. Esta distinción influirá en la filosofía posterior, especialmente en Kant y en el positivismo, que enfatizarán la importancia del conocimiento basado en la experiencia.

El Objetivo de la Filosofía de Hume: Ciencia e Ilustración frente a la Superstición

El objetivo de la filosofía de Hume: Ciencia e Ilustración frente a la superstición. La investigación sobre el entendimiento humano

Hume busca liberar el pensamiento de la superstición y la metafísica infundada mediante un análisis riguroso del entendimiento humano. Su filosofía, influenciada por la Ilustración, defiende que solo el conocimiento basado en la experiencia y la observación es válido. Critica la religión al considerar que sus fundamentos son invenciones de la mente humana sin base empírica. También rechaza la metafísica tradicional, ya que intenta ir más allá de los límites de la mente sin pruebas verificables. Su objetivo es construir una ciencia del pensamiento, basada en la psicología y la experiencia, que explique cómo adquirimos el conocimiento y eliminemos errores.


El Giro Copernicano de Kant

Kant: El Giro Copernicano en la Filosofía

KANT El giro copernicano

Kant compara su revolución filosófica con la de Copérnico en astronomía. Mientras Copérnico propuso que el Sol estaba en el centro del sistema en lugar de la Tierra, Kant sostiene que el conocimiento no se ajusta a la realidad externa, sino que la realidad se adapta a las estructuras de nuestra mente. Es decir, no conocemos el mundo tal como es en sí mismo , sino solo cómo se nos presenta a través de nuestras facultades cognitivas.

Este cambio de perspectiva le permite explicar cómo es posible el conocimiento científico. Según Kant, la experiencia es necesaria, pero no suficiente para conocer. Nuestra mente posee estructuras a priori, como el espacio y el tiempo, que organizan la información que recibimos. Además, el entendimiento aplica categorías, como causalidad y sustancia, para dar coherencia a lo percibido.

Con este enfoque, Kant busca superar el debate entre racionalismo y empirismo. Acepta la importancia de la experiencia, como defendían los empiristas, pero también reconoce que el conocimiento tiene un componente estructurador a priori, como sostenían los racionalistas. Su teoría establece los límites del conocimiento y marca un punto de inflexión en la filosofía moderna, influyendo en la epistemología posterior.


Estética Trascendental

Estética trascendental

La estética trascendental de Kant analiza las condiciones que hacen posible la percepción sensible. Sostiene que todo conocimiento comienza en la experiencia, pero esta solo es posible si existen estructuras a priori en la mente que organizan la información sensorial. Estas estructuras son el espacio y el tiempo, que no son características del mundo externo, sino formas de nuestra sensibilidad.

El espacio es la condición de posibilidad de la percepción externa, permitiéndonos organizar los objetos en una estructura tridimensional. El tiempo es la condición de posibilidad de la percepción interna, permitiéndonos ordenar nuestras experiencias en una secuencia. Ambos son intuiciones puras, es decir, no se derivan de la experiencia, sino que están presentes antes de cualquier percepción.

Kant usa este argumento para explicar el conocimiento matemático. La geometría es posible porque el espacio es una intuición a priori, y la aritmética se basa en la sucesión temporal. Así, la matemática no depende de la experiencia, sino de la estructura misma de la mente.

Con esta teoría, Kant supera el empirismo, que consideraba que el conocimiento provenía solo de la experiencia, y el racionalismo, que afirmaba que las ideas existían independientemente de la percepción.


Analítica Trascendental

Analítica trascendental

La analítica trascendental de Kant estudia las condiciones que permiten al entendimiento organizar la información recibida a través de los sentidos. Mientras que la estética trascendental explica cómo percibimos el mundo mediante el espacio y el tiempo, la analítica trascendental analiza cómo nuestra mente estructura esa percepción para generar conocimiento.

Kant sostiene que el entendimiento no es una simple facultad pasiva que recibe información, sino que organiza activamente los datos mediante conceptos puros llamados categorías. Estas categorías son formas innatas del pensamiento que permiten estructurar la experiencia. Algunas de las más importantes son sustancia, causalidad y unidad, que nos permiten concebir objetos, relaciones y leyes naturales.

Para Kant, el conocimiento científico es posible porque aplicamos estas categorías a los datos sensibles, generando juicios sintéticos a priori, es decir, afirmaciones universales y necesarias que no dependen exclusivamente de la experiencia. Sin embargo, este conocimiento solo se aplica al mundo fenoménico, es decir, al mundo tal como lo percibimos, no al noumeno (la realidad en sí misma), que está fuera de nuestro alcance.

