Hume y Kant: Impresiones, Causalidad y la Ciencia del Conocimiento

Impresiones e Ideas en Hume

La naturaleza humana es el centro capital de las ciencias, por ello Hume busca desarrollar una ciencia de la naturaleza humana fundamentada en la experiencia y la observación. Esta ciencia investigaría los procesos psicológicos del ser humano. De hecho, intentó extender el método de la ciencia de Newton al suyo. Al igual que Locke, Hume sitúa el origen del conocimiento en la experiencia, pero por otro lado llama percepción a todo dato que se presente en la mente.

Existen 2 tipos de percepciones:

  • Impresiones: Son datos inmediatos e irreductibles de la experiencia. Pueden ser las sensaciones, las pasiones o las emociones.
  • Ideas: Son copias o imágenes atenuadas de las impresiones. Pueden ser los pensamientos, los recuerdos o las imaginaciones.

La diferencia entre impresiones e ideas radicaría en la fuerza, la intensidad y la vivacidad al presentarse ante nuestra conciencia. Ejemplo: No es lo mismo estar escuchando un concierto (impresiones), que recordarlo (ideas).

Tanto las impresiones como las ideas pueden ser:

  • Simples: No admiten distinción ni separación.
  • Compuestas: Admiten distinción de partes. No confundir con la distinción de Locke de ideas simples y complejas.

Hume entiende que el origen del conocimiento se encuentra en las impresiones simples. Así como estas son el origen de las ideas simples, también son el origen de las ideas complejas (las asociaciones de ideas simples de las que hablaba Locke). Igualmente, son también el origen de las ideas secundarias (razonamientos sobre ideas primarias). Sabiendo este principio de Hume y que el significado de un término es la idea que expresa, obtenemos el criterio empirista de significación: todo término al que no pueda asignarse una o varias impresiones carece de significado, si bien toda palabra que posea significado debe estar asociada a una idea.

Hume entiende que existen 2 formas de reproducir las impresiones por parte de nuestra mente:

  • Recurriendo a la memoria: Reaparecen con un grado de viveza intermedio entre el de una impresión y el de una idea.
  • Recurriendo a la imaginación: Reaparecen como meras ideas, como débiles copias o imágenes de las impresiones.

Mientras la memoria conserva tanto las ideas simples como su orden o posición, la imaginación puede combinar ideas simples arbitrariamente y descomponer ideas complejas en otras simples. Debido a un impulso innato que nos mueve a combinar determinados tipos de ideas, la imaginación opera según unos principios generales de asociación:

  1. Semejanza
  2. Contigüidad en el tiempo o en el espacio
  3. Causa y efecto

Cuando hablamos de ellas, no nos referimos a los objetos mismos sino a las operaciones psicológicas de los sujetos. No podemos decir de las cosas que nos rodean nada más que la información que nos proporcionan las impresiones, y la mente tiene este modo de operar con las ideas.

Crítica de Hume a la Metafísica Racionalista

Hume se opone a la filosofía tradicional (racionalistas, Descartes, Spinoza), utilizando el siguiente análisis:

Análisis de la idea de causalidad

La metafísica racionalista entiende que existe una conexión necesaria y real entre hechos. Atendiendo a esta conexión parece que podemos formular enunciados sobre sucesos pasados, presentes o futuros. Sin embargo, Hume critica a este pensamiento aludiendo a 3 circunstancias:

  1. La contigüidad entre tiempo y lugar
  2. La prioridad en el tiempo
  3. La conjunción constante entre causa y efecto

Deducimos la existencia de los efectos a partir de la existencia de las causas. No obstante, no tenemos ninguna “impresión sensible” por la que podamos demostrar la idea de causalidad. Aunque carezcamos de conocimiento sobre dicha idea, Hume encuentra la justificación de su uso en la creencia. Apoyados en la imaginación y en la memoria, comprobamos una y otra vez que los hechos se dan en un cierto orden y regularidad. Así creamos una especie de impresión interior que nos hace creer que todo está causalmente determinado (por ejemplo, acostumbrados a ver cómo los platos se rompen al caer al suelo acabamos creyendo que la causa de su rotura es su impacto contra el suelo). De esta forma, aunque no tengamos prueba de ello, creemos que los hechos seguirán sucediendo así en el futuro gracias a la noción de causalidad, que no tiene más apoyo que una costumbre establecida por un mecanismo psicológico. La causalidad funciona más como la ley de nuestro modo de pensar las cosas que como una ley universal.

