Kant y la Metamorfosis del Conocimiento: Un Nuevo Enfoque Filosófico

Parte A: El Desafío de la Metafísica según Kant

Kant aborda el dilema de la metafísica como un tipo de conocimiento que, a diferencia de las ciencias naturales y las matemáticas, no ha logrado establecerse de forma sistemática y confiable. Su naturaleza especulativa y su dependencia de conceptos puros, sin respaldo en la experiencia, han dificultado alcanzar un consenso y un verdadero progreso.

La idea principal de Kant es que la metafísica carece de un método adecuado que la lleve a conclusiones firmes y universalmente aceptadas. Mientras que otras disciplinas han encontrado un camino claro, la metafísica sigue siendo un “campo de batalla” lleno de debates interminables y sin avances significativos.

Este problema se explora en la Crítica de la Razón Pura, donde Kant examina los límites y las posibilidades del conocimiento humano. No rechaza la metafísica en sí, pero critica su falta de rigor metodológico al intentar conocer realidades que van más allá de la experiencia sin un método apropiado.

Un término clave en su análisis es “andar a tientas”, que describe la forma errática en que ha funcionado la metafísica. Esta disciplina, al no tener un criterio seguro, ha avanzado sin un rumbo claro ni bases sólidas que permitan obtener resultados verificables.


Parte B: La Búsqueda de un Nuevo Método

Kant plantea un problema filosófico: ¿por qué la metafísica aún no ha encontrado un camino seguro hacia la ciencia? Se cuestiona si la metafísica es, en realidad, imposible o si simplemente ha estado tomando un rumbo equivocado. Esto lo lleva a explorar la posibilidad del conocimiento metafísico: ¿puede la razón humana alcanzar verdades sólidas más allá de la experiencia, o está condenada a una especulación sin fundamento?

Su tesis es que la metafísica podría avanzar si se atreve a cambiar su método, al igual que las matemáticas y las ciencias naturales, que lograron grandes progresos gracias a una revolución en su enfoque. Kant sugiere que la metafísica necesita una transformación similar para obtener resultados concretos.

La problemática del texto es el planteamiento que se enmarca en su propuesta de una revolución copernicana en la metafísica. En lugar de rendirse ante su aparente fracaso, la razón debe cambiar su perspectiva para encontrar un método adecuado. Su comparación con la ciencia refuerza la idea de que el problema no está en la metafísica en sí, sino en el método que se ha utilizado hasta ahora.


La palabra clave aquí es “revolución”, que hace referencia al cambio de método en el conocimiento científico que ocurrió cuando se abandonaron los supuestos tradicionales. Kant sostiene que la metafísica necesita una transformación similar en su forma de abordar sus problemas.


Parte C: La Revolución Copernicana en el Conocimiento

El problema filosófico que aborda Kant es: el conocimiento no se amolda a los objetos, sino que son los objetos los que deben ajustarse a nuestra forma de conocer. Esto abre un debate sobre la relación entre el sujeto y el objeto en el proceso de conocer. Kant critica la visión tradicional, según la cual el conocimiento debe reflejar fielmente la realidad externa, y en su lugar, sostiene que lo que experimentamos se organiza conforme a nuestras propias estructuras cognitivas.

Su tesis central es que el conocimiento a priori solo es posible cuando la experiencia se ajusta a nuestras categorías y formas de intuición. Para explicarlo, recurre a una analogía con Copérnico: así como este revolucionó la astronomía al sugerir que es el espectador quien se mueve y no las estrellas, Kant argumenta que la mente no se adapta pasivamente a los objetos, sino que estos se conforman a nuestra estructura cognitiva.

La problemática del texto es que este planteamiento es esencial en su pensamiento, ya que introduce el concepto de idealismo trascendental. Según esta teoría, el conocimiento humano no es un simple reflejo de la realidad, sino que está determinado por las condiciones a priori de la sensibilidad y el entendimiento. Esta idea es el núcleo de su Crítica de la Razón Pura y supone un giro radical en la filosofía moderna.

Un término clave en su sistema es “intuición”, que en Kant no significa una percepción pasiva, sino el modo en que los objetos se nos presentan a través de las condiciones a priori del espacio y el tiempo, establecidas por nuestra propia facultad de conocer.


