En este texto de John Locke, autor del Siglo XVII, la idea principal es que no existen ideas innatas. Se distinguen tres ideas subordinadas: En primer lugar, Locke explica la teoría de las ideas innatas de los racionalistas. Dice que una idea es innata cuando toda la humanidad la conoce y la entiende. Luego, pone un ejemplo. El ejemplo es el principio de no contradicción. Según este principio ‘’Es imposible que una cosa sea y no sea’’. Supuestamente este principio es innato. Finalmente, pone en duda que toda la humanidad conozca el principio mencionado. Los niños y los ‘’’’ no lo entienden. En conclusión, esto basta para desmontar el concepto de las ideas innatas. «Principios innatos»: Aquellos que toda la humanidad conoce y entiende «Principios especulativos»: Los principios innatos de la lógica y la matemática.//Esta frase que se nos da para comentar hace referencia al argumento del Consenso Universal. Si es verdad que existen las ideas innatas, es necesario que sean conocidas por toda la humanidad. Así los innatistas tendrían razón. En cambio, Locke demuestra lo contrario mediante ejemplos especulativos. Locke es un empirista. Dice que no hay nada innato, que todo se aprende de la experiencia. Nuestra mente es una tabula rasa, un papel en blanco y es nuestra experiencia la que escribe en él. Por tanto, no hay para Locke ideas innatas. Locke define las ideas innatas como aquellas verdades universales que todo el mundo acepta. El rechazo de las ideas innatas es una parte de la teoría de la ideas de Locke. Su teoría de las ideas consiste básicamente en diversas clasificaciones de las ideas. Locke distinguíó las ideas que son originadas en la reflexión y las ideas que son originadas en la sensación. Unas proceden de la experiencia del mundo exterior. Las otras de darse cuenta de las propios estados y pensamientos. Pero también hizo otra distinción más fundamental entre las ideas simples y las ideas complejas. Las ideas simples son aquellas que no contienen otros componentes ni otras ideas. En cambio las ideas complejas son aquellas que están formadas por varias ideas simples, como por ejemplo, la dureza del hielo, la frialdad, el olor o el sabor azúcar. De las ideas complejas distingue cuatro tipos. La idea de substancia, que es resultado de combinar diferentes ideas simples y que se substentan por sí solas, la idea de modo, que es la idea de que algo no puede subsistir por sí mismo, la idea de relación que es la que aplicamos cuando juzgamos que alguien es más alto que otro, o igual a alguien por ejemplo, y la idea general o abstracta, producida por el proceso general de abstracción. Finalmente, Locke distinguíó entre las ideas de las cualidades primarias de los objetos y las ideas de sus cualidades secundarias. Son cualidades primarias la solidez, la extensión, la forma o el movimiento. Son cualidades secundarias el color, el sabor o la sensación de frío o calor. Para Locke nuestras ideas de las cualidades primarias son parecidas a las cualidades que poseen los objetos. Algo que no ocurre con las ideas de las cualidades secundarias. En conclusión, el texto nos presenta uno de los argumentos de Locke en contra de las ideas innatas. Para Locke todas nuestras ideas proceden de la experiencia. Y una parte muy importante de su teoría de las ideas consiste en las diversas clasificaciones de las ideas que Locke hizo. Locke es un empirista. Niega las ideas innatas.
Descartes es un racionalista y para él las ideas innatas son la base de su filosofía.
