Immanuel Kant: Síntesis Filosófica y Crítica de la Razón Pura

El Pensamiento de Kant: Síntesis entre Racionalismo y Empirismo

El pensamiento de Kant representa un intento de sintetizar y superar el antagonismo entre las interpretaciones de la razón propias de las dos corrientes filosóficas fundamentales de la filosofía moderna: el racionalismo y el empirismo.

  • El racionalismo: Dogmatismo racionalista de creer que la razón sola, operando a partir de ideas innatas y al margen de la experiencia, es autosuficiente para construir un discurso capaz de interpretar la estructura y totalidad de lo real.
  • El empirismo: Positivismo empirista como intento de reducir el pensamiento a lo dado en la experiencia.

La filosofía kantiana hace, además de esta síntesis, una crítica de la propia razón. El sentido kantiano de la filosofía requiere descubrir y establecer cuáles son los principios y los fines últimos que la razón impone desde sí misma. La tarea filosófica consistirá en dar respuesta a las preguntas: ¿qué puedo conocer?, ¿qué debo hacer?, y ¿qué me cabe esperar?

La Crítica de la Razón Pura

La Crítica de la Razón Pura contesta a la pregunta ¿qué puedo conocer? Se trata de establecer el fundamento de la ciencia: los principios que hacen posible el conocimiento científico de la realidad natural y los límites de dicho conocimiento.

Según Kant, para que se pueda producir conocimiento son necesarias unas condiciones a priori. Estas condiciones no son empíricas o fácticas (de hecho), no son particulares, ni modificables. Las condiciones que posibilitan el conocimiento son universales y estrictamente necesarias (no pueden no darse). Son condiciones que no provienen de la experiencia, sino que son previas a ella y la hacen posible. Por eso Kant las llama condiciones a priori del conocimiento o condiciones trascendentales, porque no se refieren a los objetos sino al modo que tenemos de conocerlos en tanto que es posible a priori. Son condiciones que el sujeto debe poner por su parte y sin las cuales no puede conocer.

Con esto, Kant está llevando a cabo lo que se llamó Giro Copernicano: del mismo modo que Copérnico consiguió explicar el sistema del mundo haciendo que, en vez de girar el sol en torno al espectador, fuese el espectador el que girase en torno al sol, Kant considera que no es el sujeto el que debe regirse por la naturaleza del objeto para poder conocerlo, sino que es el objeto el que está en función de la manera que tiene de conocerlo el sujeto.

Los empiristas consideraban que lo que conocemos es una copia de la realidad que la mente produce en nosotros gracias a las impresiones sensoriales que recibe, mientras que para Kant, el objeto conocido sufre una reelaboración notable (de lo que no somos conscientes normalmente) en el momento en que se produce la propia actividad de conocer. Según esta, lo que hay que analizar es el conocimiento mismo para descubrir en él las condiciones a priori que lo hacen posible.

Las condiciones a priori posibilitan las facultades del conocimiento: la sensibilidad, el entendimiento y la razón. A cada una de estas facultades dedica Kant una parte de su Crítica de la Razón Pura:

  • La estética trascendental: estudia las condiciones a priori que hacen posible el conocimiento sensible, así como la posibilidad de las matemáticas como ciencia.
  • La analítica trascendental: estudia las condiciones a priori que hacen posible el entendimiento, así como la posibilidad de la física como ciencia.
  • La dialéctica trascendental: estudia la razón en su función de búsqueda de juicios cada vez más generales, así como la posibilidad de la metafísica como ciencia.

La Sensibilidad

Espacio y tiempo son las formas a priori de la sensibilidad, condiciones necesarias para que pueda darse el conocimiento sensible, ya que sin ellas no se puede percibir nada. Espacio y tiempo son formas de percibir, no son impresiones o datos empíricos, sino la forma o modo como yo los percibo. Son a priori de la sensibilidad, ya que están en mí antes de que tenga cualquier experiencia sensible. Kant también denomina al espacio y al tiempo intuiciones puras: intuiciones en tanto que no son extraídos de la experiencia ni son conceptos elaborados por el entendimiento; y puras en tanto que no tienen contenido empírico, sino que se van llenando con las impresiones que proceden del exterior.

Cuando lo dado por la realidad material (datos empíricos) es estructurado por la sensibilidad a través del espacio y el tiempo, se produce la percepción de los fenómenos y nunca del noúmeno.

El Entendimiento

Si percibir es propio de la sensibilidad, el comprender lo percibido es propio del entendimiento, su función. Por eso sensibilidad y entendimiento se necesitan mutuamente, ya que sólo cuando se unen resulta el conocimiento. El entendimiento es la facultad de juzgar los fenómenos. Para poder comprender los fenómenos debemos referirlos a conceptos que se expresan por medio de juicios. Estos conceptos, a los que deben referirse los fenómenos para poder ser entendidos, son las categorías. Las categorías son las condiciones a priori del entendimiento, que clasifican los fenómenos en doce clases: según la cantidad (unidad, pluralidad, totalidad), según la cualidad (realidad, negación y limitación), según la relación (substancia, comunidad, causa) y según la modalidad (posibilidad, existencia y necesidad).

En el entendimiento, la forma viene dada por las categorías, puestas a priori por el entendimiento, y el material empírico son los fenómenos dados por la sensibilidad. Las categorías están vacías y han de llenarse con fenómenos. Por esto, las categorías son conceptos puros (las condiciones trascendentales necesarias para que se produzca el conocimiento de los fenómenos).

La Razón

Kant habla de una tercera facultad del conocimiento: la razón, cuya finalidad es producir ideas que sirvan para universalizar y unificar el conocimiento humano, una vez que ya se ha conseguido a través de la sensibilidad y el entendimiento. La razón realiza este cometido por medio de tres ideas que engloban a toda la experiencia posible: mundo (engloba toda experiencia externa), alma (engloba toda experiencia interna) y Dios (punto de convergencia entre ambas). Estas ideas por ellas mismas están más allá de la experiencia y por eso de ella no puede ocuparse la física sino la metafísica, la cual no es una ciencia, ya que la ciencia es siempre fenoménica (experiencia).

Las ideas de alma, mundo y Dios tienen, sin embargo, un uso regulador de la razón. No hacen avanzar la ciencia, ya que no pueden experimentarse, pero regulan cómo ha de comportarse la razón y expresan el ideal de la razón de encontrar leyes y principios más generales cada vez.

Tipos de Juicios según Kant

  • Los juicios analíticos (A es B): el predicado B está contenido o incluido en el sujeto A. Estos juicios no aumentan el conocimiento, sino que explican lo que estaba implicado en el concepto conocido. Su valor es absoluto, ya que no es posible negar el predicado del sujeto sin realizar una contradicción.
  • Los juicios sintéticos: el predicado no está contenido en el sujeto. Estos juicios sí aumentan nuestro conocimiento.
  • Los juicios a priori: la verdad del juicio se establece independientemente de la experiencia, ya que su fundamento no se encuentra en ella y su contrario no es posible. Son juicios universales y necesarios.
  • Los juicios a posteriori: la verdad del juicio se establece contrastándolo en la experiencia. No son juicios universales ni necesarios y su contrario es lógicamente posible.

Kant afirma que todo juicio científico debe ser sintético a priori, es decir, que aumente nuestro conocimiento y que sea universal y necesario.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *