Humanismo en el Renacimiento
Durante el Renacimiento surge en Italia un movimiento cultural conocido como Humanismo. Se denomina así a la cultura emergente en la cual el hombre se convierte en el centro del cosmos. Los humanistas trabajarán por el renacimiento de la cultura clásica: Roma y Grecia, son pensadas como el paradigma de la armonía, de la serenidad, de la racionalidad. Elementos claves para conseguir este ideal humano son los studia humanitatis, y la posesión de la virtú, a través de la cual se consigue la gloria, el poder, y una vida satisfactoria. Un elemento importante en la expansión del humanismo fue el desarrollo de la imprenta.
Filosofía en el Renacimiento
La caída de Constantinopla fue muy importante para el desarrollo de la cultura humanística y la filosofía del Renacimiento, pues muchos sabios bizantinos huyeron hacia Italia trayendo consigo textos hasta entonces desconocidos en occidente. El mayor conocimiento del griego, el análisis riguroso de los textos, y los nuevos escritos traídos desde Bizancio, así como el desprestigio de la escolástica y de todo lo medieval, colaboran en el renacer del interés por la filosofía antigua.
Escolástica Española
Dos razones para su importancia:
- Vinculación del imperio a la iglesia católica de la que pretende ser algo así como su brazo armado.
- Creación del primer imperio auténticamente universal.
Los filósofos y teólogos más relevantes de esta escolástica son Francisco de Vitoria y Francisco Suárez.
Filosofía Renacentista
Estos filósofos ya no están interesados en recuperar los viejos sistemas sino en la elaboración de una filosofía original. Entre ellos destacan Nicolás de Cusa y Francis Bacon, por sus aportaciones a la teoría del conocimiento, y Nicolás Maquiavelo por sus aportaciones a la filosofía política.
Epistemología en el Renacimiento
Nicolás de Cusa
Parte de la concepción cristiana neoplatónica de Dios, según la cual Dios es incognoscible. Dios es infinito. Sostiene que si no podemos conocer el principio del mundo natural, creado, tampoco podemos conocer a éste en el sentido fuerte de la palabra. Del mundo sólo podemos hacer conjeturas, hipótesis, de validez relativa. Saber que el conocimiento de lo infinito es imposible, y que acerca del mundo natural solo podemos hacer conjeturas es lo que llama Nicolás docta ignorancia (es un conocimiento de lo limitado de nuestro conocimiento). Nicolás de Cusa es nominalista, los universales no tienen tipo alguno de realidad. Por ello el entendimiento residirá en la capacidad espontánea de elaborar hipótesis (que serán de carácter matemático). La concepción del entendimiento como la capacidad espontánea de elaborar hipótesis de carácter matemático acerca del mundo, y la pretensión de que el mundo está escrito en tales caracteres matemáticos, son las diferencias del pensamiento moderno del medieval. Por eso se puede decir que Nicolás de Cusa es el iniciador del pensamiento moderno.
Francis Bacon
Es un filósofo de la técnica. El objetivo de su filosofía es ayudar al desarrollo de la ciencia. Para ello realiza una crítica a los métodos tradicionales de obtención del saber, especialmente a la lógica aristotélica y la abstracción escolástica frente a las cuales sostiene que el experimento es el instrumento para el conocimiento y dominio del universo. Previo al desarrollo del experimento es preciso hacer una crítica a los prejuicios de la naturaleza a la anticipación de la naturaleza. Para Bacon, la ciencia ha de tener una finalidad práctica, el método ha de tener igualmente una finalidad práctica. El método adecuado para tal cometido es, según Bacon, la inducción a partir del experimento.
¿Qué entiende Bacon por experimento y por inducción? Son cualidades simples. Una vez obtenidas estas cualidades se trata de conocer sus propiedades y «causas» por inducción: se hace una enumeración de todos los casos en que aparece una determinada cualidad simple, y en los casos en los que no aparece, y se busca lo común a estos casos (y que no hay en los casos en que no aparece). Hecho esto se descubre la forma que es la causa de las cualidades.
Filosofía Política en el Renacimiento
Nicolás Maquiavelo
Dos de sus obras «El Príncipe» y «Discursos sobre la primera Década de Tito Livio». «El Príncipe» está expuesto como un manual de estrategia política. En los «Discursos», se defiende una república de ciudadanos libres e iguales. Parece contradictoria, pero debe entenderse que el ideal político de Maquiavelo es el que aparece en los «Discursos», mientras que «El Príncipe» estaría pensado para aquellas situaciones extremas en las que impera la anarquía y la corrupción cuando, lo prioritario es regenerar la república, darle un orden y una estabilidad por una fuerza externa, por un príncipe nuevo.
- Aplicación del método científico a la política: Se enfrenta con los fenómenos políticos con la actitud propia de un científico, y no, como era usual hasta entonces, de un ideólogo, un moralista o un teólogo. Esta actitud científica viene caracterizada por dos rasgos: Realismo, toma a los fenómenos políticos, y al comportamiento humano tal como son, y no como deberían ser y búsqueda de las regularidades que gobiernan el comportamiento de los individuos y de los Estados. También define el campo específico de lo político, como el poder y el Estado.
- El hombre como animal político: Al igual que para el pensamiento antiguo, el ser humano solo se realiza como tal en el seno de la comunidad política. Esta concepción le lleva a enfrentarse con la escolástica medieval (donde la vida humana tiene una dimensión trascendente, está orientada a la salvación). Por ellos en el Estado no se alcanzan los fines últimos, no se agota en él el sentido de la vida humana. Por eso el Estado debe someterse, o al menos ajustarse, a los fines superiores, de la iglesia. Maquiavelo niega toda trascendencia a la vida humana. El sentido de la vida es inmanente al mundo. Cree que la religión es útil y necesaria pero debe estar subordinada a los fines políticos, la religión debe funcionar como una institución del Estado.
- «El Príncipe»: Se muestran las mejores técnicas para conquistar el poder y mantenerse en él. El poder se convierte aquí en un fin en sí mismo, estrategias sin reparar en límites morales, religiosos o de cualquier otra índole. Tales enseñanzas están sacadas del comportamiento real de los dirigentes políticos del pasado o del presente y expuestas con toda crudeza. Tales estrategias están sacadas de acontecimientos de la antigüedad.