HUME
CONOCIMIENTO:
Hume es el autor más importante de la escuela del empirismo. Para el empirismo, todo nuestro conocimiento procede de la experiencia. Hume niega la existencia de las ideas innatas en la razón, ya que nuestro entendimiento es como una página en blanco en la que nada hay escrito al nacer.
Hume distinguirá dos elementos en la razón:
- Las impresiones: representaciones mentales simples de las percepciones recibidas por la sensibilidad;
- Las ideas: representaciones o copias de las impresiones en la mente, son menos vivas y proceden de una impresión.
Afirmará dos modos de conocimiento racional:
- El conocimiento de relaciones entre las ideas (razonamiento a priori). Las proposiciones de este tipo son analíticas, el predicado está implícito en el sujeto y no nos dan nueva información, y son a priori; para conocer su verdad no es necesario recurrir a la experiencia, ya que es anterior a esta. Son las matemáticas y la lógica.
- El conocimiento de cuestiones de hecho (razonamiento a posteriori) que trata sobre la realidad. Sus proposiciones son sintéticas, el predicado no está implícito en el sujeto, afirman algo nuevo sobre la realidad dando un conocimiento extensivo y son a posteriori, ya que su verdad o falsedad se descubre después de recurrir a la experiencia. Todo el resto de nuestro conocimiento es de este tipo. Todo conocimiento sobre la realidad proviene, por lo tanto, de un razonamiento a posteriori y el criterio de verdad para saber si una idea es verdadera o falsa es recurrir a la impresión.
Hume criticará el principio de causalidad, según el cual una causa determinada produce siempre y necesariamente un efecto concreto. Según Hume, este principio de causalidad no es correcto pues no podemos tener impresión de dicha conexión. Para Hume, la relación causa-efecto la afirmamos por la experiencia de haber percibido de forma habitual un acontecimiento detrás de otro y por ello afirmamos que lo que ha sucedido en el pasado se repetirá en el futuro y que objetos semejantes tendrán efectos semejantes. Hume afirma que el principio de causalidad es solo una suposición o creencia basada en el hábito y la costumbre de haber tenido impresión en el pasado de dos acontecimientos distintos unidos consecutivamente. La verdad de toda ley es, por tanto, solo probable. Sin embargo, Hume acepta la utilidad de estas creencias para la vida y por ello la ciencia resulta útil para la humanidad.
También criticará las tres sustancias cartesianas (el Yo, la Realidad Exterior y Dios) y asegurará que es imposible conocer su existencia defendiendo el escepticismo.
Negará la afirmación de la existencia del “yo” pues es imposible tener una impresión permanente y estable del propio yo. El yo, por tanto, es un hecho psicológico producido por la memoria y no algo sustancial. Señalará que no podemos asegurar la existencia de Dios pues es imposible tener experiencia de él y por tanto no es posible demostrar su existencia.
Así, y como conclusión final, Hume terminará estableciendo el escepticismo (afirma imposible demostrar la existencia del mundo, del yo y de Dios), y el fenomenismo (solo es posible conocer las impresiones como hechos mentales).
MORAL: ÉTICA
Hume realizará una crítica a toda la ética anterior a él. Nuestros juicios morales no son producidos por la razón, no son relaciones entre ideas, pues no son analíticos y no son cuestiones de hechos pues los juicios morales juzgan la realidad como buena o mala produciendo así un juicio de valor imposible de ser percibido. Por ello, Hume señalará que las éticas anteriores incurren en la falacia naturalista: tratan de deducir lo que debería ser de la mera observación de la realidad (percibir cómo es algo).
Hume defenderá el emotivismo moral: el fundamento de la moral será el sentimiento moral del individuo (emoción o “gusto” interior que surge en el sujeto y que muestra agrado o desagrado ante las acciones). Este sentimiento moral se funda en dos principios:
- La utilidad: nos permite conocer la expectativa del placer que una acción puede hacernos conseguir. La calificación moral de las acciones humanas se basa en criterios pragmáticos.
- La simpatía: es la inclinación que todos los hombres poseen a participar de los sentimientos y de las inclinaciones de los otros seres humanos y que nos lleva a obrar moralmente. De esta forma, se garantiza que el sentimiento moral no sea individual y que la moral no sea meramente convencional sino que se funde en un sentimiento moral característico de la propia humanidad y sea, por tanto, universal.
SOCIEDAD:
La sociedad nace porque es útil a los seres humanos. Al vivir juntos aumentan la fuerza, la habilidad y la seguridad. El núcleo inicial de la sociedad es la familia. Desde niño, el ser humano descubre las ventajas de vivir en sociedad, pues en ella unos seres humanos ayudan y protegen a otros. La utilidad es el móvil que hace surgir la sociedad.
Hume no tiene muy clara la idea de un primitivo estado de naturaleza en el que los seres humanos vivirán solitarios, ya enfrentados y en guerra continua como pretendía Hobbes y Rousseau. Más que la reflexión teórica es la necesidad que los seres humanos sienten lo que les lleva a vivir juntos. Tampoco cree en un contrato social ya que estos (como las promesas) no tienen ningún poder vinculante fuera de la sociedad y valen de poco antes de que la sociedad exista.
La justicia natural no es suficiente para mantener el orden y reprimir los enfrentamientos y crímenes, por ello, aparecen los gobiernos que tienen como objetivo principal mantener la justicia y elaborar y llevan a práctica diversos proyectos necesarios para el bienestar de las sociedades. La razón por la que se obedecen las leyes no es otra que el interés y la utilidad. La sociedad proporciona una seguridad y protección de la que no se goza siendo completamente independiente.