Influencias en el Pensamiento de Platón
Pitágoras
La teoría dualista de Pitágoras sobre la relación entre alma y cuerpo influyó en la teoría platónica del alma, que considera al cuerpo como cárcel del alma, siendo esta su piloto o guía. Al igual que Pitágoras, Platón le daría gran importancia a las matemáticas, los números y las ideas de igualdad y armonía.
Heráclito
La idea de Heráclito de que en la realidad todo cambia y nada permanece está presente en la teoría de Platón, pero solo en lo referente al mundo sensible, no así en lo referente a las Ideas o realidades del mundo inteligible.
Parménides
Parménides creía en una única realidad donde todo permanece y nada cambia. El cambio solo se da en el mundo de los sentidos. Platón comparte esta visión al considerar las Ideas como algo inmutable y eterno, no accesible al mundo de los sentidos, sino solo al mundo inteligible (a la razón).
Sócrates
Como maestro de Platón, Sócrates influyó en él a través de su intelectualismo moral y en su concepción de la educación basada en el diálogo. Sócrates defendía el universalismo moral frente al relativismo de los sofistas y tenía una concepción universalista de la verdad y los valores morales, que Platón asimiló y otorgó a las Ideas ese carácter universal.
Teoría de las Ideas
La teoría más conocida de Platón sostiene que todos los entes del mundo sensible son imperfectos y deficientes. Cada idea es única e inmutable, mientras que las cosas del mundo sensible son múltiples y cambiantes. La contraposición entre la realidad y el conocimiento es descrita por Platón en el célebre mito de la caverna en La República. Para Platón, la única forma de acceder a la realidad inteligible era mediante la razón y el entendimiento; el papel de los sentidos queda relegado, considerándose engañoso. Es importante resaltar que la dicotomía entre un mundo inteligible y otro mundo sensible es más bien un recurso pedagógico que suele usarse para ilustrar la diferencia ontológica entre los entes inteligibles y los sensibles.
Ideas
Las Ideas son realidades absolutas, eternas, inmutables, universales e independientes del mundo de los fenómenos. Son absolutas porque son lo auténticamente real, aunque no sean perceptibles por los sentidos. Son conceptos que existen en un mundo propio. Constituyen el objeto de las ciencias y la posibilidad misma de que existan, ya que el objeto de estudio de las ciencias ha de ser invariable y eterno. El Mundo de las Ideas se encuentra organizado de forma jerárquica, en cuya cúspide se encuentra la Idea del Bien, e inmediatamente enlazadas con ella, Justicia y Belleza.
El Alma según Platón
Platón interpreta el alma principalmente en dos sentidos: el alma como aquello que permite a los seres vivos realizar actividades vitales, y, en el caso del alma humana, como el principio divino e inmortal que nos faculta para el conocimiento y la vida buena. Considera que el alma es el principio que anima los cuerpos de los seres vivos, que les da vida y movimiento. Pero lo peculiar de su concepción se muestra en su visión del alma como principio de racionalidad y dotada de carácter divino.
Alma Racional
Parte superior del alma humana, inmortal y divina. Gracias a ella alcanzamos el conocimiento y la vida buena. Es la parte más excelente del alma, se identifica con la razón y nos faculta para el conocimiento y la realización del bien y la justicia. Es un principio divino y dotado de inmortalidad. La sitúa en la cabeza (el cerebro).
Alma Irascible
Parte del alma humana en donde se sitúan la voluntad y el valor. En el alma irascible se encuentra la voluntad, el valor y la fortaleza. Platón no defiende con claridad ni su mortalidad ni su inmortalidad. La sitúa en el pecho (el corazón).
Alma Concupiscible
Parte mortal del alma humana responsable de las pasiones, placeres y deseos sensibles. Es la parte del alma humana más relacionada con el cuerpo y en ella se encuentran los placeres sensibles y los apetitos o deseos sensibles (deseos sexuales, apetitos por la comida, la fama, la riqueza…). Se destruye cuando el cuerpo muere. La sitúa en el abdomen (hígado).
Ética Platónica
Las realidades éticas tienen su justificación y fundamento último en el mundo de las Ideas, y podrán ser conocidas a través de la ascensión dialéctica por la cual, según Platón, es posible acceder al verdadero conocimiento. Las acciones justas, valiosas o buenas no serán ya aquellas que aporten alguna utilidad a quien las realiza, tal y como pretendían los sofistas. Las acciones serán justas, valiosas o buenas por acomodarse a los modelos ideales de Justicia, Valor o Bien, los cuales, por su carácter permanente, sirven de referencia eterna para el ser humano. El concepto socrático de sabiduría es recogido por Platón y unido sólidamente a la definición de la virtud. Pero el conocimiento, la virtud y la justicia no tienen otro sentido que el de asegurar la felicidad del ciudadano y del Estado. La práctica de la virtud, en sus diversas formas, implica el establecimiento de la justicia, y esta es la condición de posibilidad de la felicidad humana. Específicamente, a través del conocimiento del Bien es posible garantizar el logro de la felicidad individual y colectiva. La Idea de Bien se muestra, también en el campo de la ética, como la Idea máxima y unificadora de las demás Ideas morales.
Relativismo y Universalismo
Relativismo (desarrollado y defendido por los sofistas)
Afirman que las normas y valores morales dependen de cada una de las sociedades o culturas. Además, dicen que no se puede afirmar que unas normas sean más verdaderas o correctas que otras, pues todas tienen el mismo peso o importancia.
Universalismo (defendido enérgicamente por Sócrates)
Esta «corriente» nos dice que hay normas y valores morales que son válidos para todos los individuos y deben ser respetados y acatados por todas las culturas y personas.
Intelectualismo Moral y Mayéutica
Intelectualismo moral
Teoría moral para la que la conducta moral solo es posible si descansa en el conocimiento del bien y la justicia.
Mayéutica (del griego μαιευτικη, obstetricia)
Técnica que consiste en interrogar a una persona para hacerla llegar al conocimiento no conceptualizado. La mayéutica se basa en la dialéctica, la cual supone la idea de que la verdad está oculta en la mente de cada ser humano.
La técnica consiste en preguntar al interlocutor acerca de algo (un problema, por ejemplo) y luego se procede a debatir la respuesta dada por medio del establecimiento de conceptos generales. El debate lleva al interlocutor a un concepto nuevo desarrollado a partir del anterior. Por lo general, la mayéutica suele confundirse con la ironía o método socrático y se atribuye a Sócrates.