Análisis de la idea de sustancia

La metafísica racionalista entiende la sustancia como un “substrato” (un soporte de cualidades) que existe por sí mismo y subsiste a sus posibles cambios (por ejemplo, una persona a lo largo de su vida sigue siendo ella misma, aunque esté sujeta a cambios). Tanto Dios como el yo y el mundo entran en la categoría de sustancia. Los empiristas desconfían de esta idea, pues no podemos acceder a ella a partir de la experiencia. De hecho, no existe ninguna impresión que nos la confirme. Desde esta perspectiva, la sustancia es un producto de la imaginación creado para explicar la permanencia de las cosas. No sería más que una colección de cualidades que la imaginación une y la memoria recuerda. En definitiva, no hay ninguna idea legítima de sustancia.

Análisis de la idea de Dios

La metafísica racionalista fundamenta la existencia de Dios en la idea de causalidad, entendiendo Dios como la causa del mundo y de todas nuestras impresiones. Este argumento no se corresponde con como funciona realmente nuestro conocimiento (a partir de impresiones), por lo que no tenemos ninguna evidencia empírica de Dios. Hume, como miembro de la Ilustración, sostiene que el poder sacerdotal promueve el terror y la ignorancia mediante los cuales la religión hace presas a las mentes. Constituyen, de hecho, el mayor obstáculo para el progreso y el bienestar social. Igualmente, pone de manifiesto la falta de fundamento racional con respecto a los milagros y a las profecías tomados como soporte de la revelación.

Análisis de la idea de mundo

La metafísica racionalista entiende el mundo como el conjunto de objetos físicos externos, responsables de nuestras impresiones. Para Hume no es posible confirmar la existencia de tales objetos independientemente de nuestra mente. Estos se presentan en nuestra mente (a modo de percepciones) con tanta constancia y regularidad que acabamos creyendo que existen, aunque no los percibamos (por ejemplo, si metemos a un gato en una caja, nosotros seguiremos creyendo que está ahí aunque no le veamos, cosa que empíricamente no podemos demostrar). De este asunto se ocupa la imaginación. Hume señala que lo que llamamos experiencia no se refiere sólo a lo que captamos por los sentidos sino también por lo producido por la imaginación.

Análisis de la idea del yo

La metafísica racionalista defiende que el yo (alma) es una entidad permanente. Se trata de una sustancia distinta de nuestras ideas e impresiones. Para Hume, el yo individual es un conjunto de estados psíquicos que fluyen rápidamente. Ante la pregunta de si el alma es inmortal, Hume responderá que al afirmar o al negar su inmortalidad estaríamos haciendo un juicio cuyo objeto (el alma) no existe.

Justificación del método científico según Hume

Inspirándose en Leibniz, Hume hace una distinción entre los contenidos de nuestro conocimiento:

  • Enunciados que expresan relaciones entre ideas al margen de la experiencia. Pertenecen a las llamadas ciencias formales. Ejemplo: 45 – 4 = 41
  • Enunciados que hacen mención a cuestiones de hecho a partir de la experiencia. Pertenecen a las llamadas ciencias experimentales. Ejemplo: La Tierra no es plana.

El conocimiento que corresponde a las ciencias formales es el matemático, ya que en él se ejercita un razonamiento demostrativo que no necesita de la experiencia.

La veracidad de una proposición matemática no depende de cuestiones de hecho, ya que es independiente del modo en que llegamos a conocer los significados de los símbolos (5 + 4 = 9 será siempre así al margen de toda experiencia). Al tratarse de proposiciones formales y no de hipótesis empíricas, su veracidad no depende de su aplicación (por muy susceptibles que sean las matemáticas de ser aplicadas). Para convertir en falsa una proposición aritmética o algebraica tendríamos que cambiar los significados de los símbolos, no existe otra manera. Un enunciado que expresa una relación de ideas no puede ser negado sin caer en contradicción (no se puede negar que 5 + 4 = 9 sin caer en contradicción).

Mientras los enunciados de las ciencias formales están vacíos de contenido factual (empírico), con las cuestiones de hecho, propias de las ciencias experimentales, ocurre lo contrario. A diferencia de los primeros, aquellos que enuncian cuestiones de hecho jamás implican contradicción y pueden ser concebidos por la mente muy fácilmente se ajuste o no a la realidad (nadie puede decir que 2 + 1 = 5 sin contradecirse, pero todos podemos concebir que la Tierra es plana sin contradecirnos tan pronto como concebimos que es esférica). Decir que el Sol no saldrá mañana no implica ninguna contradicción lógica. Lo que Hume defiende aquí es que no podemos tener la misma seguridad de que el Sol saldrá mañana que la que tenemos de la veracidad de una proposición matemática. Puede ser muy probable que el Sol salga mañana, pero no cierto si entendemos por proposición cierta aquella cuya opuesta es contradictoria e imposible.

