Idealismo Trascendental Kantiano
Kant es el fundador del idealismo trascendental o crítico. Este establece que no se puede conocer la realidad exterior al pensamiento, pero esto no significa que los objetos del pensamiento sean ideas puras causadas por el propio sujeto. Kant establece una distinción crucial entre el númeno y el fenómeno.
Númeno y Fenómeno
El núcleo de la filosofía kantiana reside en la diferencia entre númeno y fenómeno. El fenómeno es la realidad tal y como se nos aparece, mientras que el númeno es la realidad tal y como es en sí misma, lo que Kant llama la cosa en sí. Para Kant, el númeno es incognoscible y solo podemos conocer la realidad en cuanto fenómeno.
Kant argumenta que, si bien no podemos conocer la realidad en sí misma, esto no implica que los objetos del conocimiento sean meras ideas. Solo conocemos fenómenos, objetos que no son independientes del proceso de conocimiento. La realidad conocida, es decir, el mundo como fenómeno, es una construcción elaborada por el sujeto, que organiza los datos de la experiencia según esquemas a priori.
Para Kant, no existe un orden preestablecido en la naturaleza, sino que somos nosotros quienes introducimos orden en ella a través de la razón. El espacio y el tiempo no son propiedades de la realidad en sí misma, sino formas a priori de la sensibilidad del sujeto. A nivel del entendimiento, encontramos esquemas llamados categorías que proceden de la razón. Las categorías son formas del entendimiento que, junto con las formas de la sensibilidad, hacen posible que exista un mundo y que haya experiencia.
Pensar y organizar nos permite pensar varias cosas como pertenecientes a un mismo sujeto. La realidad, en cuanto la conocemos, no es más que una construcción de nuestra mente. El ser no es independiente del conocer. Son esos esquemas a priori los que hacen posible la experiencia. Gracias a la idea de sustancia, por ejemplo, pensamos la idea de identidad. La categoría de causalidad nos permite establecer relaciones de causa y efecto. El sujeto organiza activamente la experiencia, y la legalidad de la experiencia procede de la razón.
Críticas al Realismo
Kant, a través de su idealismo trascendental, formula críticas al realismo:
Errores Preceptivos
El realismo, según Kant, comete errores preceptivos al asumir que la percepción nos ofrece una imagen fiel de la realidad. Nuestro sistema perceptivo es selectivo y adaptativo. Percibimos lo que necesitamos percibir; nuestro sistema perceptivo responde a nuestras necesidades de un modo especializado. Nuestra percepción es interpretación. Si percibimos solo lo que es necesario percibir, ¿no será nuestra percepción una imagen distorsionada de la realidad?
Problemas de la Correspondencia
Surge la pregunta de si las leyes que rigen nuestra inteligencia coinciden con las leyes de la realidad. Por ejemplo, el principio de no contradicción, fundamental para el pensamiento, no podemos saber con certeza si se aplica a la realidad en sí misma. Lo mismo ocurre con las relaciones de semejanza y diferencia, las relaciones causales y la sucesión y simultaneidad. No sabemos si estas leyes pertenecen a la realidad o son solo formas de nuestro entendimiento.
Problema de las Diversas Concepciones del Mundo
Si la intelección de lo real fuese exacta, no habría disparidad y diversidad de concepciones del mundo entre personas, culturas y sociedades. No tendríamos problemas a la hora de comprender la realidad si realmente reflejáramos las cosas tal y como son. El hecho de que existan diversas concepciones del mundo sugiere que podemos estar engañándonos con nuestra interpretación de la realidad.
Problemas del Relativismo
Kant también analiza los problemas del relativismo:
Relativismo Epistemológico
El relativismo epistemológico afirma que no hay normas ni valores universales o eternos; toda verdad es relativa a un marco de referencia: un tiempo, un lugar, una sociedad, una cultura. El conocimiento es relativo porque diferentes culturas, sociedades o épocas aceptan diferentes conjuntos de principios, criterios o patrones de evaluación. No hay una manera neutral de elegir entre esos conjuntos, criterios o principios; cualquier afirmación o justificación es relativa a los estándares usados para evaluarla, y los estándares alternativos no son neutralmente evaluados.
Apunte Histórico del Relativismo
El relativismo surge con los sofistas, siendo Protágoras el más importante. Él afirmaba que «el hombre es la medida de todas las cosas». Platón, en uno de sus diálogos, atribuye a Protágoras la doctrina: «tal y como yo percibo las cosas, son». Platón criticará esta postura, argumentando que el conocimiento no puede reducirse a la mera sensación.
El relativismo implica que existen distintas perspectivas que son inconmensurables entre sí. Cada perspectiva es un mundo distinto. Solo existen perspectivas sobre las cosas, cada perspectiva es relativa, y esas perspectivas son entre sí distintas. No solo a un individuo no se le aparecen las cosas como a otro, sino que todo es relativo a un individuo, a una cultura, a una época histórica e incluso a las circunstancias. El relativismo enfatiza las diferencias y niega la posibilidad de un conocimiento universal y objetivo.
En resumen, el relativismo sostiene que todo es relativo a una estructura conceptual y que no hay una forma neutral de elegir entre esas alternativas. El estatus de una afirmación es relativo a los criterios o estándares usados para evaluarla, y esos estándares no pueden ser evaluados neutralmente en un metalenguaje.