Con esta teoría, Kant supera el empirismo, que negaba principios innatos, y el racionalismo, que creía posible el conocimiento absoluto sin experiencia.


Análisis de Textos Filosóficos

Comentario de Texto sobre Galileo

Comentario de texto sobre Galileo

1.1 Tema y/o problemática del texto

El texto trata sobre el estudio del movimiento acelerado de los cuerpos en caída libre. Galileo analiza cómo se incrementa la velocidad de un objeto al caer y plantea la necesidad de una formulación matemática que describa este fenómeno de la manera más sencilla y precisa posible.

1.2 Tesis e ideas en las que se basa

La tesis defendida en el texto sostiene que el movimiento acelerado sigue un patrón simple y regular, en el cual los incrementos de velocidad son iguales en intervalos de tiempo iguales. Galileo argumenta que la naturaleza tiende a seguir los caminos más sencillos, lo que lo lleva a definir el movimiento uniformemente acelerado como aquel en el que la velocidad aumenta en proporciones iguales en tiempos iguales.

Para apoyar su tesis, Galileo utiliza una comparación con el movimiento uniforme, en el cual las distancias recorridas en tiempos iguales son las mismas. De manera análoga, propone que en el movimiento acelerado los incrementos de velocidad deben ser iguales en tiempos iguales. También señala que, aunque existen diversas teorías sobre la causa de la aceleración (atracción al centro, repulsión entre partículas, presión del medio), su objetivo no es determinar la causa, sino describir matemáticamente las propiedades del movimiento.


1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones

El texto se sitúa en el siglo XVII, en el contexto de la Revolución Científica. En esta época, se produjo un cambio fundamental en la manera de entender la naturaleza, pasando de una visión aristotélica basada en la cualidad y la finalidad a una concepción mecanicista, basada en leyes matemáticas. Galileo fue una de las figuras clave en este proceso, ya que introdujo el método experimental y la matematización de los fenómenos físicos, sentando las bases de la física moderna.

Este enfoque contrasta con la física aristotélica, que afirmaba que los objetos caían debido a su tendencia natural a dirigirse hacia su «lugar propio». En cambio, Galileo mostró que el movimiento de los cuerpos puede describirse mediante leyes matemáticas universales, independientemente de su naturaleza intrínseca.

Su trabajo influyó profundamente en Isaac Newton, quien, a partir de los estudios de Galileo sobre el movimiento, formuló las leyes de la dinámica y la ley de gravitación universal. Además, la idea de que la naturaleza sigue principios simples y matemáticos se relaciona con la filosofía racionalista de Descartes, quien también buscó principios fundamentales que explicaran la realidad a través de la razón y el método deductivo.

En conclusión, Galileo revolucionó la física al sustituir la explicación cualitativa de Aristóteles por una descripción cuantitativa basada en principios matemáticos, lo que sentó las bases del desarrollo posterior de la ciencia moderna.


Comentario de Texto sobre Spinoza

BARUCH DE SPINOZA

1.1 Tema y/o problemática del texto

El texto aborda la crítica de Spinoza a la idea teleológica de la naturaleza, es decir, la creencia de que todo en la naturaleza ocurre con un propósito determinado. Según Spinoza, los seres humanos proyectan su forma de pensar en la naturaleza, asumiendo que todo sucede con un fin específico, lo que da lugar a prejuicios y errores filosóficos.

1.2 Tesis e ideas en las que se basa

La tesis principal defendida por Spinoza es que la creencia en una finalidad en la naturaleza es un prejuicio humano. Él sostiene que los seres humanos, al desconocer las causas reales de los fenómenos naturales, asumen erróneamente que todo está diseñado para servirles y que Dios ha creado el mundo con una intención específica.

Para desarrollar esta idea, Spinoza explica que los seres humanos, debido a su ignorancia sobre las verdaderas causas de los fenómenos, creen que todo sucede por un propósito. Por ejemplo, suponen que el sol existe para proporcionar luz o que las plantas crecen para alimentar a los animales. Este razonamiento erróneo se basa en su tendencia natural a buscar lo que les es útil y a interpretar la realidad desde su perspectiva.

A partir de esta confusión, surgen otros conceptos erróneos como el bien y el mal, el mérito y el pecado, o el orden y la confusión, los cuales no son realidades objetivas sino construcciones humanas derivadas de su visión finalista del mundo.