Locke y Descartes comparten muchas cosas pero divergen en otras: Haciendo referencia a sus semejanzas, destaca en primer lugar, el punto de partida. Para ambos, la filosofía parte de la conciencia, del yo, de la mente, de la primera verdad, el COGITO. En segundo lugar, ambos creen que lo importante que hay que investigar es el conocimiento humano. Dedican su estudio a la investigación epistemológica; cuáles son los límites del conocimiento, y sus fundamentos… Entre sus diferencias: Descartes, define las ideas innatas como aquellas ideas que son necesariamente verdaderas. Son innatas las ideas que no pueden ser puestas en duda ni pensadas de otra manera. Para Descartes son ideas innatas, las ideas matemáticas y también la idea de Dios. Y, sobre todo, la idea de la propia existencia, el cogito. Locke entiende las idaes innatas como aquellas ideas que son aceptadas por la humanidad. Para Locke el innatismo es imposible ya que no hay ideas grabadas antes de llegar al mundo, sólo se aprenden de la experiencia, y como dice en el texto, no todos las poseen. Los niños y los idiotistass no comprenden esas ideas de no-contradicción intuitivamente. También las considera contrarias a la libertad de pensamiento. Para Descartes una ideas es verdadera, cuanto mas clara y distinta sea. A diferencia de Locke que considera una idea más o menos verdadera según sus referencias a la realidad empírica. Aunque ambos son dualistas y reconocen que no todo es materia, Locke dice que la ciencia solo sabe de lo material, pero no puede conocer lo no material. Por eso la Razón se orienta más hacia finalidades prácticas, como la política, la moral o la pedagogía…Mucha gente es empirista y acepta que no hay conocimiento si no hay experiencia. Este sería el punto de vista de muchos científicos experimentales. Lo verdadero es aquello que se puede demostrar empíricamente, mediante experimentos. O sea, a través de la experiencia. Yo creo que, además de la experiencia, para que haya conocimiento debemos contar con algunos factores innatos. Al percibir, como ha demostrado la psicología de la Gestalt, organizamos nuestras sensaciones en determinadas formas, que no son aprendidas. En conclusión, en nuestro conocimiento hay una parte que procede de la experiencia, y en esto Locke tenía razón, pero también hay factores innatos, genéticos.
Este texto de John Locke, autor del Siglo XVII, la idea o tema principal es el argumento sobre la distinción entre cualidades primarias y cualidades secundarias. Es el argumento llamado de la relatividad perceptiva. En el texto podemos distinguir tres ideas subordinadas: En primer lugar, el autor plantea el ejemplo del agua que para una mano es caliente mientras que para la otra es fría. El agua es siempre la misma, tiene la misma temperatura. En segundo lugar, dice que el calor o el frío son sensaciones que se explican por el movimiento de las partículas de nuestros nervios. Por tanto, el calor y el frío son ideas subjetivas aunque tienen como causa las cualidades del objeto. En tercer lugar, Locke dice lo que ocurre con las formas. Nunca una sola forma o figura produce dos ideas diferentes, una de cuadrado y otra de círculo. a) «Ideas»: Cualquier contenido de la mente, o sea, un recuerdo, un sueño, un pensamiento. B) «Partículas»: Son unidades de materia mínimas, de su uníón surge toda la realidad. Para Locke, existen tres formas de clasificar las ideas. Él distinguíó entre ideas de sensación y de reflexión, ideas simples y compuestas, e ideas de cualidades primarias y secundarias. Este texto hace referencia a la distinción entre cualidades primarias y secundarias. Locke argumenta el porqué de esta distinción. La distinción que hace Locke entre cualidades primarias y secundarias es inseparable de su teoría corpuscularista. La ciencia del Siglo XVII, en contraposición con la ciencia de Aristóteles, es una ciencia mecanicista. Se considera que la realidad es como una máquina, como un reloj. El mecanicismo tiene dos versiones, una es la de Descartes: en este caso la carácterística básica del mundo es la extensión y se niega la idea de vacío. Para Locke y los corpuscularistas, el mundo es sobre todo solidez y se acepta la idea de vacío. Toda idea es causada por partículas sólidas que constituyen la realidad. Pero hay que distinguir las llamadas cualidades primarias: solidez, extensión, figura, movimiento, etc. Las ideas que tenemos de estas cualidades, se parecen a ellas. Por otra parte, tenemos las cualidades secundarias de los objetos: color, olor, sonido, etc. Las ideas que tenemos de estas cualidades no se parecen a ellas. Por tanto, las cualidades secundarias están subordinadas a las primarias. Las cualidades secundarias son poderes que tienen las cosas de producir sensaciones subjetivas en nosotros. El texto presenta uno de los varios argumentos que dio Locke para justificar esa distinción.
