Justicia Distributiva y Conmutativa en la Sociedad
Para la parte pública, en la que hay que establecer unas leyes, para esta manera de entender lo que es una sociedad, bastaría con establecer unas leyes de justicia conmutativa y de justicia distributiva.
Aristóteles y las Formas de Gobierno
En las líneas 189-190, Aristóteles habla de oligarquía (gobiernan los ricos, que son una minoría) y democracia (gobiernan los pobres, que son una mayoría). Lo conecta con el tema de la justicia distributiva y de las dos maneras de entenderla, que Aristóteles considera las dos igual de válidas y que hay que conjugarlas ambas. Un oligarca hablaría de justicia distributiva en el sentido de tratar desigualmente a los desiguales: diría: «yo soy rico, yo soy desigual, no puedo ser tratado por el Estado igual que el pobre». Por el contrario, un demócrata, como es pobre, hablaría de justicia distributiva en el sentido de tratar igualmente a los iguales: diría: «todos somos iguales y, por lo tanto, todos tenemos que ser tratados igualmente».
Lee también, 200-203. Aristóteles mantiene que hay que utilizar ambas nociones de justicia distributiva y no sólo una (línea 191). En las líneas 194-195, se expone que el problema es que somos malos a la hora de juzgarnos a nosotros mismos; mal asunto cuando somos juez y parte. De manera que utilizaremos la justicia distributiva de desigualdad cuando nos convenga, y la justicia distributiva de igualdad cuando nos convenga. Es lo que pasaba con las posturas del oligarca y del demócrata.
La Perspectiva Liberal de la Sociedad
La idea liberal es que los individuos aceptan o pactan formar juntos una sociedad porque les beneficia. La única manera de convencer a un individuo para que respete unas leyes es plantear que ese respeto le va a beneficiar, va a conseguir vivir mejor. El único bien que contemplan cada uno de los individuos es el suyo propio, su bien privado, su interés particular. No hay tal cosa como un bien común que puedan contemplar los individuos como un fin para sus vidas. Recuerda aquí los planteamientos de los sofistas.
Podemos pensar que tal postura hace imposible que se establezca una sociedad, pero un sofista como Licofrón diría que sí es posible, siempre y cuando los individuos se convenzan de que les beneficia respetar las leyes. Así que, para un liberal, se puede establecer una sociedad aunque no haya un bien común a la vista; basta con que se produzca un «apaño» por el cual todos salimos beneficiados por igual en nuestros bienes privados. Ese apaño público contendrá normas de justicia conmutativa y de justicia distributiva. Si el único tipo de relaciones que tienen entre sí un conjunto de individuos son relaciones de este tipo, el liberal dirá que con eso basta para que podamos considerar a ese conjunto de individuos una única sociedad.
Beneficio Mutuo y Libertad Individual
Sobre ese «nos beneficia»: fíjate cómo en 215 habla de mutua utilidad; y en 272-273 habla de prestarse ayuda mutua. Sobre que cada uno puede hacer con su vida lo que le dé la gana, siempre y cuando no dañen a otros: fíjate cómo en 218-220 habla de ni se cuidan unos de cómo deben ser los otros, de que ninguno de los sujetos a esos tratados sea injusto ni cometa infamia alguna, sino solamente que no se dañen unos a otros. Aristóteles está poniendo un ejemplo de relaciones entre naciones, pero es lo mismo para las relaciones entre individuos.
La Visión Comunitarista de Aristóteles
El punto de vista de Aristóteles (comunitarismo) sobre lo que es una sociedad observa la postura antiliberal: una sociedad es algo más que un mercado. Si las únicas relaciones que mantienen entre sí un conjunto de individuos son relaciones comerciales (para beneficio mutuo), entonces ese conjunto de individuos no será una polis: fíjate en las líneas 267-270, incluso habla de distintos oficios.
De 214 a 221, Aristóteles está dejando claro que no basta con el tipo de relaciones entre individuos que ha planteado el liberal para que podamos decir que ese conjunto de individuos ha formado una única sociedad. En ese fragmento, plantea una comparación: si entre dos naciones sólo se establecen relaciones de tipo liberal, entonces seguiremos teniendo dos naciones, y no una sola. Poniéndolo en forma de individuos: si entre dos individuos sólo se establecen relaciones de tipo liberal, entonces seguiremos teniendo dos individuos por separado, y no formarán juntos una nación (una polis). Mientras las únicas relaciones sean esas, da igual que vivamos juntos (o que las naciones junten sus territorios): no formaremos una única nación (líneas 263-264).
Por eso dice también en 274-275: «…[no] hay una ciudad, si sus relaciones fueran exactamente igual después de unirse y cuando estaban separados». Observa cómo constantemente Aristóteles describe esas relaciones liberales como pacto, alianza. En el texto decisivo de 279-280 dice: «no tenemos comunidad si sólo tenemos leyes para no perjudicarnos a nosotros mismos»: es decir, para que no haya interferencias entre nuestras vidas privadas, para que el otro no me perjudique; o he acordado estas leyes porque me benefician, porque no respetarlas me perjudica (si volvemos a la ley de la selva todos salimos perdiendo).
Elementos Esenciales de una Comunidad
¿Cuándo diremos entonces que un conjunto de individuos constituyen una comunidad? Aunque es necesario tener leyes de justicia conmutativa y distributiva, no basta con eso (Lee 280: «esto tiene que existir»). Vuestra compañera Iris hacía mención al asunto de la generosidad, y efectivamente es dar en el clavo; si leemos 283-284-285 habla Aristóteles de que en una sociedad tiene que haber relaciones familiares, hermandades (fratrías), fiestas, diversiones populares y amistad.