1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones

Spinoza desarrolla su pensamiento en el siglo XVII, dentro del contexto del racionalismo y la Revolución Científica. Su obra busca explicar la realidad mediante principios racionales y rechaza las explicaciones basadas en creencias religiosas o finalistas. Su postura se opone a la tradición aristotélica y escolástica, que sostenía que todo en la naturaleza tiene una causa final o un propósito divino.

Este pensamiento se relaciona con el mecanicismo defendido por filósofos como Descartes y Galileo. Mientras que Galileo ya había descartado la idea aristotélica de que los cuerpos se mueven con un propósito determinado, Descartes aplicó el mecanicismo a la filosofía, afirmando que la naturaleza funciona como una máquina gobernada por leyes matemáticas, sin necesidad de fines o propósitos.

Asimismo, Spinoza influyó en el pensamiento posterior de la Ilustración, especialmente en filósofos como David Hume, quien también criticó la tendencia humana a atribuir causas finales a los fenómenos naturales. Hume argumentó que los seres humanos establecen relaciones de causa y efecto basadas en la costumbre, no porque haya un orden preestablecido en la naturaleza.

En conclusión, el texto de Spinoza representa una crítica fundamental a la visión antropocéntrica de la realidad y a la idea de que la naturaleza tiene un propósito. Su pensamiento marcó un cambio hacia una visión más racionalista y científica del mundo, contribuyendo al desarrollo del pensamiento moderno.


Comentario de Texto sobre la Razón en Descartes

La razón

1.1 Tema y/o problemática del texto

El texto trata sobre la idea de la razón o el «buen sentido» como una facultad universalmente repartida entre los seres humanos. Descartes sostiene que todas las personas poseen la misma capacidad racional, pero las diferencias en sus opiniones se deben a la forma en que dirigen su pensamiento, más que a una desigualdad en la razón misma.

1.2 Tesis e ideas en las que se basa

La tesis principal del texto es que la razón es una facultad innata en todos los seres humanos y está distribuida de manera equitativa. Descartes argumenta que las diferencias entre los individuos no se deben a una mayor o menor cantidad de razón, sino a la manera en que esta se aplica.

Para sustentar su tesis, plantea que todos creen tener suficiente razón, lo que indica que su distribución es uniforme. Sin embargo, la diferencia en los juicios y opiniones de las personas radica en la forma en que emplean su razón y en los distintos caminos que siguen en su pensamiento. Por ello, enfatiza que no basta con tener una buena capacidad intelectual, sino que lo importante es usarla correctamente.

Esta idea se relaciona con su método filosófico, donde defiende la necesidad de aplicar un método riguroso para evitar errores en el razonamiento. En este sentido, la razón, bien utilizada, permite alcanzar la verdad y distinguir lo verdadero de lo falso.


1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones

El texto se inscribe en el siglo XVII, en el contexto del racionalismo, un movimiento filosófico que buscaba fundamentar el conocimiento en la razón y no en la experiencia o la tradición. Descartes es considerado el padre de este enfoque, ya que postuló que la razón es la fuente principal del conocimiento y defendió la necesidad de un método para guiar el pensamiento.

Este planteamiento contrasta con la visión empirista, representada por filósofos como David Hume y John Locke, quienes afirmaban que el conocimiento proviene de la experiencia sensorial y no de una razón innata. Mientras que Descartes confiaba en la capacidad de la razón para alcanzar verdades universales, los empiristas sostenían que la mente es una «tabula rasa» y que todo conocimiento se construye a partir de la experiencia.

Asimismo, la idea cartesiana de que la razón permite distinguir la verdad de la falsedad influyó en la Ilustración, un movimiento filosófico del siglo XVIII que promovió el uso de la razón como base del progreso y el conocimiento humano. Autores como Kant retomaron la importancia de la razón, aunque desde una perspectiva crítica que integraba elementos del empirismo.

En conclusión, el texto de Descartes es fundamental para entender el racionalismo y la confianza en la razón como herramienta para el conocimiento. Su idea de que todos los seres humanos poseen razón por igual, pero que lo importante es aplicarla correctamente, tuvo un impacto duradero en la filosofía y la ciencia modernas


