Ideas, Creencias y Generaciones: Perspectivas de Ortega

Ideas y Creencias

Una de las formas del pensamiento, nacida de la necesidad humana, son las ideas. Estas constituyen las coordenadas con las que el hombre se orienta en el mundo y busca solucionar sus necesidades. Ortega distingue dos tipos de pensamientos: «ideas propiamente dichas» y «creencias».

Ideas

Son los pensamientos que construimos conscientemente. Las ideas se discuten porque no nos sentimos totalmente inmersos en ellas.

Creencias

Son pensamientos recibidos, arraigados en nuestra cultura, que guían nuestra vida. Son ideas tan asumidas que no sentimos la necesidad de defenderlas. Mientras vivimos en y de las creencias, no las cuestionamos. Al sentirlas, las convertimos en ideas, que necesitamos discutir y defender. Así, las creencias pueden transformarse en ideas y viceversa:

  • Cuando nos distanciamos críticamente de las creencias para pensarlas, dejan de ser creencias y se convierten en ideas.
  • Ciertas ideas pueden ser asumidas hasta tal punto que se convierten en creencias.

Las Generaciones

Ortega propone el concepto de generación como eje interpretativo de la historia. Una generación dura unos 15 años, aunque lo que la define es una forma de vida compartida por individuos de edad similar. Una generación se define por su respuesta a los problemas de la realidad. En cada momento histórico coexisten varias generaciones:

  1. Generación emergente.
  2. Generación en su plenitud.
  3. Generación que desaparece.

Esto lleva a distinguir entre:

  • Contemporáneos: los que viven en el mismo tiempo.
  • Coetáneos: los que tienen la misma edad.

La historia avanza gracias a la coexistencia de generaciones contemporáneas compuestas por individuos coetáneos. Cada generación tiene dos dimensiones:

  • La recepción de lo vivido por sus antepasados.
  • El fluir de su propia espontaneidad.

Cuando estas dimensiones no coinciden, surgen generaciones polémicas y la innovación. Cada generación tiene su misión, dividida entre:

  • Una minoría selecta (élite): hombres creadores de un proyecto de vida, cuya misión es dirigir a las masas.
  • Una masa: cuya misión es obedecer las directivas de las élites.

De la Razón Vital a la Razón Histórica

La teoría de las generaciones de Ortega implica que no hay un punto de vista absoluto sobre la realidad, sino perspectivas complementarias de cada generación. La realidad se ofrece en perspectivas individuales. El ser humano es una perspectiva que aparece como condición epistemológica para captar la realidad. Este perspectivismo permite a Ortega superar el escepticismo relativista y el racionalismo absolutista.

El escepticismo relativista considera la mutabilidad de lo real como prueba de que la verdad es inalcanzable. El racionalismo busca alcanzar la verdad más allá de la mutabilidad, postulando una única perspectiva. Ortega busca mantener la riqueza de lo real sin renunciar a la actividad teórica. La solución es el perspectivismo y la complementariedad de las perspectivas: cada una contiene una parte de la verdad.

La perspectiva no es un punto de vista abstracto, sino una unidad dramática de yo y mundo: «yo soy yo y mis circunstancias». La circunstancia y la perspectiva se articulan permitiendo el acceso a la verdad, y esta articulación la proporciona la historia. El perspectivismo orteguiano conduce de una razón vital a una razón histórica, ya que la circunstancia es siempre histórica y la perspectiva es la de un yo que parte de esta circunstancia.

Influencia de Kant

Hay una clara influencia de Kant en la teoría del conocimiento de Ortega: la noción del mundo como circunstancia, como realidad para mí, se relaciona con la distinción kantiana de fenómeno/noúmeno. Lo real siempre será más que lo que sabemos de él, y solo podemos hablar de fenómenos. Ortega, al relacionar lo real con el yo a través de los conceptos de perspectiva y circunstancia, desarrolla una perspectiva del noúmeno kantiano.

Ortega busca unir el vitalismo y el racionalismo, inspirándose en Kant, quien sintetizó el racionalismo y el empirismo. Comparar no significa igualar, sino explicar similitudes y diferencias.

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