Kant: Fundamentos de la Filosofía Trascendental
En la filosofía kantiana, Kant responde que nunca podremos pensar el noúmeno. Aunque no sepamos cómo es, podemos deducir que, al no formar parte de las categorías, es libre. Así pues, la libertad es un postulado de la razón práctica, es decir, algo que no se puede demostrar pero que se ha de suponer para justificar la validez de la ética. No solo la libertad, sino también la inmortalidad del alma y la existencia de Dios.
En la introducción de la Crítica de la Razón Pura (CDLRP) se muestra el problema de la posibilidad de la metafísica, es decir, si existe un conocimiento riguroso acerca de Dios, de la libertad y de la inmortalidad del alma. La metafísica sigue debatiendo los mismos problemas que plantearon Platón y Aristóteles. Existe un desacuerdo entre los metafísicos. Ahora bien, se plantea el problema de la metafísica como ciencia. Una ciencia se da bajo unas condiciones. Si la metafísica se ajusta a ellas, adquirirá rango de ciencia; de no ser así, no podrá constituirse como ciencia y haremos bien en abandonarla en su pretensión científica.
Condiciones del Conocimiento según Kant
Para comprender el planteamiento de Kant, tenemos que distinguir dos condiciones: empíricas y a priori. El que podamos ver algo depende de muchas condiciones que pueden ser facticias y particulares. El espacio y el tiempo son condiciones de nuestra percepción, no son particulares sino generales. Según Kant, estas condiciones son a priori, universales y necesarias, hacen posible la experiencia siendo previas a ellas. Kant las denomina “trascendentales”. Se pregunta por las condiciones que hacen posible el cuestionamiento científico.
Una ciencia es un conjunto de proposiciones o juicios concatenados entre sí formando un razonamiento. Para que sean posibles los juicios en la ciencia, basta con observar el tipo de juicio que utiliza el saber científico e investigar en las condiciones que lo hacen posible. ¿Qué tipo de juicios son los característicos de la ciencia? Un juicio es analítico cuando el predicado está comprendido en el sujeto; un juicio es sintético cuando el predicado no está comprendido en el sujeto.
Los juicios a priori son aquellos cuya verdad se conoce independientemente de la experiencia, ya que su fundamento no está en ella. Por el contrario, los juicios a posteriori son aquellos cuya verdad sí se fundamenta en la experiencia. Esta distinción nos permite diferenciar unas características necesarias y así poder diferenciarlos. Kant propone un tercer tipo de juicio, los juicios sintéticos a priori, que son aquellos que nos dan información.
Facultades del Conocimiento
Existen dos facultades que producen el conocimiento humano: la sensibilidad (es pasiva y se limita a recoger estímulos) y el entendimiento (es activa y es la facultad por la cual entendemos lo que hemos intuido y trabaja con conceptos). Esta se divide en dos: la primera elabora conceptos a partir del material percibido por la sensibilidad y la segunda enlaza los juicios en razonamientos. Kant lo denomina Razón.
Divide las facultades del entendimiento en la Doctrina trascendental de los elementos, formada por la estética, analítica y dialéctica trascendental. Kant cree conveniente la distinción entre materia y forma. El conocimiento es un compuesto hilemórfico, la forma organizadora no es un “molde”. Kant afirma que esa forma pone a priori el entendimiento en virtud de su actividad propia.
Con la estética trascendental pretende explicar cuáles son las condiciones a priori de posibilidad de la percepción. Se distinguen dos tipos de conceptos a priori: los empíricos (de la experiencia) y los del entendimiento (a priori). Se distinguen también dos tipos de juicios: de percepción, que son meros informes de las intuiciones que un individuo tiene en un momento determinado y son privados; y los empíricos objetivos, que se refieren a un objetivo por lo que son públicos.
Lo que Kant pretende explicar es cómo se convierte un juicio sobre percepciones en un juicio empírico objetivo. El conocimiento es un proceso de síntesis por el que se unifican las intuiciones sensibles. Si no fuésemos capaces de enunciar juicios empíricos objetivos, todo conocimiento en sentido estricto del término sería imposible, puesto que la experiencia se nos muestra en intuiciones inconexas. El concepto básico de “objeto” es a priori y es una condición necesaria para hacer juicios objetivos.
Kant piensa que no es posible utilizar las categorías para ampliar el conocimiento, son solo formas, principios de ordenación, útiles para estructurar y unificar la pluralidad de impresiones que nos llegan de la sensibilidad bajo la forma del espacio-tiempo. Solo hacemos uso de las categorías cuando las aplicamos a intuiciones espacio-tiempo.
Kant cree que espacio, tiempo y las categorías son formas a priori de la sensibilidad y del entendimiento respectivamente. A esta doctrina se la denomina idealismo trascendental. Kant afirma que es pensable cualquier concepto coherente. El conocimiento tiene unos límites más allá de los cuales jamás podrá llegar, que no se puede rebasar la experiencia.