Comentario de Texto sobre «Las Reglas del Método» de Descartes

 Comentario de texto sobre «Las reglas del método» de Descartes

1.1 Tema y/o problemática del texto

El texto trata sobre la necesidad de un método riguroso para alcanzar el conocimiento verdadero. Descartes establece cuatro reglas fundamentales que deben guiar el pensamiento para evitar el error y obtener certezas.1.2Tesis e ideas en las que se basa La tesis principal del texto es que el conocimiento debe construirse siguiendo un método racional y sistemático, basado en la evidencia y en la claridad del pensamiento. Para ello, Descartes formula cuatro reglas. La evidencia: No aceptar como verdadero nada que no se presente de manera clara y distinta al entendimiento. El análisis: Dividir los problemas en partes más pequeñas para comprenderlos mejor. La Síntesis: Ordenar las ideas desde las más simples hasta las más complejas. La Revisión: Hacer un recuento exhaustivo para no omitir nada. Estas reglas buscan evitar la precipitación y la confusión, asegurando que el conocimiento se construya de forma ordenada y sin errores. 1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones  René Descartes (1596-1650) desarrolla su método en un contexto de transformación del pensamiento europeo durante el siglo XVII, en plena Revolución Científica. Su filosofía responde a la crisis del conocimiento escolástico, basado en Aristóteles y en la teología, y busca establecer una base segura para la ciencia. En este sentido, su método refleja el espíritu racionalista, que confía en la razón como fuente principal de conocimiento. El pensamiento cartesiano está vinculado al racionalismo de autores como Baruch Spinoza y Gottfried Leibniz. Spinoza, por ejemplo, también emplea un método racional para desarrollar su sistema filosófico en Ética demostrada según el orden geométrico, donde aplica un enfoque matemático a la filosofía. Por otro lado, Leibniz amplía el racionalismo cartesiano con su idea de las «verdades de razón» y «verdades de hecho». Frente al racionalismo cartesiano, el empirismo británico, representado por John Locke y David Hume, critica la idea de que la razón pueda alcanzar la verdad sin experiencia. Hume, en particular, sostiene que todo conocimiento proviene de impresiones sensoriales, rechazando la confianza cartesiana en la razón pura. En conclusión, el método de Descartes marca un punto de inflexión en la filosofía y la ciencia, al proponer un sistema de pensamiento basado en la duda metódica y la claridad racional, lo que influenció profundamente la modernidad.


Comentario de Texto sobre el Objetivo de la Ciencia en Descartes

René Descartes

1.»Objetivo de la cienci»

1.1 Tema y/o problemática del texto

El texto plantea la utilidad de la ciencia y el conocimiento racional para mejorar la vida humana. Descartes argumenta que el verdadero propósito de la investigación científica no es la especulación teórica, sino la aplicación práctica de sus descubrimientos para el beneficio de la humanidad.

1.2 Tesis e ideas en las que se basa

La tesis principal es que el conocimiento científico debe traducirse en progreso material y bienestar. Descartes considera que, al conocer con precisión las leyes naturales, podemos desarrollar tecnologías que faciliten la vida y preserven la salud. Además, sostiene que la razón humana es la herramienta más poderosa para comprender y dominar la naturaleza.

Esta idea se relaciona con su método filosófico: el conocimiento debe basarse en principios claros y distintos, evitando la tradición o la autoridad sin justificación racional. Su visión de la ciencia como dominio sobre la naturaleza influye en el pensamiento moderno y en el desarrollo de la tecnología.

1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones

Descartes desarrolla su pensamiento en el siglo XVII, en el contexto de la Revolución Científica, un periodo marcado por avances en matemáticas, astronomía y física. Su filosofía se inspira en científicos como Galileo, quien aplicaba el método matemático al estudio de la naturaleza.

Su propuesta también contrasta con la escolástica medieval, que priorizaba la teología sobre la investigación empírica. En este sentido, Descartes allana el camino para el empirismo y la ciencia experimental, influyendo en figuras como Newton.

Su idea de la ciencia como herramienta para la mejora de la vida humana anticipa la Ilustración, cuando pensadores como Voltaire y Diderot promoverán la aplicación del conocimiento racional para reformar la sociedad.


Comentario de Texto sobre el «Cogito, ergo sum» de Descartes

René Descartes -«Cogito, ergo su»

1.1 Tema y/o problemática del texto

El texto aborda el problema de la certeza del conocimiento y la existencia del yo. Descartes, a través de la duda metódica, busca una verdad indudable que sirva como fundamento del conocimiento.

1.2 Tesis e ideas en las que se basa

La tesis central del texto es que la única verdad absolutamente indudable es la existencia del sujeto pensante. Descartes parte de la duda radical: cuestiona la validez de los sentidos, la existencia del mundo exterior e incluso la veracidad de las matemáticas. Llega a la posibilidad de un «genio maligno» que lo engañe en todo. Sin embargo, incluso si fuera engañado, necesariamente debe existir para poder dudar. De ahí su famosa conclusión: «Pienso, luego existo». Este principio se convierte en el primer fundamento del conocimiento. A partir de él, Descartes intentará reconstruir la certeza del mundo exterior y de Dios, pero siempre partiendo del yo pensante como la única base incuestionable.

