1. La Acción Moral
1.1 No hay Personas Amoralas
Las personas somos inevitablemente morales porque a la hora de actuar imaginamos distintas posibilidades entre las que nos vemos obligadas a elegir, y tenemos que justificar nuestra elección si queremos comportarnos como seres racionales. Imaginar posibilidades, tener que elegir entre ellas y justificar la elección son tres momentos de la estructura moral de las personas, que hacen que ninguna sea amoral. Un ser amoral es cuando actúa automáticamente, por tanto no es dueño de sus actos ni responsable de ellos, como en el caso de los animales.
1.2 La Forja del Carácter
Nacemos con un temperamento, un conjunto de sentimientos y pasiones que resulta difícil modificar, también con un talante, incluso con un carácter que nos viene ya natural y socialmente dado. Pero también podemos adquirir un nuevo carácter, al elegir por nosotros mismos las propiedades que mejor nos realizan. Por eso según Zubiri y Aranguren tenemos dos tipos de propiedades: unas por naturaleza y otras por apropiación. El ser humano es como realidad moral, tiene necesariamente propiedades por apropiación. Para adueñarse de una propiedad nueva es necesario repetir actos en una misma dirección, con lo que se consiguen unos hábitos de comportamiento. Si nos predisponen a obrar bien, se los llama virtudes, si nos predisponen a obrar mal, vicios. ¿Qué hábitos pueden considerarse virtudes y cuáles vicios? Para responder a esta pregunta hemos de recurrir a la conciencia moral.
1.3 La Conciencia Moral
Conciencia significa capacidad de percatarse de algo. La conciencia moral es la capacidad de percatarse de que unas formas de vida, valores o principios son más humanizadores, moralmente mejores, que otros, es, pues, en primer lugar, la capacidad de captar los principios por los que distinguimos entre lo moralmente bueno y malo. Para tomar decisiones debemos pasar de los principios generales a los juicios concretos sobre una situación dada, la de formular juicios prácticos, teniendo en cuenta los principios generales y los datos de la situación. La mejor forma de comprender lo que exige un principio moral es tratar de aplicarlo, otra cosa es que al actuar sigamos el juicio de la conciencia o que lo desatendamos, ésta cumple la función de la autocrítica: actúa como un juez que alaba unas acciones y desaprueba otras, castigándolas en este último caso con remordimiento. De la responsabilidad solo se puede hablar cuando nos referimos a seres libres y conscientes, que han tenido la capacidad de optar y el conocimiento moral necesarios para ser dueños de sus actos.
2. Libertad y Determinismo
2.1 Libertad Externa e Interna
- Externa: Consiste en que nadie nos impida trasladarnos y actuar como nos parezca oportuno, dentro de lo que permitan las leyes y costumbres del propio país. Este tipo de libertad es el que pierde una persona cuando la meten en la cárcel. La libertad externa puede ser más o menos amplia, según sea el marco jurídico y político de una sociedad.
- Interna: Consiste en poder decidir por uno mismo sobre las cuestiones que nos afectan: es la libertad de querer una cosa u otra, la llamada libertad de la voluntad. Por ejemplo la decisión de dormir es cosa de cada uno. Si la libertad interna no existiera no tendría sentido reclamar libertad política, puesto que la libertad interna es libertad moral, es decir, la capacidad para conducir la propia vida conforme a los propios criterios.
2.2 Determinismo y Libertad Interna
Si la libertad interna es la facultad de la voluntad para actuar en un sentido u otro sin ser determinada por algo ajeno a ella, debe ser capaz de iniciar una serie de causas sin que el acto por el que se inicia la serie tenga una causa, ya que entonces el acto no sería libre. Desde antiguo, el fenómeno de la libertad ha conducido a una aporía, a un callejón sin salida entre las actitudes siguientes:
- Determinista: La de quien está convencido de que nada acontece sin causa, actitud que es determinista si pretende explicar también causalmente la conducta humana.
- Libremente: La conciencia espontánea que tenemos de actuar en ocasiones libremente, aunque estemos condicionados a obrar en un sentido u otro.
2.3 Condicionamiento y Determinación
Estar condicionado es totalmente distinto a estar determinado. Estar condicionado significa que no se tiene libertad absoluta y total, pero que se conserva la libertad suficiente como para saberse responsable de los propios actos. Estar determinado significa negar absolutamente la posibilidad de comportarse con libertad. La libertad humana está condicionada por el medio social y la educación, por la situación económica y política que vivimos, de suerte que no somos absolutamente libres. Pero todos estos factores no nos impiden tomar la iniciativa al actuar con libertad, salvo en casos excepcionales.