En la alegoría de la caverna, el fuego es un símbolo del papel que corresponde en la realidad al SOL, mientras que el sol a su vez es un símbolo del BIEN. El mundo exterior en esta comparación hace referencia al mundo INTELIGIBLE, mientras que las sombras son una representación de las imágenes que vemos en el mundo SENSIBLE.
En La República, Platón establece la existencia de 2 tipos de entidades con características opuestas: las que pertenecen al mundo SENSIBLE, que son imperfectas y MUTABLES, y las que residen en el mundo de las ideas, las cuales son PERFECTAS e inmutables.
De acuerdo con la teoría platónica, el objeto del verdadero conocimiento son las IDEAS que no pueden aprenderse por medio de los SENTIDOS, sino únicamente con la RAZÓN, ya que las cosas del mundo SENSIBLE están sujetas a un devenir.
En La República, el ideal es una sociedad en la que el gobierno de la polis sea ostentado por los FILOSOFOS. En la teoría de la justicia expuesta en esta obra, los gobernantes encarnan la virtud de la FORTALEZA. En todas las demás clases y, especialmente en la clase productiva, reside la virtud de la TEMPLANZA.
En la teoría política de La República, podrían ser gobernantes tanto los hombres como las MUJERES, pero ambos deberían conocer la idea del BIEN, que se alcanza por medio de la RAZÓN y no podrían poseer familia ni propiedad PRIVADA.
El alma, según la teoría platónica expuesta en La República, tiene 3 partes. La concupiscible, cuya virtud es la TEMPLANZA, la parte IRASCIBLE, cuya virtud es el valor, y finalmente la parte RACIONAL, que tiene como virtud principal la SABIDURIA.
Contexto filosófico
Su fracaso en Siracusa le lleva a fundar en Atenas un centro para educar a ciudadanos y gobernantes, la Academia. Los sofistas ya habían propuesto la educación como medio de mejora. Los sofistas se convierten en educadores de quienes quisieran ascender en ese contexto político. Para ellos, la educación tiene una finalidad que consiste en enseñar retórica, el uso del lenguaje como medio de persuasión del Consejo, Asamblea o Tribunales populares. Sin embargo, Platón la entiende de modo distinto, y por eso su filosofía desembocará en una crítica no sólo a la explicación sofista del hombre y de su dimensión ético-política, sino también a la corrupción del sistema político que había permitido el ascenso de un modelo educativo y ético, que había desembocado en una permanente crisis. La concepción platónica del ser y de su conocimiento responde a la búsqueda de un fundamento a su nueva propuesta antropológica y ético-política. Ahora bien, esos argumentos platónicos contra los sofistas se nutren de ideas que circulaban en su contexto, especialmente de Sócrates y algunos presocráticos. Su pensamiento continuará la crítica al pensamiento sofista y al mecanicista de algunos presocráticos iniciada por su maestro. Éste propuso el concepto y el razonamiento inductivo como medio para superar el relativismo y el subjetivismo. Platón irá más allá y dotará de realidad objetiva al concepto introduciendo las Ideas. También asumirá el intelectualismo moral de su maestro. La segunda fuente que alimenta la propuesta platónica es la presocrática. De la escuela pitagórica asumirá la importancia de las matemáticas, su dualismo antropológico, la identificación del hombre con su alma racional y la reencarnación. En segundo lugar, las Ideas de Platón tendrán, excepto el de “ser único”, los rasgos del ser de Parménides. También asume su dualismo gnoseológico así como que lo sensible es el terreno de la opinión y del ser no verdadero. De Heráclito acepta su visión del mundo sensible como un mundo en perpetuo fluir, y que, por tanto, no puede ser susceptible de conocimiento verdadero, aunque Platón no aceptará, como sí lo hacía él de Éfeso, que ese ámbito fuera real. Finalmente, el ateniense criticará el mecanicismo atomista (aunque recoge su concepción de la materia: caótica, informe y eternamente en movimiento) y defenderá una explicación teleológica cercana a Anaxágoras, aunque la llevará hasta sus últimas consecuencias, eliminando cualquier vestigio mecanicista de su cosmogonía.
COMPARACIÓN
Platón defiende que los conceptos generales no son solo objetivos sino que tienen existencia independiente del sujeto que los piensa. La de Nietzsche es una postura radicalmente opuesta: únicamente hay perpetuo devenir caótico, por tanto insumiso de suyo a cualquier etiquetaje conceptual. Si Platón pretende en sus diálogos definir los grandes conceptos (continuando como Sócrates) Nietzsche, por el contrario, sustituye el lenguaje conceptual por el metafórico. La consecuencia de renunciar a un lenguaje que refleje objetivamente la realidad es el perspectivismo: cada uno inventa las verdades que se le parezcan. Platón piensa que es posible un conocimiento universal y certero. En Nietzsche, la verdad es un asunto de perspectiva: cada uno debe crear sus verdades / valores. Para Nietzsche, la sensibilidad es la única vía de conocimiento posible; para Platón, es el camino del error y del mero opinar. En cuanto al ámbito metafísico, en Nietzsche, la realidad son fuerzas que quieren expresar su poder, un mundo material, sensible, caótico… Platón defiende un mundo ideal, eterno, inteligible, inmutable y perfecto: el mundo de las Ideas, organizado con la Idea del Bien. Platón está a favor de un mundo eterno y Nietzsche lo está de una concepción dinámica de la realidad. Platón es partidario de la fórmula característica de la metafísica tradicional. Para Nietzsche ocurre justamente lo contrario. Para Nietzsche sólo existe este mundo y Por el contrario, en Platón, el mundo de las Ideas constituye el eje sobre el que giran todos los aspectos de su filosofía. En el ámbito ético, para Nietzsche, el hombre es una realidad única mientras que Platón parte de la relación conflictiva entre cuerpo y alma, en la que permanece prisionera de aquel. Hablando de Individualismo frente a colectivismo, Nietzsche es partidario en general del individualismo, y Platón por el contrario se muestra colectivista.