1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones

Descartes desarrolla esta idea en el siglo XVII, en plena crisis del pensamiento escolástico. La filosofía medieval, basada en Aristóteles y la teología cristiana, empezaba a ser desplazada por el racionalismo y la ciencia experimental. Su método responde a esta necesidad de un nuevo fundamento para el conocimiento, acorde con la razón y la autonomía del pensamiento humano. El Cogito inaugura el racionalismo moderno y es retomado por pensadores como Spinoza y Leibniz. Sin embargo, los empiristas como Locke y Hume critican su idea de que la razón puede alcanzar certezas absolutas sin necesidad de la experiencia. Hume, en particular, ataca la noción cartesiana de un yo permanente. Para él, la conciencia no es una entidad estable, sino un «haz de percepciones» en constante cambio. Esta crítica será clave en el pensamiento de Kant, quien intentará reconciliar racionalismo y empirismo en su Crítica de la razón pura. En conclusión, el Cogito es una de las ideas más influyentes en la historia de la filosofía, marcando el inicio del pensamiento moderno y redefiniendo la noción de subjetividad en la epistemología occidental.


Comentario de Texto sobre el «Pasaje de la Cera» de Descartes

René Descartes -«Pasaje de la cer» 1.1 Tema y/o problemática del texto

El texto aborda el problema del conocimiento y la fiabilidad de los sentidos para percibir la realidad.

1.2 Tesis e ideas en las que se basa

Descartes sostiene que el verdadero conocimiento no proviene de los sentidos, sino del intelecto. Usa el ejemplo de la cera, que cambia de forma, olor y textura al calentarse, pero sigue siendo la misma sustancia. Como los sentidos captan solo sus modificaciones, no pueden proporcionar un conocimiento estable de su esencia. Tampoco la imaginación puede concebir todas las formas posibles que la cera podría adoptar. Por lo tanto, solo el entendimiento nos permite reconocerla como el mismo objeto, concluyendo que la razón es la fuente del conocimiento verdadero, mientras que los sentidos son engañosos y variables.

1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones En este fragmento Descartes busca establecer un conocimiento seguro. En el siglo XVII, la Revolución Científica estaba transformando la manera en que se entendía el mundo, alejándose de la escolástica aristotélica y promoviendo la observación y el método racional. Descartes representa el racionalismo, corriente filosófica que considera la razón como la única vía para alcanzar el conocimiento. Su concepción del entendimiento influirá en Spinoza y Leibniz, quienes desarrollarán sistemas filosóficos basados en la razón pura. Por otro lado, esta idea será fuertemente criticada por los empiristas británicos. John Locke argumentará que todo conocimiento proviene de la experiencia sensorial y no de ideas innatas. Hume llevará esta crítica más lejos, negando la posibilidad de conocer esencias y sosteniendo que solo percibimos impresiones momentáneas sin una sustancia subyacente. Este debate entre racionalismo y empirismo marcará la filosofía moderna. Kant intentará conciliar ambas posturas en su Crítica de la razón pura, afirmando que el conocimiento surge de la interacción entre la experiencia y las estructuras a priori del entendimiento. En conclusión, el Pasaje de la cera es un argumento clave en el racionalismo cartesiano, mostrando que el conocimiento verdadero no se basa en los sentidos, sino en la capacidad intelectual de captar la esencia de los objetos.

Hume. Ideas e impresiones

1.1 Tema y/o problemática del texto

El texto aborda la naturaleza del conocimiento y la distinción entre ideas e impresiones en la mente humana.

1.2 Tesis e ideas en las que se basa

Hume sostiene que todas nuestras percepciones se dividen en impresiones e ideas. Las impresiones son las percepciones más vívidas e inmediatas, como las sensaciones que experimentamos a través de los sentidos o las emociones. En cambio, las ideas son copias debilitadas de esas impresiones, formadas a partir del recuerdo o la imaginación. Hume argumenta que la mente no puede crear ideas completamente nuevas, sino que solo puede combinar, modificar o asociar impresiones previas. De este modo, el conocimiento humano se basa enteramente en la experiencia sensorial, y cualquier idea que no pueda remontarse a una impresión es considerada inválida o sin significado real.

