Contexto histórico y cultural.
Locke es el padre del Empirismo y sólo con esta aportación a la filosofía habría pasado a la historia, pero su aportación se extendíó al ámbito de la filosofía moral, de la teoría política y de la filosofía de la religión. A pesar de su oposición al Racionalismo, mantuvo la confianza en la razón.
El pensamiento político de Locke fue una de las claves de la oposición que se desencadenó contra las monarquías absolutas a lo largo del siglo XVIII, del asentamiento de los principios liberales en la sociedad americana y de todas las revoluciones burguesas. Además, sistematizó de una manera clara y precursora un conjunto de ideas revolucionarias que constituyeron el fundamento de las monarquías parlamentarias, de las democracias y del liberalismo.
El Segundo tratado sobre el gobierno civil está íntimamente vinculado a la vida política de la Inglaterra del Siglo XVII, como lo prueba que la obra se dedicara al monarca surgido de la Revolución Gloriosa, Guillermo III.
John Locke (1632-1704) nace bajo la monarquía de Carlos I, en la que se producen constantes enfrentamientos entre el rey y el parlamento, que reivindicaba más derechos.
Locke asesora al conde de Shaftesbury, que forma parte de quienes intentaron evitar que el católico Jacobo II accediera a la corona, por lo que fue acusado de alta traición y huyó a Holanda. Locke, para evitar represalia se exilió a Holanda donde entró en contacto con Guillermo de Orange.
En 1688 se produce la Revolución Gloriosa. Las fuerzas continentales partidarias del futuro Guillermo III desembarcan en Inglaterra y consiguen que se les una el ejército de Jacobo II, lo que provoca la huida del monarca. Guillermo III tras firmar una carta de derechos se convierte en el primer monarca parlamentario moderno. Consolidada la nueva monarquía, Locke regresa a Inglaterra y publica Dos tratados sobre el gobierno civil, donde se expone el establecimiento de la monarquía parlamentaria y el ensayo del entendimiento humano que es una comparación con el método cartesiano.
Económicamente domina el mercantilismo, un sistema basado en la intervención y proteccionismo estatales. Así, a lo largo del siglo se consolida el comercio con las colonias.
El Siglo XVII fue el siglo del Barroco fue una época de crisis económica pero de gran riqueza cultural con figuras de gran relevancia como Cervantes, Quevedo, Calderón, Lope de Vega o Moliere, aparecieron en Inglaterra Shakespeare y John Milton.
La producción literaria de la época de la que forman parte las obras de Hobbes, y las del propio Locke, está marcada por el contexto político. La figura más destacada del siglo es John Milton, que encarnará las ideas republicanas. Para este autor, el poder reside en el pueblo, que lo delega en un soberano, al que podrá deponer, e incluso ejecutar, si se excede en sus funciones.
Otro referente de la obra de Locke es El patriarca, libro escrito por el noble absolutista Robert Filmer. Este texto defendía las tesis de la monarquía absoluta, y propónía que el fundamento del poder se encuentra en la Biblia. Nuestro autor criticará esta obra en su Primer tratado sobre el gobierno civil.
Contexto filosófico.
Locke encontró su canal de pensamiento en la tendencia más pragmática del conocimiento científico. De hecho, la gran revolución de la ciencia, los avances en su conocimiento y la imposición del Naturalismo fueron clave en el desarrollo del Empirismo y en la necesidad de limitar la razón a la experiencia. Hay que destacar también la amistad que le uníó a Robert Boyle, quien le orientó hacia las ciencias experimentales.
Las posiciones filosóficas que sirvieron de referente a Locke fueron las de Descartes y Hobbes, con quienes emprendíó una larga polémica. Hobbes con su obra Leviathan, junto con Bossuet desde Francia, son los máximos defensores de la monarquía absoluta, pero será el pensador inglés quien mayor incidencia tenga en el pensamiento político de Locke.
Para Hobbes, el estado de naturaleza es un estado de guerra de todos contra todos, en el que reina la inseguridad y el miedo. Es el miedo precisamente el que lleva a los hombres a unirse en una sociedad mediante un contrato.
En 1690, después de la Revolución Gloriosa, se publica los Dos tratados sobre el gobierno civil. El primero de ellos consistía en una crítica al origen divino del poder de los monarcas tal como se expónía en el Patriarca de Filmer y no tuvo la misma fortuna que el segundo, conocido como Segundo tratado sobre el gobierno civil, que se ha seguido publicando de forma continua hasta nuestros días. El punto fundamental sobre el que versa este segundo tratado es que el gobierno debe ejercitarse con el consentimiento de los gobernados. El hombre o gobierno que ha perdido la confianza de su pueblo carece de derecho para gobernarlo.
El segundo tratado consta de diecinueve capítulos, en los que tras haber analizado el estado de naturaleza en el que viven los seres humanos antes de fundar el Estado, la situación de guerra que en tal estado natural se puede producir, y las sociedades no políticas que es ese estado se forman, como la familia, además, analiza las funciones y relaciones entre los poderes del Estado. Como podemos observar y a pesar de que es un texto relativamente breve, contiene los grandes temas de la filosofía política de Locke, como son la constitución de la sociedad civil, el rechazo de la monarquía absoluta, el origen del estado, la voluntad de la mayoría, el pacto social y la división de poderes.
Locke define el poder político como: “el derecho a dictar leyes, incluida la pena de muerte y, en consecuencia, todas las inferiores, para la regulación y salvaguarda de la propiedad, y a emplear la fuerza de la comunidad en la ejecución de todas las leyes y en la defensa del Estado contra agresiones del exterior, y todo ello únicamente en pro del bien público.”