Immanuel Kant: Contexto Histórico y Sistema Filosófico

Contexto Histórico, Sociocultural y Filosófico de Kant

Kant vivió en el siglo XVIII, una época marcada por eventos como la Revolución Gloriosa de 1688, la Revolución Francesa en 1789 y la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. En el ámbito político, el despotismo ilustrado y los ideales de igualdad y libertad crearon un ambiente prerrevolucionario. En el ámbito económico, la Revolución Industrial y el surgimiento del capitalismo transformaron la sociedad, con la burguesía como protagonista del cambio. Se formularon los derechos del hombre en la primera corte de los DDHH. En el arte y la política, se enfrentaron el Rococó y el Neoclasicismo.

El siglo XVIII fue el siglo del Racionalismo, que confiaba plenamente en la razón, despreciaba los sentidos, defendía las ideas innatas y se apoyaba en las matemáticas, considerando a Dios como garantía de la razón. Sus principales ideólogos fueron Descartes, Leibniz y Wolff. Frente al Racionalismo, surgió el Empirismo en las Islas Británicas, que veía la experiencia como la única fuente de conocimiento seguro, adoptaba una postura antimetafísica y defendía el emotivismo moral, considerando la ciencia como un conjunto de leyes probables. Sus principales representantes fueron Bacon, Hume, Locke y Berkeley. Kant realizó una síntesis entre estas dos corrientes, dando lugar al Criticismo, que busca establecer los límites del conocimiento cierto a través de una investigación sistemática de las condiciones de posibilidad del pensamiento.

Es el siglo en que los filósofos pretenden orientar a los hombres hacia las luces de la razón. La máxima expresión de este fenómeno fue la Enciclopedia, que buscaba difundir la cultura, crear una opinión crítica y antidogmática, y recoger todo el saber de la época. En ella participaron Voltaire, Diderot, D’Alembert y Rousseau, entre otros. La Ilustración fue un amplio movimiento de ideas de carácter natural, no solo filosófico, que se desarrolló principalmente en tres ámbitos: inglés (Hume), francés (Rousseau) y alemán (Kant).

El Sistema Filosófico de Kant: El Idealismo Trascendental

Con su obra, Kant pretende solucionar los problemas que plantea la filosofía de su tiempo: ¿Qué puedo conocer?, ¿Qué debo hacer? y ¿Qué me cabe esperar?

Teoría del Conocimiento

Para responder a la primera pregunta, Kant expone su teoría del conocimiento, influenciada por la ciencia físico-matemática de Newton. Para conocer científicamente, es necesario establecer los principios que hacen posible el conocimiento científico, las llamadas condiciones a priori o trascendentales, que son puestas por el sujeto. Estas condiciones se dividen en las que pone la sensibilidad y las que pone el entendimiento. Dentro de las primeras, encontramos el espacio (forma a priori externa) y el tiempo (forma a priori interna), que dan lugar a los fenómenos. El entendimiento, para conocerlos, necesita categorías, condiciones trascendentales necesarias sin las cuales no puede pensar los fenómenos. Estas categorías son vacías y deben llenarse con los datos del conocimiento sensible.

Existen 12 tipos de categorías, siendo las más importantes la causalidad y la sustancia. Para Kant, la causalidad no procede de la experiencia, sino que es una estructura que el entendimiento pone a priori; no es sensitiva ni perceptible por los sentidos. La sustancia tampoco se puede conocer empíricamente.

Límites del Conocimiento

También es necesario conocer los límites del conocimiento científico. Kant, inicialmente racionalista, tras conocer el pensamiento de Hume, afirma que sin la experiencia no podemos conocer con seguridad. Los conceptos del entendimiento tienen aplicación exclusivamente en el ámbito de la experiencia. Ir más allá de esta nos lleva a una ilusión, a un conocimiento no científico.

Sujeto y Objeto

Los elementos del conocimiento son dos: el sujeto y el objeto. El Realismo (teoría anterior a Kant) consideraba al sujeto pasivo y receptor, y al objeto como una realidad fuera de él. Sin embargo, Kant defiende que el sujeto es activo en el proceso de conocimiento, pues pone las condiciones a priori. El Idealismo será la posición kantiana opuesta al Realismo, en la que tiene prioridad el sujeto. Esta novedosa teoría del conocimiento, en la que el sujeto es de gran importancia, será comparada por Kant con la revolución copernicana. Así como Copérnico invirtió la situación de la Tierra y el Sol, Kant invierte la importancia del sujeto y del objeto en el conocimiento.

La Metafísica como Ciencia

Al preguntarse si la metafísica es posible como ciencia, Kant concluye que no, ya que pretende conocer la realidad independientemente del sujeto y, además, sus objetos (el yo, Dios y el mundo) no son realidades sensibles. Sin embargo, la metafísica tiene un papel positivo, pues la razón tiene una tendencia inevitable por conocer lo incondicionado. Estas ideas, aunque inalcanzables, sirven como norte, meta e ideal para el avance de la ciencia.

Ética Kantiana

Al responder a la segunda pregunta (¿Qué debo hacer?), Kant realiza una crítica a las éticas materiales, que son a posteriori y ofrecen normas e imperativos materiales para conseguir un fin último (felicidad, Dios, dinero, etc.). En cambio, él propone una ética formal, sin contenido ni normas, racional y a priori. Esta ética no nos dice qué debemos hacer, sino cómo actuar, basándonos en lo que dicte la razón. Por esto mismo es autónoma: el sujeto se da a sí mismo la ley, siguiendo su propia razón. Debemos actuar únicamente por deber, por respeto a la ley, aunque hacerlo implique no ser feliz. Propone también un imperativo categórico: fórmula por la que voy a saber cómo actuar. En este punto, se recuperan las ideas de Dios, libertad e inmortalidad. Son noúmenos (cosas en sí) y no podemos tener un conocimiento científico de ellas, pero son supuestos necesarios para explicar la moralidad. Por tanto, postularemos su existencia.

Religión e Historia

En la respuesta a la última pregunta, Kant explica lo que le cabe esperar en cuanto a la religión y la marcha de la historia. En cuanto a la religión, espera que más allá de la muerte se cumpla la ley moral. En cuanto a la marcha de la historia, se muestra moderadamente optimista. El auténtico progreso del hombre es el progreso moral. El hombre progresará moralmente a base de conflictos, hasta que finalmente se consiga una paz perpetua mediante la unión entre estados.

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