1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones

Hume desarrolla esta teoría en el siglo XVIII, dentro del empirismo británico, una corriente que enfatiza la experiencia como la única fuente válida de conocimiento. Su pensamiento es una respuesta crítica al racionalismo cartesiano, que afirmaba la existencia de ideas innatas en la mente humana. Para Hume, no hay ideas innatas; todas derivan de impresiones previas, lo que implica que nuestro conocimiento es limitado por lo que podemos percibir. Su distinción entre ideas e impresiones influirá en Kant, argumentando que la mente estructura activamente la experiencia mediante categorías innatas. Además, la teoría de Hume tendrá un impacto en el positivismo de Auguste Comte y en la epistemología contemporánea, especialmente en la filosofía del lenguaje y la psicología cognitiva, que estudian cómo el cerebro procesa la información sensorial. Hume también establece un criterio empírico para evaluar el significado de las ideas: si una idea no puede vincularse a una impresión previa, debe ser descartada como un concepto vacío. Esta postura buscará eliminar términos metafísicos sin referencia empírica. En conclusión, la teoría de ideas e impresiones de Hume es fundamental para el empirismo y la filosofía moderna, ya que redefine los límites del conocimiento y subraya la importancia de la experiencia sensorial en la formación de nuestras ideas.


David Hume – «Objetivo de la filosofía»

1.1 Tema y/o problemática del texto

El texto trata sobre la función y los límites de la filosofía, cuestionando el valor de la metafísica tradicional y proponiendo un enfoque más empírico y crítico.

1.2 Tesis e ideas en las que se basa

Hume sostiene que la verdadera filosofía debe centrarse en el estudio del entendimiento humano y sus capacidades, en lugar de especular sobre cuestiones abstractas e inaccesibles. Considera que muchas afirmaciones metafísicas no son más que artificios del lenguaje sin base en la experiencia. Por ello, propone un análisis crítico del conocimiento, identificando qué podemos saber realmente y qué pertenece al ámbito de la especulación infundada. Además, señala que solo mediante el estudio riguroso del pensamiento y la percepción se puede distinguir la filosofía válida de la pseudociencia o la superstición, promoviendo así un conocimiento basado en la observación y la lógica.


1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones

Hume desarrolla esta idea en el siglo XVIII, en plena Ilustración, un periodo caracterizado por el auge de la razón, la ciencia y la crítica a la tradición. Su empirismo radical desafía la visión racionalista cartesiana, que afirmaba que el conocimiento podía basarse en ideas innatas. Para Hume, toda idea debe provenir de una impresión sensorial previa; de lo contrario, carece de significado.

Este enfoque lleva a Hume a rechazar la metafísica especulativa, ya que considera que muchas de sus afirmaciones no pueden verificarse empíricamente. Su crítica influirá profundamente en Kant, quien intentará responder a Hume en su Crítica de la razón pura, estableciendo una síntesis entre racionalismo y empirismo. Kant reconoce que Hume lo «despertó de su sueño dogmático», llevándolo a replantear los límites y posibilidades del conocimiento humano.

Asimismo, las ideas de Hume anticipan el positivismo del siglo XIX, con pensadores como Auguste Comte, quien rechaza la metafísica y aboga por una ciencia basada únicamente en hechos verificables. En el siglo XX, su crítica a la metafísica será retomada por el empirismo lógico del Círculo de Viena, que busca eliminar los conceptos filosóficos que no puedan ser verificados mediante la experiencia.

En conclusión, la postura de Hume marca un cambio radical en la filosofía, alejándola de la especulación metafísica y acercándola a un análisis más crítico y empírico del conocimiento humano, influyendo en el desarrollo del pensamiento moderno y la epistemología científica.


David Hume – «Mecanismos de asociación de ideas»

1.1 Tema y/o problemática del texto

El texto trata sobre cómo la mente humana organiza y conecta las ideas. Hume investiga los principios que regulan el pensamiento y la asociación de conceptos en nuestra mente.

1.2 Tesis e ideas en las que se basa

Hume sostiene que todas las ideas en la mente humana están relacionadas entre sí mediante ciertos principios de asociación. Identifica tres mecanismos fundamentales que explican cómo se conectan las ideas: semejanza, que une conceptos parecidos; contigüidad, que asocia ideas que han aparecido juntas en el tiempo o el espacio; y causa y efecto, que vincula eventos donde uno parece producir al otro. Según Hume, estas conexiones no son resultado de una estructura innata de la mente, sino de hábitos adquiridos a partir de la experiencia. La manera en que pensamos no es completamente libre, sino que sigue patrones establecidos por estas asociaciones, las cuales influyen en nuestra forma de razonar y en nuestra percepción del mundo.


