La Alienación del Trabajo y el Materialismo Histórico según Marx

Marx: La Alienación del Trabajo

En el sistema burgués capitalista, se produce la alienación del trabajo.

Trabajar consiste en transformar un objeto o materia prima, empleando unos medios o instrumental, mediante la actividad humana, que utiliza sus energías y destrezas.

Alienación o enajenación es perder algo que es propio y acaba pasando a otras manos, ajenas y distintas de las propias. En efecto, en el sistema burgués según es descrito por Marx, el operario pierde:

  • La fuerza de trabajo en jornadas interminables.
  • El producto de su trabajo, que no ve, ni aprecia ni disfruta, porque se convierte en un objeto para el mercado.
  • A sí mismo, que se ve transformado en mercancía a cambio de un salario.
  • La existencia o la vida en una actividad agotadora, que solo se mantiene para seguir en el trabajo.

En alienación, Marx utiliza dos términos sinónimos a los que da sentidos distintos.

Enajenación: Se refiere a lo que ocurre cuando en la relación sujeto-objeto, el sujeto transfiere al objeto algo de sí mismo, que pierde cuando el objeto pasa a otras manos.

Alienación: Se refiere a la enajenación forzosa y destructiva. En el modo de producción capitalista el objeto pasa a manos del capitalista. El fundamento de este análisis está en la plusvalía.

Formas de Alienación

Resumiendo, cabe distinguir las siguientes clases de alienación: infraestructural o económica y superestructural o ideológica. A su vez, en esta última podemos distinguir entre alienación social, política, religiosa y metafísica.

A) La alienación económica

Consiste en la explotación del obrero en cuanto que el obrero es: desposeído de los objetos que produce; no es dueño de su actividad; su mundo se transforma en un mundo deshumanizado y objetivado. El objetivo de Marx a este respecto consiste en la abolición de la propiedad privada de los medios de producción.

B) La alienación social

Consiste en la división de la sociedad en clases. En la sociedad capitalista los seres humanos quedan clasificados de acuerdo con los bienes materiales que poseen. El objetivo marxista consistirá, pues, en la eliminación de todas las clases.

C) La alienación política

Es el resultado de la división del trabajo: unos mandan y otros obedecen. El Estado, en lugar de servir a la sociedad, tiende a esclavizarla en provecho de los intereses de los gobernantes. Su misión consiste en administrar la explotación del proletariado, de ahí que Marx señale que el obrero no tiene patria y que predique el internacionalismo proletario: «proletarios de todos los países, uníos». Desde este punto de vista, la aspiración última de Marx es la abolición del Estado, de todos, y convertir el mundo entero en patria de la humanidad.

D) La alienación religiosa

Consiste en la evasión de la realidad hacia un mundo trascendente e ilusorio, que sirve de consuelo y esperanza para una situación mundana desgarradora e injusta. En este aspecto, Marx rechaza todas las religiones y niega toda trascendencia, según él, Dios no existe y «la religión es el opio del pueblo», pues tiende a adormecer la praxis revolucionaria y la liberación de los seres humanos. La religión, como el resto de la ideología, está al servicio de la clase dominante.

E) La alienación metafísica

Consiste en servir de justificación racional al orden establecido, limitándose a ensartar prejuicios rentables para la clase dominante.

El Capital y la Plusvalía

Capitalistas y proletarios mantienen relaciones de la más estricta jerarquía en la producción de las mercancías. Marx analiza estas situaciones en «El Capital». Los productos tienen dos tipos de valor: El valor de uso depende de la necesidad que puede satisfacer un producto de acuerdo con su naturaleza y calidad. El valor de cambio depende del trabajo empleado para producir un objeto, las horas necesarias para producir algo son trabajo humano.

La plusvalía, que es el valor complementario del trabajo no pagado del que se apropia el capitalista, este valor extra apropiado por el capitalista es, según Marx, fuerza de trabajo no pagada y contribuye a la acumulación de capital por parte del capitalista.

Marx establece así dos leyes perfectamente imbricadas entre sí: la ley de acumulación del capital por parte de los capitalistas y la ley de la miseria creciente del trabajador, que a medida que el capital se acumula, tiene que empeorarse la situación del obrero, cualquiera que sea su paga. Esta ley implica una acumulación de miseria correspondiente a la acumulación de capital.

Dialéctica Hegeliana

Marx reinterpreta en su materialismo dialéctico la dialéctica hegeliana. Así, la realidad es una, pero es material (susceptible de ser captada por el conocimiento sensitivo-racional del hombre). La realidad es dialéctica, es decir, tiene tres polos: Objeto, Sujeto e Idea, que coexisten relacionados y sometidos a las leyes de la dialéctica. Puesto que la realidad es material, el polo desencadenante de la relación es el objeto, que en contraste con el sujeto genera la idea, que transforma el objeto a través del sujeto, etc. Las leyes de la dialéctica son las siguientes:

  • Ley de lucha de contrarios: Los tres polos de la realidad están permanentemente en lucha de contrarios. De la confrontación surge lo nuevo.
  • Ley de la negación de la negación: El objeto es la tesis, que es negado por el sujeto, que es la antítesis, y ambos son negados por la idea, que es la síntesis.
  • Ley del salto cualitativo: La acumulación de cambios cuantitativos da lugar a un cambio cualitativo cuando aquellos alcanzan su punto nodal.

Desde que aparece el hombre, en el proceso dialéctico se introduce un elemento (la acción consciente del hombre), que altera, inevitablemente, en un sentido u otro la marcha de la realidad. Desde ese momento, la realidad es, para Marx, historia. Por ello, introduce Marx el concepto de materialismo histórico.

Leyes del Materialismo Histórico

a) La historia es explicable mediante leyes.

b) La historia es la historia de la lucha de clases: Roma (patricios y plebeyos); Edad Media (señores feudales y siervos); Ilustración (nobles y burgueses). Una vez en el estadio Comunista, el proceso llegará a su final.

c) Las fuerzas determinantes de la evolución (o la revolución) histórica son las fuerzas económicas y materiales de la vida humana, las cuales constituyen su infraestructura.

En definitiva, el materialismo histórico sostiene que las relaciones que el hombre establece con la naturaleza y con los demás hombres son relaciones materiales; los hombres obtienen de la naturaleza los bienes que necesitan para subsistir. Luego producen e intercambian dichos bienes materiales para satisfacer sus necesidades materiales. Esto es la producción social de la vida.

Estas relaciones son las que dan origen, en última instancia, a la ideología o superestructura y a la estructura jurídico-política del Estado: «No es la conciencia del hombre la que determina su ser, sino que es el ser social -la sociedad- el que determina la conciencia del hombre». Según Marx, la Historia, en su evolución debida a la lucha de clases, se encamina hacia una sociedad sin clases.

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