Locke es un empirista. Para él todas las ideas, sean de cualidades primarias o secundarias, proceden de la experiencia. Locke niega, por tanto, las ideas innatas. Descartes es un racionalista y para él las ideas innatas son la base de su filosofía. Locke y Descartes comparten muchas cosas pero divergen en otras: Haciendo referencia a sus semejanzas, destaca en primer lugar, el punto de partida. Para ambos, la filosofía parte de la conciencia, del yo, de la mente, de la primera verdad, el COGITO. En segundo lugar, ambos creen que lo importante que hay que investigar es el conocimiento humano. Dedican su estudio a la investigación epistemológica; cuáles son los límites del conocimiento, y sus fundamentos. Entre sus diferencias: Descartes, define las ideas innatas como aquellas ideas que son necesariamente verdaderas. Son innatas las ideas que no pueden ser puestas en duda ni pensadas de otra manera. Para Descartes son ideas innatas, las ideas matemáticas y también la idea de Dios. Y, sobre todo, la idea de la propia existencia, el cogito. Locke entiende las idaes innatas como aquellas ideas que son aceptadas por la humanidad. Para Locke el innatismo es imposible ya que no hay ideas grabadas antes de llegar al mundo, sólo se aprenden de la experiencia. Para Descartes una ideas es verdadera, cuanto mas clara y distinta sea. A diferencia de Locke que considera una idea más o menos verdadera según sus referencias a la realidad empírica: según sea la idea de una cualidad primaria o la idea de una cualidad secundaria. Las ideas de las cualidades primarias se parecen a la cualidades que realmente poseen los objetos. No ocurre lo mismo con las ideas de las cualidades secundarias, como se argumenta en el texto. Aunque ambos son dualistas y reconocen que no todo es materia, Locke dice que la ciencia solo sabe de lo material, pero no puede conocer lo no material. Por eso la razón se orienta más hacia finalidades prácticas, como la política, la moral o la pedagogía.
Este texto de John Locke, autor del Siglo XVII, la idea principal es su demostración de que la moral y las matemáticas están en el mismo grado de conocimiento. En el texto podemos apreciar tres ideas subordinadas a la principal: En primer lugar, Locke dice que la explicación que dan los matemáticos sobre ciertas figuras y la existencia física o material de éstas son dos cosas independientes, es decir, tales explicaciones siguen siendo válidas existan o no en el mundo las figuras que describen. En segundo lugar, relaciona lo que ha dicho sobre la geometría con las ideas morales de los hombres: una idea moral o un discurso moral seguirá siendo igual de verdadero lo sigan los hombres o no. Finalmente, el autor ejemplifica la segunda idea con el libro Los oficios del pensador romano Marco Tulio Cicerón, diciendo que el estilo de vida que propone éste libro no va a ser menos cierto ni menos verdadero por el hecho de que nadie en el mundo lo siga. a) «Demostración»: Justificación de una verdad a partir de otras, que le sirven de premisas. B) «Certidumbre»: Conocimiento seguro de una cosa Locke distingue el conocimiento en tres diferentes grados: conocimiento intuitivo, conocimiento demostrativo y conocimiento sensitivo. En el texto, Locke explica por qué la moralidad, al igual que las matemáticas, forma parte del grado de conocimiento demostrativo. Locke definía el conocimiento como la conexión de nuestras ideas, y diferenció esos tres grados de conocimiento según lo evidentes que eran. El conocimiento intuitivo es el más evidente de todos. Éste tipo de conocimiento es el más evidente porque hay una conexión directa de ideas. Un ejemplo sería “dos mas tres es igual a cinco” El segundo tipo de conocimiento es el conocimiento demostrativo, que es el que Locke comenta en este texto. Es un tipo de conocimiento menos evidente que el intuitivo, ya que la conexión de ideas es indirecta, es decir, para llegar de una idea a otra se necesitan otras ideas intermediarias. Seria el caso, por ejemplo, de los teoremas matemáticos, como el Teorema de Pitágoras, o también de las ideas morales como la idea de justicia. Finalmente está el conocimiento sensitivo, el menos evidente de los tres. Este tipo de conocimiento no relaciona dos ideas, sino una experiencia sensorial con una idea. Sería por ejemplo ver un lápiz y relacionarlo mentalmente con la idea que tengo de lápiz. Todo lo que no llegue a ser tan cierto como estos tipos de conocimiento, por muy probable que sea, se considera opinión. Locke considera que no llegan a ser conocimiento las ciencias cómo la física, la química o demás. No obstante, aunque crea que no llegan a la categoría de conocimiento no dice que no sean útiles. Estos tres tipos de conocimiento son los grados que Locke clasifica el conocimiento, poniendo a la matemática y la moral en el mismo grado de conocimiento, en el conocimiento demostrativo. Se puede comparar la teoría de los grados de conocimiento de Locke con el aspecto epistemológico de la teoría de las ideas de Platón. Platón pensaba que el verdadero conocimiento es el conocimiento de las ideas, es decir, “salir al exterior de la caverna”. Locke, en cambio, pensaba que el conocimiento no es contemplar las ideas trascendentes, situadas en algún lugar fuera del espacio y el tiempo. Para Locke el conocimiento consiste en relacionar las ideas entre sí, y para él las ideas eran simplemente los contenidos de nuestra mente. En su teoría de las ideas, Platón destacaba, entre otras cosas, que el conocimiento no puede obtenerse mediante los sentidos, solo puede ser procesado a través del razonamiento. Locke, en cambio, reconocía el conocimiento sensitivo, aunque lo consideraba menos evidente mentalmente que el demostrativo y el intuitivo. No obstante, los dos pensadores coincidían claramente en una cosa: no todo lo que pensamos es conocimiento. Es decir, hay una tajante distinción entre el conocimiento y la opinión. La opinión puede estar bien justificada, puede ser un simple rumor sin ninguna base o un prejuicio que a alguien le ha interesado propagar.
