Contextualización de Kant
Biografía y Obras
Este fragmento pertenece a la Crítica de la Razón Pura de Kant (KRV), obra de su conocido periodo crítico, de la cual se hicieron dos ediciones: en 1781 y 1787. En dicha obra, Kant establece los límites del conocimiento, respondiendo a la pregunta: ¿Qué puedo conocer? Junto con esta, se plantea otras dos que resumen el núcleo del pensamiento kantiano: ¿Qué debo hacer? (respondida en su Crítica de la Razón Práctica) y ¿Qué puedo esperar? (La Religión dentro de los Límites de la Mera Razón). A estas añade una última cuestión como resumen: ¿Qué es el hombre?, ya que el sujeto de todas las cuestiones anteriores es el mismo hombre.
En su periodo precrítico (1746-1770), Kant escribe obras de carácter científico y metafísico en las que se decanta, siguiendo la estela de Leibniz y Newton, por una concepción dinámica de la realidad, como se refleja en Estimación de las Fuerzas Vivas e Historia General de la Naturaleza y Teoría del Cielo. En su periodo crítico (1770-1790), destacamos: Dissertatio, la ya mencionada KRV, La Crítica de la Razón Práctica y La Crítica del Juicio. Por último, en su periodo postcrítico (1790-1804), encontramos obras como: La Paz Perpetua, El Conflicto de las Facultades y Metafísica de las Costumbres.
Para una mejor comprensión del texto, es necesario conocer ciertos datos autobiográficos. Kant nació en 1724 en Königsberg, Prusia, en una familia humilde. Su madre le infundió los valores del pietismo y predicó una moral rigorista. Schultz fue la figura más importante del pietismo en esa época. El severo ambiente familiar y el profundo sentido del deber inculcado en su educación dejaron en Kant huellas decisivas en su ética. También influyó Martin Knutzen, un wolffiano conocedor de la física newtoniana, quien fundamentó filosóficamente el conocimiento científico expresado en la ciencia de Newton. En este ambiente imperaba la filosofía racionalista de Wolff.
Kant se educó en los principios del racionalismo de Wolff, pero, tiempo después, leyó Investigación sobre el Entendimiento Humano de David Hume, lo que le llevó a revisar críticamente estos principios. Kant afirmó que las tesis empiristas de Hume le hicieron despertar de su «adormecimiento dogmático» (el racionalismo). Nació así la filosofía propiamente kantiana, que representa un enfoque totalmente nuevo (y, en buena parte, todavía actual) del conocimiento como fruto de la razón humana y de la experiencia.
Kant y la Ilustración
Kant es el máximo representante de la filosofía crítica. Esta actitud crítica y la confianza en la razón permiten incluir a Kant en el movimiento ilustrado, el llamado Siglo de las Luces. La pregunta ¿Qué es la Ilustración? es contestada por Kant en un artículo del mismo título que data de 1784, donde afirma que la Ilustración es la salida del hombre de su culpable minoría de edad. ¡Sapere Aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! Atrévete a pensar. Kant lo dice claramente: se trata de someter todo al tribunal de la razón, como él mismo expresa en la Crítica de la Razón Pura.
La palabra mágica de todo ilustrado es educación. Educar al pueblo para, según los ideales cosmopolitas, alcanzar la libertad y formar conciencias críticas. A ello contribuyó la Enciclopedia de D’Alembert y Diderot, también denominada Diccionario de las Ciencias, Artes y Oficios, que pretendía recoger el saber de su tiempo, difundir la cultura y proporcionar instrucción e información. Kant también quiso contribuir a este objetivo, proponiéndose someter a consideración crítica el alcance y el valor de la racionalidad humana.
Para ello, dejó a un lado el dogmatismo racionalista, el escepticismo de los empiristas y el irracionalismo, por su sobrevaloración del sentimiento. Frente a ellos, planteó su filosofía crítica para mostrar los límites de la razón, tanto a la hora de conocer como de ordenar nuestra conducta. No se trata de objetivos meramente intelectuales. La concepción kantiana e ilustrada de la razón surgió favorecida por la imagen heroica de un Copérnico o un Galileo oponiéndose al prejuicio y la superstición, conectada al ideal moderno de la autonomía. La filosofía extrajo parte de su fuerza de esa conexión, ya que la filosofía crítica es la filosofía de la libertad.
Influencias y Legado
Fue notable en Kant la influencia de Hume, quien lo despertó de su «sueño dogmático». Rousseau fue un autor muy valorado por Kant, quien admiraba los conceptos de «buena voluntad» y de «conciencia». Kant asume los retos de la Revolución Científica, en especial la síntesis de Newton. Su crítica mantiene paralelismos con otros grandes proyectos filosóficos que pretenden sentar las bases de un nuevo concepto de razón, como Platón, Aristóteles, Descartes, Locke, Hume, y en la época contemporánea, Nietzsche, Wittgenstein, Husserl y Heidegger.
Su reflexión ética le lleva a una ética autónoma y formal. Kant mantiene un modelo de sociedad cercano a un liberalismo conservador, y su filosofía es una referencia fundamental en los siglos XIX y XX.