La Filosofía de Kant: Un Análisis de la Razón Pura y Práctica
Introducción
El punto de partida de la filosofía de Kant fue la formulación de las llamadas tres preguntas kantianas: ¿Qué puedo conocer?, ¿Qué debo hacer? y ¿Qué puedo esperar del futuro de la humanidad? Kant intentó dar respuesta a estas preguntas a través de su análisis de la razón pura y práctica.
La Crítica de la Razón Pura
Condiciones de Validez de la Ciencia
Kant se preguntó: ¿Qué es lo que hace que un conocimiento científico sea válido? Estableció que una ciencia válida debe ser universal, necesaria y progresar. Para progresar, una ciencia debe basarse en la experiencia. Sin embargo, la universalidad es aportada por el propio sujeto del conocimiento.
Según Kant, como seres de una misma especie, tenemos formas a priori o capacidades innatas comunes que hacen que el conocimiento empírico se convierta en universal. Esta afirmación, que implica que nuestro conocimiento es una interpretación de la realidad, fue revolucionaria y se conoce como el Giro Copernicano.
Estética Trascendental
En la Crítica de la Razón Pura (CRP), Kant estudia el proceso de conocimiento y busca demostrar que las matemáticas, la física y la metafísica son ciencias válidas. En la estética trascendental, Kant analiza la sensibilidad, la capacidad de percibir. Demuestra que el espacio y el tiempo son formas a priori de la sensibilidad, a las que llamó intuiciones. Argumenta que todos podemos representarnos una noción espacial vacía de contenido y que al representarnos cosas mentalmente, lo hacemos en un espacio y tiempo.
Kant concluye que el espacio y el tiempo son las intuiciones de la sensibilidad, lo primero que aplicamos a las impresiones de la experiencia para formar percepciones o fenómenos, que son lo que podemos conocer. Esto justifica los juicios sintéticos a priori en matemáticas, validando esta ciencia.
Lógica Trascendental
En la lógica trascendental, Kant estudia el entendimiento (analítica trascendental) y la razón (dialéctica trascendental). En la analítica trascendental, demuestra que existen formas a priori en el entendimiento, que son los nexos con los que relacionamos las percepciones, llamadas categorías.
Para estudiar las categorías, Kant clasificó los juicios según cuatro criterios: cualidad, cantidad, relación y modo. Observó doce tipos de juicios y, por lo tanto, doce categorías. Las de cualidad y cantidad las llamó estáticas y a las de relación y modo, dinámicas. Kant concluye que el hombre tiene derecho a usar las categorías, aunque esto implique una tergiversación de la realidad, ya que es la única manera de relacionarnos con ella.
En la conclusión de la analítica, Kant afirma que las categorías estáticas forman juicios sintéticos a priori en matemáticas y las dinámicas en física, validando la física como ciencia.
Dialéctica Trascendental
En la dialéctica trascendental, Kant estudia la razón, que tiene dos usos: el uso lógico y el uso puro. El uso puro consiste en los razonamientos que intentan ir más allá de lo que las formas a priori pueden abarcar, buscando conocer el noúmeno o la cosa en sí. Kant considera este uso inválido, argumentando que el hombre no puede conocer el noúmeno.
Kant llega a esta conclusión tras estudiar los razonamientos sobre el alma, el mundo y Dios. Los razonamientos sobre el alma son categóricos, los del mundo son hipotéticos y en la cosmología racional, Kant aplica el método de reducción al absurdo a cada uno, concluyendo que ninguna demostración es posible, llamándolos antinomias de la razón pura. En la teología racional, analiza las demostraciones de la existencia de Dios, concluyendo que la metafísica no es una ciencia válida y que debemos ser escépticos respecto a este conocimiento.
La Razón Práctica y la Ética
Insatisfecho con la conclusión de la razón pura, Kant recurre a la razón práctica, la ética, para intentar alcanzar la metafísica y saber que el noúmeno existe. Para Kant, la ética debe ser universal, no perseguir un fin último individual, tener como objetivo el bien común y basarse en la razón, no en sentimientos o experiencias personales.
En la razón práctica, Kant encuentra una forma a priori que le da a la ética su carácter universal: el imperativo categórico. Este imperativo, innato en todos los hombres, indica nuestro deber y responde a la pregunta: ¿Qué debo hacer? Se fundamenta en que el hombre es un fin en sí mismo, nunca un medio. Para saber si una acción es buena, debemos convertirla en una máxima universal: si beneficia a la humanidad, es buena.
Cuando la voluntad sigue al imperativo categórico, es autónoma y cumple el deber por el deber. Esta libertad es, paradójicamente, una no libertad: la voluntad es libre cuando hace lo que debe. Kant resuelve las contradicciones de la razón pura, afirmando la existencia del noúmeno y la posibilidad de la libertad humana. Las almas existen y son inmortales, y un día todas serán libres al mismo tiempo, alcanzando la perfección (Dios).
Conclusión: Idealismo Trascendental
Kant alcanza la cosa en sí, el noúmeno, a través de la razón práctica. Formula los tres postulados de la razón práctica: la libertad como obediencia al deber, la inmortalidad del alma y la existencia de Dios. Sus planteamientos sobre la razón práctica son idealistas, por lo que su filosofía se considera un idealismo trascendental.