1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones

Hume desarrolla esta teoría dentro del empirismo británico del siglo XVIII, que sostiene que todo conocimiento proviene de la experiencia. Su análisis de la asociación de ideas busca explicar cómo funciona la mente sin recurrir a nociones innatas, como proponía el racionalismo cartesiano. Mientras que Descartes afirmaba que la razón podía operar de forma independiente de la experiencia, Hume demuestra que nuestras ideas dependen de la manera en que hemos percibido la realidad a lo largo del tiempo.

Este concepto tendrá una gran influencia en la psicología moderna, especialmente en el conductismo y en la teoría del aprendizaje asociativo. Filósofos posteriores, como John Stuart Mill, ampliarán la idea de asociación para explicar procesos mentales más complejos, como el lenguaje y la memoria. Además, la teoría de Hume sobre la conexión entre ideas será clave para el desarrollo del empirismo lógico en el siglo XX, que estudiará cómo los conceptos científicos y filosóficos se estructuran mediante relaciones verificables.

Asimismo, la idea de que nuestras creencias y conocimientos dependen de hábitos adquiridos influirá en Kant, quien intentará demostrar que la mente no solo asocia ideas de manera pasiva, sino que también las organiza activamente a través de estructuras a priori. En conclusión, la teoría de los mecanismos de asociación de ideas de Hume es fundamental para comprender el pensamiento humano desde una perspectiva empírica. Su análisis demuestra que la mente no es un ente autónomo e innato, sino que opera bajo reglas formadas por la experiencia, lo que marca un punto clave en la evolución de la epistemología y la psicología cognitiva.


Cuestiones de hecho y relaciones de ideas 1.1 Tema y/o problemática del texto
El texto aborda la clasificación del conocimiento humano en dos categorías: relaciones de ideas y cuestiones de hecho, con el fin de determinar los límites de lo que podemos conocer con certeza. 1.2 Tesis e ideas en las que se basa Hume sostiene que todo conocimiento puede dividirse en dos tipos: relaciones de ideas y cuestiones de hecho. Las relaciones de ideas son verdades universales y necesarias, como las matemáticas y la lógica, que pueden demostrarse independientemente de la experiencia. Por ejemplo, «el triángulo tiene tres lados» es una verdad que no depende de la observación. En cambio, las cuestiones de hecho dependen de la experiencia y pueden ser verdaderas o falsas, como «el sol saldrá mañana»; aunque se base en la costumbre, no es una verdad demostrable lógicamente. Esta distinción es clave para su escepticismo, ya que nos muestra que muchas creencias no tienen una base racional segura, sino que dependen de la costumbre y la probabilidad.
1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones
Hume desarrolla esta idea en el siglo XVIII, dentro del empirismo británico, como una crítica a la confianza excesiva en la razón como fuente de conocimiento. Su distinción entre relaciones de ideas y cuestiones de hecho responde a la tradición racionalista cartesiana, que consideraba que la razón podía alcanzar verdades absolutas. Hume, en cambio, argumenta que solo las verdades matemáticas son seguras, mientras que todo conocimiento empírico es incierto porque se basa en la observación y la costumbre. Esta idea influirá en Kant, quien intentará superar el escepticismo humeano en su Crítica de la razón pura, proponiendo que el conocimiento es una síntesis entre la experiencia y estructuras a priori de la mente. También tendrá impacto en el positivismo del siglo XIX, con pensadores como Auguste Comte, y en el empirismo lógico del siglo XX, con el Círculo de Viena, que establecerá el principio de verificación para distinguir entre afirmaciones con significado y meras especulaciones metafísicas. En conclusión, la distinción entre cuestiones de hecho y relaciones de ideas es una de las mayores aportaciones de Hume a la epistemología. Su análisis muestra que gran parte de nuestro conocimiento se basa en la experiencia y no en certezas absolutas, lo que lleva a una visión más crítica y empírica del saber, influyendo en la filosofía, la ciencia y la teoría del conocimiento moderna.


David Hume – «El yo como haz de percepciones»

1.1 Tema y/o problemática del texto

El texto plantea el problema de la identidad personal y la existencia del yo como una entidad fija. Hume cuestiona la noción tradicional del yo como algo permanente y unificado, argumentando que nuestra percepción de identidad es solo una construcción mental basada en experiencias cambiantes.