En este texto de Descartes, autor del Siglo XVII, la idea principal que nos explica es la duda metódica, que es el principio de su filosofía. En el texto se distinguen tres ideas subordinadas. En primer lugar, Descartes dice que no puede confiar en ninguna de sus antiguas opiniones y que, por tanto, las considerará falsas. En segundo lugar, nos da dos argumentos para explicar por qué pone las cosas en duda. Por un lado, está el Genio maligno, que es un Dios todopoderoso y malvado que nos lleva al error incluso cuando realizamos la más sencilla operación matemática, y por lo tanto, nos lleva a dudar de la razón. Por otro lado, nos presenta el argumento onírico. Descartes duda de los sentidos: ¿cómo sé que el mundo que nos presentan los sentidos no es un sueño?. Finalmente hace una conclusión provisional y decide que no opinará sobre nada ni creerá en nada. Duda: es un método o procedimiento que Descartes utiliza para encontrar una verdad indudable. Es la aplicación de la regla de la evidencia: no admitir nada que no sea absolutamente cierto y sobre lo que no se pueda dudar. Genio maligno: Dios todopoderoso y malvado, que induce a nuestra razón al error. Descartes afirma en esta frase el momento culminante de la duda metódica: no hay nada seguro. Hay fuertes argumentos a favor de esta conclusión. Pero la duda metódica al final queda superada. Descartes descubrirá, finalmente, una verdad, la primera verdad: “cogito, ergo sum”. Descartes empieza poniendo en duda la razón y de los sentidos para encontrar las verdades absolutas y así dejar de dudar. Para poner en duda los sentidos, utiliza en sus Meditaciones dos argumentos. Primeramente, nos dice que no hay que fiarse ni de los propios sentidos, ya que algunas veces nos han engañado, y por lo tanto, nos pueden estar engañando siempre. En segundo lugar, nos presenta el argumento onírico, en el cual dice que todo el conocimiento que obtenemos de los sentidos tal vez no sea más que una ilusión, por lo tanto, puede que lo que percibo sea tan solo un sueño, ya que muchas veces me cuesta distinguir la vigilia del sueño. Seguidamente, emplea otros dos argumentos para poner en duda la razón. Para empezar, argumenta diciendo que tampoco las verdades matemáticas son tan seguras como pudiera creerse, ya que si los geómetras se han equivocado alguna vez en sus cálculos, y no podemos estar seguros de que no se equivoquen siempre. Luego, considera que hay un Genio maligno que cada vez que razonamos, en matemáticas o en geometría, nos induce al error. Pero Descartes finalmente encuentra una verdad absoluta, que no se puede poner en duda con las premisas anteriores, la primera verdad: “pienso, luego existo”. Esta verdad es el fundamento de toda la filosofía de Descartes. A partir del cogito demostrará la existencia de Dios y, por último, la existencia del mundo material que conocemos a través de los sentidos. En conclusión, la frase que se nos ha propuesto para comentar ocupa un lugar clave en la filosofía cartesiana. Es la culminación de la duda metódica y el principio de toda su filosofía. La filosofía de Descartes se puede comparar con el escepticismo, una de las ecuelas helenísticas creada por Pirrón de Elis y que tuvo como máximo representante a Sexto Empírico. Los escépticos dicen que no podemos alcanzar la verdad absoluta, ni tampoco estar seguros de nada, ni siquiera de los sentidos ni de la razón. El argumento de Sexto Empírico no es tomado en consideración por Descartes. Señaló que todo argumento o prueba se basa sobre una serie de premisas que ese argumento no justifica. Si se intenta demostrar la verdad de esas premisas mediante otros argumentos o pruebas, hay que recurrir a su vez a otras premisas indemostradas, y así hasta el infinito. Para Sexto, nunca se puede alcanzar un grado de certeza absoluta. Descartes, al principio de su viaje filosófico, parece compartir esa opinión, añadiendo nuevos y potentes argumentos al escepticismo, como el del Genio maligno o el argumento onírico Sin embargo, los escépticos aseguran que la duda es real y conduce a una actitud frente a la vida. Dado que las apariencias engañan, no deberíamos asumir la verdad de una explicación a expensas de otra. Lo mejor es no preocuparse y dejarse llevar por la corriente. Pero esa no es la conclusión de Descartes. Su duda es metódica y su objetivo, que alcanzará a partir del cogito, es encontrar verdades absolutas y así no dudar más.