5.2.1. Síntesis de Racionalismo y Empirismo en Kant

Immanuel Kant (1724-1804) propuso una síntesis entre el racionalismo (Descartes, Leibniz, Spinoza), que sostenía que el conocimiento proviene solo de la razón, y el empirismo (Locke, Berkeley, Hume), que afirmaba que todo conocimiento deriva de la experiencia sensible.

Kant reconoció méritos y limitaciones en ambas corrientes. Apreció la confianza del racionalismo en las estructuras de la razón, pero rechazó su idea de que se pudiera conocer la realidad sin recurrir a la experiencia. Del empirismo valoró su énfasis en la experiencia sensible, pero criticó su incapacidad para fundamentar las leyes científicas universales.

La síntesis kantiana sostiene que, aunque todo conocimiento comienza con la experiencia, no todo proviene de ella. Kant propuso que existen estructuras a priori en el sujeto cognoscente que organizan y hacen posible la experiencia.

5.2.2. El Problema Básico de la KRV («Crítica de la Razón Pura»)

La Crítica de la Razón Pura (1781) de Kant examina cómo es posible el conocimiento científico y los juicios sintéticos a priori. El término «crítica» se refiere a un análisis profundo de los límites y capacidades de la razón pura, independiente de la experiencia. Kant estudia la facultad cognoscitiva humana y sus principios a priori para definir sus límites y posibilidades.

El objetivo principal de la obra es establecer las condiciones que hacen posible el conocimiento objetivo, especialmente el científico. Kant busca fundamentar la validez de las ciencias, en particular la física newtoniana, como respuesta al escepticismo de Hume sobre conceptos como la causalidad.


5.2.3. Condiciones de Posibilidad de Toda Ciencia (Juicios Sintéticos a priori)

Kant distingue entre juicios analíticos, donde el predicado está contenido en el concepto del sujeto (como «todos los cuerpos son extensos»), que son a priori, universales y necesarios, pero no amplían el conocimiento, y juicios sintéticos, que añaden información nueva al sujeto (como «este cuerpo pesa cinco kilogramos») y tradicionalmente se consideraban a posteriori, derivados de la experiencia.

Kant innovó al proponer los juicios sintéticos a priori, que amplían el conocimiento sin depender de la experiencia. Estos juicios son clave para las ciencias, como la matemática y la física, y definen las condiciones del conocimiento científico.

5.2.4. La Revolución Copernicana de Kant en el Conocimiento

Kant propone un cambio radical en la forma de entender el conocimiento, similar a la revolución copernicana. En lugar de que el sujeto se adapte al objeto para conocerlo, el objeto debe adaptarse a las condiciones cognitivas del sujeto. Esto implica que el conocimiento depende de dos facultades:

  1. La sensibilidad, que recibe los objetos como fenómenos, y está estructurada por formas a priori (espacio y tiempo), que no son propiedades de los objetos, sino formas de nuestra intuición.
  2. El entendimiento, que organiza los datos de la sensibilidad mediante conceptos a priori como sustancia y causalidad.

El conocimiento resulta de la colaboración entre ambas facultades: la sensibilidad proporciona el contenido y el entendimiento lo organiza en conocimiento objetivo. Los juicios sintéticos a priori son posibles porque añaden conocimiento (gracias a las formas a priori) y son a priori por provenir de las estructuras universales de nuestras facultades.


5.2.5. Metafísica e «Ilusión Trascendental». Ideas de la Razón Pura

Kant limita el conocimiento al ámbito de los fenómenos (lo que podemos percibir y organizar con nuestras estructuras a priori) y considera que los noúmenos (las cosas en sí mismas) son incognoscibles. Esta distinción pone en cuestión la metafísica tradicional.

Kant identifica tres ideas trascendentales:

  1. Psicológica: el alma inmortal.
  2. Cosmológica: el mundo como totalidad.
  3. Teológica: Dios como ser perfecto.

Aunque estas ideas no constituyen conocimiento teórico válido, orientan la ciencia y son cruciales para la ética. Kant las transforma en postulados prácticos necesarios para la moral, llevándolas del conocimiento teórico a la fe racional práctica.

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