John Locke (1632-1704): Liberalismo Político

Obras principales:

• Cartas sobre la tolerancia
• Dos tratados sobre el gobierno civil
• Ensayo sobre el entendimiento humano

Existe una conexión entre su teoría empirista del conocimiento y sus doctrinas políticas. Locke, realista y práctico, se opuso a los extremismos. Defendió la libertad religiosa y la democracia parlamentaria (tras la Revolución Inglesa de 1688 y la constitución de la primera monarquía parlamentaria de Europa).

Fue inspirador de los principios de la Revolución Francesa. Basó el conocimiento en la percepción sensorial y reclamó para la razón el derecho de juzgar toda opinión y toda creencia. En su teoría del conocimiento, se mostró intransigente con los racionalistas, y en política, con los absolutistas. Defendió la propiedad privada, lo que sirvió para justificar ideológicamente el capitalismo de la Revolución Industrial.

Primer Tratado sobre el Gobierno Civil

Se dedica a refutar las doctrinas de Robert Filmer expuestas en su obra «Patriarcha», donde defendía el absolutismo paternalista. Filmer sostenía que el poder fue entregado originariamente por Dios a Adán y que de este derivaba hereditariamente por derecho divino. Por lo tanto, el poder del rey debía entenderse como una posesión absoluta sobre vidas y haciendas, similar a la de un padre sobre su familia.

Locke rebate esta idea argumentando que, de ser cierta, todos los reyes, excepto uno, serían usurpadores y no tendrían derecho a exigir obediencia de sus súbditos. Además, señala que el poder paterno es temporal y no se extiende a la vida ni a la propiedad. Locke defiende que la libertad es un derecho natural del hombre en tanto que ser racional, retomando ideas platónicas, escolásticas y renacentistas.

En contraposición a Hobbes y en defensa de la libertad, Locke afirma que la libertad es la única garantía de la conservación. Argumenta que el poder absoluto utilizaría a los individuos según su conveniencia y luego los destruiría. «Tengo razones para creer que aquel que me tuviera en su poder, usaría de mí como mejor le placiera y me destruiría cuando se le antojara; porque nadie puede desear tenerme a menos que quisiera coaccionarme por la fuerza contra aquello que es el derecho de mi libertad. Ser libre es la única garantía de mi conservación».

Segundo Tratado sobre el Gobierno Civil

Intenta establecer los orígenes de la comunidad civil sobre bases más sólidas que las del absolutismo. Para ello, apela al Estado de Naturaleza y al Contrato Social. La idea de libertad sirve a Locke para fundamentar positivamente el origen y la naturaleza del Estado.

A diferencia de Hobbes, quien contraponía drásticamente un estado natural primitivo y egoísta a otro artificial construido por la fuerza y garante de la seguridad, Locke intenta demostrar que en el estado primitivo se encuentran los gérmenes de la civilización. El Estado de Naturaleza tiene una ley que lo gobierna y que obliga a todos: la Razón. Esta ley enseña a todos los hombres que son iguales e independientes y que nadie debe dañar a otro en su vida, su salud, libertad o bienes.

Mientras Hobbes ve en la igualdad natural una permanente amenaza, Locke imagina una comunidad anarquista que no necesita policía ni tribunales porque todos obedecen a la razón en todo momento. No hay superiores ni subordinados; cada uno es dueño de sí mismo y juez de sus acciones. Todos buscan la felicidad y no interfieren porque la razón indica a cada uno lo que debe hacer. Es una ley moral natural que obliga en conciencia (iusnaturalismo) y afirma ciertos derechos naturales de los individuos, como la autoconservación y la libertad. La igualdad de derechos y deberes es la base de la supervivencia, pues una igualdad basada en el temor mutuo y la fuerza (como proponía Hobbes) desestructura la vida personal.

El pacto social no es una ruptura con el estado natural; no crea nuevos derechos, sino que avala los que todos los hombres ya tienen, fundados en la razón y la libertad. Locke presenta tres argumentos para justificar la aparición natural del contrato social:

• La perfecta satisfacción de las necesidades: la sociedad civil será una continuación de la familia.
• La existencia de hombres que no viven de acuerdo con las leyes de la naturaleza, lo que incita a la mayoría a unirse en sociedad para protegerse de los criminales.
• El fin principal que mueve a los hombres a unirse en estados y someterse a un gobierno es la conservación de la propiedad individual.

El Contrato Social y la División de Poderes

El «Contrato Social» es un perfeccionamiento del estado natural. Cada individuo renuncia a los poderes legislativos y ejecutivos que tiene sobre sí mismo, otorgando el poder político para elaborar leyes. El consentimiento de los individuos se efectúa en favor de la voluntad de la mayoría. Esta teoría deriva en la división de poderes, que más tarde perfeccionaría Montesquieu.