Para rechazar el ideal deductivo de los racionalistas, Hume pone de manifiesto como la demostración (formal, matemática) no tiene cabida en el campo de los hechos, donde sólo tiene validez otro tipo de razonamiento con reglas propias: la inducción a partir de la experiencia. En el ámbito de las ciencias físico-naturales (experimentales), toda ley científica que pretenda describir la regularidad y la necesidad de diferentes sucesos se fundamenta en el principio de causalidad. Si en matemáticas tenemos la demostración, en las ciencias empíricas hacemos uso de las relaciones causa-efecto. Todo razonamiento en cuestiones de hecho incluye una inferencia causal, que Hume entiende como un mecanismo psicológico o como un principio de nuestro modo de pensar las cosas basado en el hábito y la costumbre. Es por esto por lo que la uniformidad de la naturaleza no es demostrable racionalmente, lo que conduce a Hume a establecer creencia como medio científico. Aunque las leyes científicas tengan un valor de probabilidad y no sean necesarias, sí son suficientes para que podamos comprender la realidad. Para Hume, la creencia, basada en la experiencia y en la imaginación, es suficiente para justificar la validez de la ciencia experimental.

La Estética Trascendental de Kant

Se estudian las condiciones sensibles del conocimiento. Esta organización objetiva es posible porque nuestra sensibilidad cuenta con dos formas *a priori*, modos de percibir independientemente de la experiencia como son el espacio y el tiempo. No son propiedades de las cosas o de las afecciones que las cosas producen en nosotros, sino que son algo que pertenece a nuestra facultad de sentir. Debido a que nuestra facultad está configurada *a priori* de una manera determinada, somos nosotros los que estructuramos espacial y temporalmente las sensaciones que nos llegan de las cosas.

  • El espacio: es una forma de nuestra sensibilidad externa que nos autoriza a percibir especialmente.
  • El tiempo: es una forma de nuestra sensibilidad Interna que nos permite disponer en sucesión temporal todas las afecciones sensibles y representaciones de nuestros estados internos. Condiciones *a priori* de nuestra facultad sensible que hacen posible la representación de cosas exteriores, algo que aporta nuestra propia facultad cognoscitiva.

Si en la sensibilidad se da tanto una materia, los datos sensibles, como una forma o intuición pura (*a priori*) representada por el espacio y tiempo.

La ordenación de las sensaciones en el espacio-tiempo: Fenómeno> se desarrollará más en la analítica, como es la oposición formulada por el hentismo entre fenómeno y número (o cosa en si)

Kant no pretende convertir el fenómeno en «mera la apariencia», afirma que es lo que ocurre cuando consideramos el espacio y tiempo propiedades de cosas en sí y no como formas *a priori* de la sensibilidad, ya entonces se toma el objeto por una cosa en sí y no por un objeto construido y organizado por nosotros. Si queremos formular juicios objetivamente válidos acerca de la naturaleza, solo podremos referirnos a fenómenos, a objetos dados en el espacio y tiempo. Es el carácter fenoménico del objeto lo que nos permite enunciar Verdades acerca del mundo.

La geometría y la aritmética se ocupan del espacio y del tiempo. La primera atiende a conceptos y propiedades espaciales como las líneas. La segunda se centra en el estudio del número y de las series numéricas. Es decir el tiempo, sería el fundamento último de la aritmética. Dentro de las matemáticas se justifica la formulación de juicios sintéticos *a priori*, en tanto que el espacio y el tiempo son intuiciones *a priori* de la sensibilidad.

Si el espacio y el tiempo son condiciones previas de toda experiencia particular, entonces los enunciados matemáticos son Independientes de todo contexto empírico.

Si todos los objetos de nuestra experiencia se dan en el espacio y tiempo, en todos los objetos de nuestra experiencia se cumplirán necesariamente las proposiciones geométricas o aritméticas, éstas últimas serán estrictamente universales y necesarias, sin excepción posible.

La Analítica Trascendental de Kant

Estudia el entendimiento como facultad del conocimiento. Facultad de pensar el objeto dado en la intuición empírica: El fenómeno>

  • El entendimiento -> Capacidad de emplear conceptos, serían las condiciones de todo pensamiento sobre lo que es intuido. A través de los sentidos recibimos múltiples impresiones y así percibimos: colores sonidos; pero el percibir no es suficiente para la compresión Intelectual sino que vemos un gato, olemos una flor…. Si por el contrario se presenta ante nosotros algo extraño que en nada se parece a cuanto hemos visto Percibiremos también impresiones sensibles, pero no sabremos contestar que es exactamente.