Kant afirma la existencia de dos fenómenos, los físicos (sensibilidad externa) y los psíquicos (sensibilidad interna). Las ideas de la razón son tres: la idea del mundo como totalidad (fenómenos físicos), la idea del alma (fenómenos psíquicos) y la idea de Dios (fenómenos físicos y psíquicos). El uso especulativo de las ideas de la razón es absolutamente legítimo y el uso regulativo tiene la labor de orientación.
Aristóteles: La Filosofía del Ser y la Ciudad
La ciudad es por naturaleza anterior a la familia y al individuo, es más importante que estos. Las comunidades están compuestas por elementos que contribuyen a una unidad natural, donde la función de cada elemento está subordinada a la del conjunto. Para Aristóteles, en la sociedad está el hombre, no puede desarrollarse aislado, necesita de los demás para satisfacer sus necesidades. Está dotado de lenguaje, lo que le permite comunicarse con el resto de personas. Es también, por naturaleza, un animal político, y la polis es la sociedad perfecta porque posee los medios adecuados para conseguir sus fines.
Clasificación de las Ciencias
Aristóteles clasifica las ciencias en:
- Teóricas: su finalidad es alcanzar el conocimiento en cuanto tal.
- Prácticas: su finalidad es dirigir la acción humana individual o colectiva.
- Productivas: son técnicas empíricas encaminadas a la producción de cosas concretas.
El logro más importante fue la lógica aristotélica, es la ciencia del razonamiento y por ello es previa y necesaria a toda otra ciencia, es el estudio del pensamiento en su esfuerzo por expresar las cosas. Hay dos sentidos del verbo ser: el sentido absoluto, que significa que algo existe, y el sentido relativo, cuando existen diversas maneras de atribuir cosas a un sujeto.
Aristóteles defiende la doctrina sobre el juicio, es una proposición en la que se da la unión de la categoría y un verbo, y en la que se afirma o niega algo de otra forma. Se pueden clasificar según la cualidad (afirmativas o negativas) y según la cantidad (universales o particulares). El silogismo es un proceso deductivo pues se obtienen verdades particulares a partir de las generaciones. El silogismo da lugar a la ciencia con la experiencia.
El Cambio y la Naturaleza
El problema del cambio es cualquier proceso de cambio, implica un tránsito ilegítimo del ser al no ser y viceversa. Todo cambio supone que algo deje de ser lo que era para convertirse en otra cosa diferente, pero tiene que haber un intermediario entre el ser y el no ser. Justo al ser en potencia, Aristóteles habla del ser en el pleno sentido de la palabra, lo denomina ser en acto.
De la distinción entre potencia y acto se sacan dos conclusiones: que el cambio es un proceso en el que el ser cambia algunas cualidades y que es el resultado de la actualización de esas potencias que los seres van actualizando a lo largo de su vida. Eso que permanece siendo el mismo a lo largo del cambio, se denomina materia, que adquiere sus cualidades al incorporar formas.
Hay un cambio que afecta a la esencia del ser, el cambio sustancial en el que existen dos tipos: los de generación, proceso del cual surge una sustancia que antes no había; y los de corrupción, cuyo resultado es la destrucción de una esencia.
La naturaleza es principio y causa del movimiento. La actividad de los seres vivos está orientada a la consecución de unos objetivos. De esta afirmación se deriva la concepción teleológica de lo natural. Para que un cuerpo pueda adquirir un nuevo estado es preciso que exista una causa que haga posible el tránsito.
Aristóteles fue el primero en efectuar observaciones matemáticas, sobre todo con animales. El ser vivo cumple con sus funciones naturales con una serie de órganos, sin embargo, le falta el alma, que es lo que le anima y lo hace vivir. El alma es una entidad no material y eterna que pertenece a otro mundo y vive prisionera en el cuerpo y desaparece cuando muere el cuerpo.
Se distinguen tres niveles de vida: la vegetal, lleva a cabo las funciones vitales mínimas; la sensitiva, recibe información del medio; el apetito, atracción por aquello que ha captado a través de los sentidos y el movimiento. Aristóteles distingue en el hombre las potencias del alma: la vegetación, propia de todos los seres vivientes; y la sensitiva, es la capacidad específica del ser humano, la cual tiene dos funciones, la intelectual y la volitiva.
Ética y Conservadurismo
La moral para Aristóteles es la búsqueda de la felicidad. Se dedicó a dos conceptos: el bien, es el fin de la conducta humana; y la virtud, es el camino que conduce al bien propio del hombre. La auténtica felicidad de los seres humanos consiste en la teoría, es decir, en la contemplación, pero la felicidad que aporta es imposible sin un determinado nivel económico y un bienestar externo.
En cuanto al conservadurismo aristotélico, Aristóteles defiende la esclavitud como algo natural así como la supremacía del hombre sobre la mujer. Este conservadurismo es el deseo de conservar la polis como estructura de la convivencia. Lo más perjudicial para la sociedad es el cambio de leyes de la misma.