1.2 Tesis e ideas en las que se basa

Hume sostiene que no existe un yo permanente e inmutable, sino que la mente es simplemente un conjunto de percepciones que cambian constantemente. Cuando intentamos encontrar un «yo» fijo en nuestra conciencia, solo hallamos impresiones fugaces: sensaciones, pensamientos, recuerdos y emociones que se suceden sin un núcleo estable que los unifique. La identidad personal es, según Hume, una ilusión creada por la mente al conectar estas percepciones a través de la memoria y la costumbre. En realidad, el yo no es una sustancia independiente, sino una colección dinámica de experiencias momentáneas. Este escepticismo sobre la existencia de una identidad fija desafía la visión cartesiana del yo como una realidad indudable basada en el cogito, ergo sum.


1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones Hume desarrolla esta idea en el siglo XVIII, dentro del empirismo británico, en oposición al racionalismo de Descartes. Mientras que Descartes afirmaba que el yo era una sustancia pensante indudable, Hume argumenta que no hay evidencia empírica de un yo permanente, solo de percepciones cambiantes. Esta concepción rompe con la tradición filosófica que consideraba el alma o la identidad como entidades fijas y trascendentes. Su teoría influirá en Kant, quien en la Crítica de la razón pura intentará resolver el problema del yo al proponer que la conciencia no es un ente sustancial, sino una estructura que organiza la experiencia. También tendrá un impacto en el pensamiento existencialista, especialmente en Jean-Paul Sartre, quien rechazará la noción de una esencia fija del yo y defenderá que la identidad se construye a través de la acción y la libertad. En la filosofía contemporánea, la visión humeana se relaciona con la neurociencia y la teoría cognitiva, que estudian la identidad como un fenómeno emergente de la actividad cerebral, sin necesidad de postular un «yo» metafísico. Además, su idea influirá en el budismo occidentalizado, que también ve el yo como una ilusión basada en la interconexión de percepciones momentáneas. En conclusión, la teoría de Hume sobre el yo como un haz de percepciones desafía la noción clásica de identidad y ha influido en múltiples campos, desde la filosofía moderna hasta la ciencia cognitiva y la psicología. Su enfoque escéptico nos obliga a repensar la naturaleza de la conciencia y la forma en que construimos nuestra noción de identidad.


David Hume – «Causalidad» 1.1 Tema y/o problemática del texto El texto aborda el problema de la causalidad y la validez de la relación causa-efecto en el conocimiento humano. Hume cuestiona si realmente podemos conocer con certeza que un evento causa otro o si esta relación es solo una construcción mental basada en la costumbre. 1.2 Tesis e ideas en las que se basa Hume sostiene que la relación de causalidad no es una verdad racionalmente demostrable, sino una expectativa generada por la experiencia. Observamos que ciertos eventos ocurren de manera constante uno después del otro (por ejemplo, el fuego produce calor) y, debido a esta repetición, inferimos que existe una conexión necesaria entre ellos. Sin embargo, Hume argumenta que no hay una razón lógica que garantice que la misma relación se mantendrá en el futuro. Lo que llamamos causalidad es solo el hábito de asociar ciertos eventos tras haberlos observado muchas veces juntos, pero nunca percibimos directamente una «fuerza causal» que conecte ambos hechos. Por lo tanto, la causalidad no es una propiedad objetiva del mundo, sino un principio psicológico basado en la costumbre y la inferencia. 1.3 Contexto histórico-filosófico y relaciones Hume desarrolla su teoría en el siglo XVIII, dentro del empirismo británico, en oposición al racionalismo cartesiano, que creía que la razón podía conocer verdades universales con certeza. Su análisis de la causalidad representa un ataque a la confianza absoluta en la razón, ya que demuestra que muchas de nuestras creencias sobre el mundo no tienen una base lógica necesaria, sino que dependen de la repetición de experiencias pasadas. Esta crítica influirá profundamente en Kant, quien en su Crítica de la razón pura intentará responder a Hume proponiendo que la causalidad no es una propiedad del mundo, sino una categoría a priori de la mente humana, que ordena la experiencia. También tendrá un impacto en la filosofía de la ciencia, influyendo en Karl Popper y su falsacionismo, que sostiene que las leyes científicas no pueden demostrarse con certeza, sino solo resistir intentos de refutación. Además, el cuestionamiento de Hume sobre la causalidad anticipa problemas en la física contemporánea, especialmente en la mecánica cuántica, donde la relación causa-efecto es menos determinista de lo que parecía en la física clásica.

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