Según Kant, comprender un fenómeno requiere poder referirlo a un concepto. Distingue dos tipos de conceptos:

  1. Empíricos > tomados de la experiencia, resultan rasgos comunes a varios Individuos, pero no bastan para construir juicios.
  2. Puros *a priori*-> son producidos espontáneamente por el entendimiento, recibiendo la denominación de CATEGORIAS: suponen las estructuras o leyes *a priori* del pensamiento.-> gracias a ellas podemos pensar, construir nuestros juicios acerca de la fenómenos, unificando y dando sentido al caos fenoménico.

Afirma que únicamente son posibles 4 formas diferentes de juicios según la cantidad, cualidad, relación y modalidad. LA ANALÍTICA trascendental plantea problemas enormemente complejos de los cuales solo indicaremos aquí dos:

1•Aplicación a un fenómeno de una determinada categoría?¿por qué sol y calentamiento? Debe existir alguna mediación entre la categoría y la intuición. Kant lo llama esquema -> es una regla que delimita cada categoría de tal modo que lo haga aplicable a la experiencia. La imaginación está en contacto con el entendimiento y de el recibe la universalidad que tiene la categoría, y que se sigue conservando en el esquema; pero al mismo tiempo esta en contacto con la sensibilidad a través de la forma *a priori* de la sensibilidad interna. Los esquemas no son más que determinaciones según reglas».

  • Las categorías-> según lo anterior, son estructuras vacías y latentes, se actualizan cuando a un fenómeno acompaña una cierta experiencia del tiempo.
  • Si denominamos fenómeno a lo que es intuido en el espacio-tiempo, se sigue que tiene sentido hablar de lo que no es fenómeno y a lo que Kant llama la cosa en si o noúmeno.

Kant distingue dos sentidos en la noción del noúmeno:

  • Positivo: la cosa en sí significa un objeto que puede ser intuido mediante un tipo especial de intuición no sensible, Kant rechaza esta acepción del fenómeno.
  • Sentido Negativo: objeto que no puede ser percibido, y como de tal se trataría de una noción límite nuestra experience.

En definitiva, el espacio, el tiempo y las categorías son las condiciones de posibilidad de la experiencia de los fenómenos.

Kant se aleja de Hume

Para Hume, el juicio es un principio sintético, pero *a posteriori*, proviene de la experiencia, es una generalización resultante de que hemos observado repetidas veces la sucesión constante de dos fenómenos: como la experiencia no muestra conexiones necesarias, como la experiencia muestra solamente que las cosas suceden de hecho así y no que tengan que suceder necesariamente así, tal juicio no es estrictamente universal ni necesario, sino contingente.

Señala Hume->la experiencia no nos han mostrado nunca algo que comienza a existir sin causa, pero esto no implica que sea lógicamente imposible.

En contraposición, Kant entiende que Hume confunde las leyes causales particulares con el principio general de causalidad.

ley causal-> «todos los cuerpos son dilatados por el calor« Kant no tendría inconveniente en reconocer que se trata de un juicio sintético posterior. Al mantener que hay juicios sintéticos Kant sostiene que el conocimiento no puede consistir exclusivamente en la recepción de impresiones, el concepto de juicio sintético *a priori*, es la base sobre la que se produce la revolución kantiana, se puede decir que la crítica de la razón pura es de los juicios sintéticos *a priori*. (Mates y la Física).

Teoría de los juicios y fundamentación de las ciencias

Los propósitos de Kant en la crítica de la razón pura son establecer las condiciones de validez del conocimiento científico y analizar la imposibilidad de la metafísica en la medida desde la perspectiva kantiana. La problemática de la metafísica 70 entre que constituye un examen de la realidad. Esta disciplina fórmula acerca de algo más allá de la experiencia. Kant constata cómo otras disciplinas han encontrado el camino seguro así se menciona el rigor y la certeza de logros de las matemáticas y de la física, las lógicas. Consistente en primar un enfoque *a priori* en la indagación de los objetos de estudio, Kant trató de aplicar en el terreno de la teoría del conocimiento el método de las disciplinas científicas. Así pues el sujeto va a ser el centro de la explicación y justificación del conocimiento. el sujeto para Kant no se sujeto de Descartes, no está cargado con ideas innatas, necesita adquirir desde la experiencia los contenidos en su conocimiento. estas condiciones han de ser universalmente válidas y necesarias, dividiéndose en dos clases:

