Interpretación del Mito de la Caverna y la Idea del Bien en Platón

Platón: Biografía y Contexto Histórico

Platón, filósofo griego, discípulo de Sócrates y maestro de Aristóteles, vivió en el agitado periodo en el que Atenas perdió su hegemonía en el mundo griego tras su derrota ante Esparta en la Guerra del Peloponeso, el corto gobierno de los 30 tiranos y la débil democracia que ejecutó a Sócrates. No alcanzó a conocer el esplendor ateniense de la época de Pericles, que vería como un sueño del pasado. El hecho de vivir en un periodo tan convulso provocó en él un gran deseo de estabilidad y justicia en el orden político.

Interpretación del Mito de la Caverna y la Idea del Bien

Ideas Principales

El tema central del texto es la interpretación del mito de la caverna y la significación de la Idea del Bien como fuente de toda verdad e inteligibilidad, cima del mundo ideal y productora de toda realidad, así como la importancia de su conocimiento para obrar con justicia. Las ideas principales que el autor señala son:

  • La separación entre dos mundos: el ámbito visible (mundo sensible) y el ámbito inteligible (mundo ideal).
  • El lugar central de la Idea del Bien en el mundo ideal, como productora de toda verdad y realidad.
  • La necesidad del conocimiento de la Idea del Bien para obrar con justicia.

Relación y Explicación de las Ideas

La relación y explicación de estas ideas radican en la interpretación del mito de la caverna. Según este mito, las apariencias sensibles mantienen presa nuestra mente, pero esta tiene la capacidad de liberarse ascendiendo desde la ínfima realidad de la materia (mera sombra o reflejo de lo ideal) hasta la suprema realidad de las Ideas. Las Ideas ejercen en nuestra mente el mismo efecto que la luz en nuestros ojos. En nuestra mente está el recuerdo (reminiscencia o anamnesis) de las Ideas, que conocimos antes de encarnarnos, y el camino del conocimiento consiste en avivar ese recuerdo.

Por tanto, existen dos mundos para Platón:

  • Mundo Sensible: Percibido por los sentidos, escasamente real, solo un reflejo de lo ideal.
  • Mundo Ideal: Plenamente real, «ámbito inteligible», compuesto de entidades absolutas, inmateriales y eternas, accesibles a nuestra mente, pero independientes de ella.

Estas Ideas, por cuya búsqueda murió Sócrates, son verdades absolutas que dan razón y sentido a todo lo que vemos, que no es más que un torpe reflejo de ellas debido al efecto distorsionador que produce la materia.

El Camino de la Filosofía: Liberación y Ascenso al Mundo Ideal

Liberarse de esa distorsión es el camino de la Filosofía, una liberación de la mente que la devuelve a su ámbito natural, que es el ideal. Ese mundo ideal tendría una estructura triangular jerarquizada, y en la cúspide estaría el Bien, la clave de toda realidad y conocimiento. La separación (horismós) entre estos dos mundos es la plasmación de la dramática situación escindida del ser humano, alguien que está destinado al mundo ideal, pero ha caído en el sensible.

Por tanto, el camino del conocimiento (el camino del alma hacia el ámbito inteligible) es un camino de liberación desde el mundo sensible hasta el ideal, desde las sombras a la luz. En ese luminoso mundo ideal, la Idea del Bien es la culminación de la realidad y la productora de toda verdad. A ella tiende la parte racional de nosotros, que podrá verse libre si asciende a ella, o tendrá que quedarse prisionera del poco conocimiento que dan las cosas materiales, si no emprendemos ese camino.

Fases del Camino del Conocimiento

Ese camino se compone de cuatro fases:

  1. Eikasía: Mera aprehensión de las imágenes, las sombras aparienciales que percibimos con los sentidos y que apenas exigen esfuerzo racional. Es el estado habitual de la mayoría de las personas, según Platón, presos de las apariencias debido a la gran influencia de su alma concupiscible.
  2. Pistis: Inicio del camino hacia fuera, cuando comenzamos a sospechar que la verdad no radica en las apariencias a secas, sino que las trasciende.
  3. Dianoia: Conocimiento discursivo que se tiene cuando se ingresa en el mundo ideal (normalmente con las matemáticas) y que sirve de paulatino entrenamiento de la mente para que vaya abriéndose y pueda finalmente contemplar la plenitud del Bien.
  4. Noesis: Contemplación de la plenitud del Bien, la Idea suprema que, a modo de luz, proporciona verdad y realidad al resto de Ideas (y a sus reflejos, las cosas), sin perder nunca un ápice de sí misma.

Las dos primeras fases (Eikasía y Pistis) pertenecen a la mera opinión (Doxa), porque se refieren al mundo sensible. Las dos segundas (Dianoia y Noesis) pertenecen al conocimiento cierto (episteme), porque consisten en un descubrimiento de lo ideal. Este sería el camino liberador que, de forma tan condensada, menciona Platón en el texto.

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