Contexto Histórico
La filosofía de Marx se configura como una teoría de la realidad social del siglo XIX. Marx buscó realizar una crítica radical del capitalismo burgués que se desarrollaba a gran velocidad en esa época. Sus ideas constituyeron una práctica política revolucionaria que buscaba una transformación de la realidad y de la estructura económica, política y social.
Marx criticó la función que tradicionalmente había tenido la filosofía, especialmente el idealismo alemán. La primera parte de su vida se enmarca en el contexto de la Restauración, un movimiento de reacción tras la derrota de Napoleón, quien había expandido los ideales de la Revolución Francesa por Europa. En la segunda parte de su vida, Marx se exilió en Francia e Inglaterra, sociedades donde el capitalismo estaba en pleno auge, la burguesía poseía un inmenso poder económico y el proletariado vivía en condiciones infrahumanas. Marx percibió la injusticia de esta situación social, propicia para el surgimiento del movimiento obrero, y dedicó su obra y actividad a organizar la lucha contra el capitalismo.
Comparación con Otros Autores
La revolución que Marx aportó a la historia de la filosofía es de gran importancia, pero Marx es deudor del pensamiento de Hegel. Adopta su vocabulario y al mismo tiempo lo critica, socavando sus fundamentos. Todo el materialismo de Marx está pensado en contra del idealismo de Hegel, pero Marx conserva el método dialéctico. Este término ya se encuentra en Platón, pero Hegel lo actualiza. Para Hegel, la única realidad absoluta es la idea.
La filosofía de Marx también se opone a la de Descartes, a quien acusa de idealista, y no comparte la idea del racionalismo de que el hombre es pensamiento. En cuanto a Locke, la filosofía de Marx es, en cierta forma, una especie de empirismo, ya que el único conocimiento válido para él es el que se percibe a través de los sentidos. Para Marx, la filosofía política de Locke supone un intento de justificar las instituciones que la burguesía ha creado para la explotación del proletariado. Marx rechaza la existencia de una ley natural frente a una positiva y, sobre todo, rechaza la opinión de Locke.
Por último, el marxismo realiza una crítica radical de cualquier forma de conciencia religiosa, por lo que se opone radicalmente a la filosofía de Platón y Santo Tomás. Niega la existencia de una realidad o ser superior al hombre y que el hombre sea un compuesto de cuerpo y alma. Además, la oposición con Platón se extiende al terreno político, pues mientras Marx defiende un sistema comunista, Platón defiende que el poder debe recaer sobre el filósofo gobernante.
Filosofía de Marx
Ideología
El primer concepto clave de la filosofía de Marx es la ideología. El marxismo se propone llevar a cabo una clarificación de la conciencia de los hombres para que salgan de la oscuridad en la que viven en su relación con la realidad. Esta obnubilación es provocada por la ideología, que es el conjunto de creencias que un hombre o una clase social determinada tiene en un momento determinado.
En la sociedad capitalista, la ideología es un mecanismo de la burguesía para evitar que las clases menos favorecidas se rebelen. Los factores más destacados de esta ideología han sido la religión y la filosofía. La religión tiene como objetivo buscar la resignación del explotado. La filosofía ha consistido, hasta la fecha, en el desarrollo de ideas abstractas que no hacen más que contribuir a la confusión mental de los hombres. La ideología consiste en una falsificación premeditada para ocultar al hombre su verdadera situación, que para Marx es la de alienación.
Alienación y Plusvalía
El hombre, con su trabajo, produce un determinado beneficio, pero este beneficio no pasa a ser de su propiedad más que en una pequeña parte: el salario. El tiempo dedicado por el obrero a trabajar para otro y el beneficio que en ese tiempo produce es lo que Marx denomina plusvalía, y según él, es la base de la alienación.
Materialismo Histórico
El marxismo busca la libertad del hombre. Marx consideró al hombre como un ser suficiente y autónomo. El materialismo histórico pretende ser un análisis del hombre y de su papel en la naturaleza y en la historia, con el único fin de encontrar el método que permita al hombre librarse de la injusticia que en la sociedad actual está representada por el capitalismo. El materialismo histórico debe partir de las condiciones materiales de vida y no de ideas abstractas.
La manera que tenga cada sociedad de organizar la explotación de la naturaleza es lo que Marx denomina modo de producción, concepto equivalente a sistema económico. El modo de producción no solo determina la estructura de la sociedad, sino que también determina su superestructura. Esta es un conjunto de ideas, creencias o normas empleadas por la clase social más beneficiada por el modo de producción, que las impone al conjunto de la sociedad. Hay tres tipos de superestructura:
- Jurídica
- Política
- Ideológica (con dos variantes: la religiosa, que pretende hacernos creer que es necesario resignarse, y la filosófica, que pretende inculcarnos una serie de valores).
Modos de Producción y Lucha de Clases
Marx estudia los distintos modos de producción de la historia que a lo largo del tiempo se han basado en la propiedad privada. En su opinión, a lo largo de la historia, la propiedad ha sufrido varias fases de desarrollo:
- Propiedad de la tribu
- Propiedad estatal o comunal
- Propiedad feudal
Marx llega a la conclusión de que si se quiere cambiar un modo de producción por otro, es necesario fomentar la lucha de clases, ya que solo cuando los perjudicados por el sistema se rebelan contra los beneficiados se puede producir esta sustitución. Marx defiende el modo de producción comunista.