En este texto de Descartes, autor del Siglo XVII, se identifica el cogito, la primera verdad, como tema central de la segunda meditación metafísica. Podermos destacar tres ideas principales: en primer lugar el autor niega la existéncia de su propio cuerpo y todo lo que esté relacionado con los sentidos, se convence de no percibir nada ni la prescencia de nada. En segundo lugar argumenta sus dudas con la existencia de un Genio maligno, un ser todopoderoso, engañador y malvado que utiliza su industria para confundir y provocar el error. Y en tercer lugar, Descartes llega a la conclusión de que si ese Dios perverso lo engaña es porque es consciente de eso, por lo tanto piensa, y por lo tanto existe. Aquí pues llegamos a la primera verdad ,con la propociíon COGITO, ERGO SUM. a) «Pensament»: conjunto de ideas, la mente , una secuencia o sucesión de ideas. B) «Necessàriament vertadera»: Indudable. Descartes afirma en esta frase la primera verdad, con la que acaba la duda metódica. Tras llevar a cabo la duda metódica, encuentra la primera realidad verdadera. Si pienso me equivoco, si me equivoco es porque éxito: COGITO, ERGO SUM. El planteamiento de la duda sobre todo lo que se cree saber, aplicando la regla de la evidencia, destruye todas las creencias antiguas con el objetivo de encontrar la certeza. Descartes justifica sus negaciones y dudas mediante fuertes argumentos, tales como el Genio maligno, que pone en cuestión el funcionamiento de la razón, y el argumento onírico, según el cual no tengo una manera segura de saber si estoy despierta o soñando, si ahora estoy escribiendo de veras o soñando que escribo. Hasta que finalmente, concluye que el hecho de pensar, dudar y equivocarse conduce a la primera verdad, que es el hecho de existir; COGITO, ERGO SUM. En conclusión, la frase que se nos propone es el momento en que la duda cartesiana queda superada. Se llega a una verdadera realidad después de haber negado todo lo que creemos conocer. A través del método de la duda, la duda metódica, podemos hallar una proposición de la que no se puede pensar de otra manera. Y esa primera proposición, el cogito, va a ser el fundamento sobre el que Descartes edificará toda su filosofía, demostrando la existencia de Dios y la realidad del mundo extenso y material que conocemos por los sentidos.La concepción del conocimiento de Descartes está muy emparentada con la de Platón. Ambos son idealistas. Platón afirma que el saber es el conocimiento de las ideas, con las que ha vivido el alma antes de quedar prisionera en un cuerpo. Luego, al conocer atrapada en un cuerpo, el alma lo que hace es recordar las ideas con las que ha vivido en otro tiempo. Descartes está de acuerdo con que la fuente del conocimiento sean las ideas. Pero en este caso las ideas innatas, aquellas que se imponen en la mente de forma necesaria, sin que podamos modificarlas o prescindir de ellas. Estas ideas son de carácter matemático. Así pues, ambos pensadores son racionalistas y, por tanto, contrarios al Empirismo. Platón estaba más interesado en ideas éticas al igual que Descartes, aunque Descartes fallecíó sin poder cumplir su propósito de publicar su libro ético que tanto deseaba.