Hume: Fundamentos del Empirismo y la Ciencia de la Naturaleza Humana

La Ciencia de la Naturaleza Humana según Hume

Hume inicia su reflexión reconociendo el descrédito del que es objeto la filosofía en su época. El problema radica en que esta situación afecta al resto de las ciencias, ya que el saber es uno y la filosofía viene a ser las raíces del árbol del saber[1].

Su solución es fundar una ciencia alternativa a la filosofía: una ciencia de la naturaleza humana. El argumento que esgrime en su Tratado sobre la naturaleza humana es el siguiente: todas las ciencias se relacionan con la naturaleza humana, pues todas ellas se desarrollan a partir de las capacidades y facultades del hombre. Por tanto, solo un conocimiento de la naturaleza del hombre puede ser el fundamento seguro de todas las ciencias. La filosofía debe convertirse en esta ciencia.

El Método de la Ciencia de la Naturaleza Humana

Para que esta ciencia alcance conocimientos seguros sobre el hombre, debe basarse en el método experimental. Se trata de aplicar al hombre el mismo método que Newton aplicó a la naturaleza. Por tanto, debemos basarnos siempre en la observación y en la experiencia.

El Objeto de Estudio

Obviamente, es el hombre, pero el hombre puede ser estudiado desde dos puntos de vista:

  • Como ser racional: en este caso, la ciencia del hombre se convierte en una investigación sobre el entendimiento. Se trataría de estudiar los fenómenos psicológicos para establecer luego las leyes.
  • Como ser de acción: en este caso, la ciencia del hombre se convierte en una investigación de las pasiones y de la moral. Se trataría de estudiar la conducta humana.

Según esta idea, Hume elabora su principal obra, El Tratado de la naturaleza humana, que está dividida en tres partes: el entendimiento humano, las pasiones y la moral.

Teoría del Conocimiento de Hume

El Problema del Conocimiento: Empirismo vs. Racionalismo

A diferencia del racionalismo, que afirmaba que la razón era la fuente del conocimiento, el empirismo tomará la experiencia como la fuente y el límite de nuestros conocimientos. Ello supondrá la crítica del innatismo, es decir, la negación de que existan «ideas» o contenidos mentales que no procedan de la experiencia. Cuando nacemos, la mente es una «tabula rasa» en la que no hay nada impreso. Todos sus contenidos dependen, pues, de la experiencia. En el caso de Hume, la experiencia está constituida por un conjunto de impresiones, cuya causa desconocemos y, estrictamente hablando, no debe identificarse con «el mundo», con «las cosas».

Al igual que el racionalismo, el empirismo tomará como punto de partida el análisis de la conciencia[2]; ante el fracaso de la filosofía antigua y de la filosofía medieval, que habían tomado como referencia el mundo y Dios, respectivamente, la filosofía moderna se caracteriza por tomar el sujeto como punto de partida de la investigación filosófica. Así, del mismo modo que Descartes, una vez descubierto el «yo pienso», pasa a analizar el contenido del pensamiento, los empiristas comenzarán sus indagaciones analizando esos mismos contenidos.

Los Elementos del Conocimiento: Impresiones e Ideas

Hume aborda el estudio de la mente humana en la primera parte de su Tratado. Denomina a todos los contenidos de la mente en general PERCEPCIONES. Por tanto, las percepciones son los elementos del conocimiento, es decir, el material a partir del cual fabricamos cualquier conocimiento.

Tipos de Percepciones

Existen dos clases de percepciones: impresiones e ideas.

  • Impresiones: son los datos de la experiencia presente o actual. Por tanto, impresiones son tanto lo que llamamos sensaciones, pasiones y emociones en el momento mismo de ver, oír, desear, sentir, etc.
  • Ideas: Son la copia debilitada de las impresiones cuando pensamos. La diferencia entre impresiones e ideas es tan solo de intensidad: las impresiones son “más vivas y fuertes” que las ideas. Es la diferencia que hay entre la percepción de mi habitación cuando la estoy mirando y cuando estoy pensando en ella.

Relación entre Impresiones e Ideas

Esta es una de las tesis principales de Hume: la relación que existe entre una impresión y una idea es la misma que la del original a la copia. Es decir que “todas nuestras ideas, o percepciones más endebles, son copias de nuestras impresiones o percepciones más intensas”.

Consecuencias

Las ideas derivan de las impresiones, pero no al revés. Las impresiones son los elementos originarios del conocimiento. Es decir, EL ORIGEN DE TODO CONOCIMIENTO ESTÁ EN LA EXPERIENCIA[1]. De esta relación entre las impresiones y las ideas extraerá Hume el CRITERIO DE VERDAD del conocimiento: una proposición será verdadera si las ideas que contiene se corresponden con alguna impresión; y falsa si no hay tal correspondencia[2].

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