  1. una impresión sensible puede ser tal, requisitos o o formas *a priori* de la sensibilidad,
  2. al que podamos pensar una impresión sensible, conceptos *a priori* del entrenamiento, las categorías.

solo podemos conocer gracias a las formas *a priori* que ordenan el material caótico de las impresiones sensibles. pero Kant no se sitúa en el ámbito de vista psicológico no analiza el funcionamiento de nuestra mente al conocer. Kant se sitúa en el punto de vista trascendental: analiza el conocimiento mismo para descubrir allí las condiciones *a priori* que lo hacen posible.

  • las formas *a priori* no son formas anteriores experiencias sino formas independientes de la experiencia. Kant utiliza el adjetivo trascendental para aludir a todo aquello que se refiere a las condiciones *a priori* del conocimiento todas que yo que no depende de la experiencia concreta sino que es preciso.

filosofía trascendental-> conjunto de principios que son necesarios para justificar la experiencia toda amplitud: moral, estética.

Por todo ello, la indagación sobre la posibilidad de una metafísica científica te quiere de una cuestión previa. La teoría de los juicios. Kant sostiene que la pregunta acerca de las condiciones que posibiliten la ciencia podría concretarse en una pregunta acerca de las condiciones que hacen posibles los juicios de la ciencia. Determina juicios que están en la base de la ciencia, establece una doble clasificación atendiendo a dos criterios diferentes,

  1. según la inclusión o no del predicado en el sujeto o bien del modo cómo es posible conocer la verdad de los juicios. En función del «primer criterio».

Un juicio analítico-> cuando el predicado está comprendido implícitamente en el sujeto coma no nos dan información alguna, solo constituyen una explicación del sujeto, no añaden ningún movimiento real que no estuviese contenido ya en el sujeto.

Un juicio sintético-> Cuando el predicado no está contenido en el sujeto. Estos juicios te dan información, son extensivos, amplían nuestro conocimiento. Al depender de la experiencia carecen de toda necesidad.

Segundo criterio: al modo como es posible conocer la verdad de un juicio cualquiera se mencionan dos tipos de juicios:

  • *A priori*-> son aquellos cuya verdad puede ser conocida independientemente de la experiencia, ya que su fundamento no se hayan está punto son universales y necesarios.
  • *A posteriori*-> cuida verdad es conocida partir de la experiencia. No son universales ni necesarios.

Kant acepta la posición de Hume, según la cual la experiencia no puede darnos conexiones necesarias y tampoco los juicios de experiencia son estrictamente universales, pues admiten excepciones. el mérito de la filosofía kantiana se centra en el reconocimiento de una clase de juicios cómo son los juicios sintéticos *a priori*. es de tipo de juicios son los auténticos juicios científicos los principios fundamentales de las ciencias físicas y metafísicas son sintéticos *a priori*. en la física existen juicios de este tipo, según Kant, el principio de casualidad: todo lo que comienza a existir tiene una causa, en su opinión no se trata de un juicio analítico, sino sintético, pues el predicado no está contenido en el sujeto y a la vez es universal y necesario y por tanto *a priori*.

Intuiciones, Categorías e Ideas

La crítica de la Razón pura distingue dos fuentes de conocimiento:

  1. la sensibilidad → denominándose dicho acto intuición. Toda intuición: es una forma que permite el que se nos den los objetos y no puede existir pensamiento alguno que no tenga un referente, directo o indirecto a través de intuiciones, en la experiencia Sensible.
  2. El Entendimiento: segunda forma de conocimiento que autoriza a pensar o concebir los objetos. Kant distingue dos tipos : (Actualidad intelectual)
  1. formulación de Juicios-> posibles en urto de los conceptos *a priori*.
  2. Elaboración de razonamientos-> mediante el enlace o encadenamiento de juicios entre sí. Denominándose dicha facultad Razón

Kant destaca grandes rasgos de su obra y se puede considerar estructura en 3 grandes apartados:

  1. Estética trascendental-> se centra en el análisis de los elementos *a priori* del conocimiento sensible o del conocimiento en su aspecto sensible; juicios sintéticos *a priori* en las matemáticas.
  2. Analítica trascendental-> se estudia a través del entendimiento hacen posible los juicios sintéticos *a priori* de la física.
  3. Dialéctica trascendental-> Analiza el funcionamiento y el modo de operar de la Razón, estudia la posibilidad o imposibilidad de la metafísica.

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