Mientras que Hobbes atribuyó al soberano todos los poderes para evitar la guerra civil, Locke defendió la división de poderes (legislativo, ejecutivo y judicial) para evitar el abuso de poder. Argumenta que si las personas que hacen las leyes también las ejecutan, pueden eximirse de la obediencia a las mismas y adaptarlas a sus conveniencias, que podrían ser distintas a las de la comunidad.

Las leyes obligan a todos, buscan el bien común y protegen la propiedad, no estableciendo nuevos impuestos sin el consentimiento de los ciudadanos.

Reflejos de la Teoría de Locke

• Individualismo: De él derivan el pacto social y el culto a la propiedad. Ignoró el papel de las clases sociales.
• Liberalismo: Derechos inalienables de los individuos, garantía del mecanismo de voto de los ciudadanos y actuación del Estado en provecho de los súbditos.
• Tolerancia individual y social: Libre difusión de ideas y opiniones, incluso las contrarias al gobierno (aunque Locke excluía a papistas y ateos de este beneficio, por considerarlos contrarios a la ley natural y la razón).

John Locke: Origen Empírico de las Ideas

Locke se interesó por las ciencias y estudió medicina. Conoció el cartesianismo y el anticartesianismo. Fue adversario del absolutismo político y tuvo que exiliarse a Holanda. Regresó con el triunfo de la «Revolución Gloriosa» y publicó sus obras principales: Carta sobre la tolerancia, Dos tratados sobre el gobierno civil (justificación de la revolución) y Ensayo sobre el entendimiento humano. Entabló amistad con Newton.

Su teoría del conocimiento se expone esencialmente en su Ensayo… (1690). El punto de partida de su reflexión filosófica es la presencia en la mente humana de ideas universales, que constituyen el contenido de nuestro conocimiento. Para conocer su naturaleza, su valor y el fundamento del conocimiento que en ellas se basa, es necesario reconstruir el proceso de su producción. De ahí la importancia que concede Locke a la crítica de las ideas innatas cartesianas.

Todas las ideas provienen de la experiencia; no tienen consistencia innata. Si existieran, tendrían que estar presentes en la mente de los niños y de todos los hombres, pero de hecho no sucede así. Su asociacionismo influyó en la aparición de la psicología positivista.

La experiencia puede ser externa (sensación), y de ella provienen ideas como las de los colores, sonidos, movimientos, etc., o puede ser interna (reflexión), y de ella provienen ideas como las del propio movimiento, pensar, percibir, dudar, etc. Todas estas ideas son simples; constituyen formas de aparecerse los fenómenos reales ante la mente humana, que ante ellas permanece pasiva, como un mero receptáculo de sensaciones.

A partir del material que constituyen las ideas simples, la mente entra en actividad para formar las ideas complejas, mediante la combinación de las simples. Surgen así:

• Modos: Combinaciones de varias ideas en una sola (ideas de propiedades que no se consideran subsistentes en sí mismas, como triángulo, gratitud, etc.).
• Sustancias: Combinaciones de ideas simples que se toman como si representaran algo que subsiste por sí mismo.
• Relaciones: Resultado de comparar ideas entre sí.

El Conocimiento

El conocimiento no reside propiamente en la captación de ideas, sino en la operación de captar relaciones de acuerdo, desacuerdo, compatibilidad, dependencia, etc., entre las ideas. Este conocimiento puede tener lugar por:

• Intuición: Cuando una proposición se presenta como evidente.
• Demostración: Sucesión de intuiciones o evidencias (al modo cartesiano).
• Juicio: Proporciona un conocimiento probable, no necesario ni definitivo (comparación).

Ciencias Demostrativas y Ciencias Reales

Las ciencias estrictamente demostrativas son las matemáticas y la moral. Se trata de ciencias que tratan de ideas generales, de principios elaborados por la mente, no de representaciones de la realidad. Por eso pueden llegar a demostrar verdades necesarias. En las ciencias reales, cuyas ideas se refieren a la experiencia, no es posible obtener verdades necesarias, aunque se utilice la demostración matemática. Las consecuencias de estas demostraciones tendrán que ser siempre contrastadas por la experiencia.

Locke no niega la existencia de una ley natural, de origen divino, como tampoco niega la existencia de verdades matemáticas. Pero ni las verdades matemáticas ni la ley natural se fundamentan en un supuesto conocimiento del orden impuesto por Dios y reflejado en nuestra mente de forma necesaria, independiente de toda experiencia. Por el contrario, descubrimos las verdades matemáticas y los principios morales universales reflexionando sobre nuestra propia experiencia.

Conceptos Metafísicos

Por último, los conceptos metafísicos, como el de sustancia, no representan ningún conocimiento real. Lo único que conocemos son las cualidades de las cosas, y nuestra mente concibe la sustancia como el sustrato en el que reposan dichas cualidades, pero lo que sea en realidad ese sustrato no lo podemos conocer. Es racional suponer la existencia de sustancias (como es racional suponer la existencia de Dios), pero no pretender que conocemos la sustancia cuando lo que realmente conocemos (aquello de lo que tenemos experiencia) son las cualidades sensibles.