Contexto cultural
Descartes es ampliamente considerado como uno de los primeros y más representativos filósofos modernos. Por ello resulta interesante señalar en primer lugar algunos de los cambios de calado que van
a caracterizar el paso de la Edad Media a la Edad Moderna, como por ejemplo el paso del feudalismo al capitalismo, o el paso del teocentrismo al antropocentrismo (ejemplificado por el humanismo renacentista). Muchos autores han descrito el Siglo XVII como un momento de crisis de las conciencias, un punto convulso de la Historia de Europa en el que se produjo una profunda transformación de las
mentalidades que daría lugar a consecuencias de largo alcance que han modelado el mundo en el que vivimos. En este sentido destacaremos principalmente:
-La Revolución científica: en los siglos XVI y XVII surge un grupo de científicos que, basados en
los nuevos principios metodológicos de observación, experimentación y formulación
matemática, van a modificar en profundidad nuestra concepción del mundo y van a dar lugar a
una revolución tecnológica que explica nuestro mundo actual. Como muestra de lo primero
basta con señalar el paso del geocentrismo al heliocentrismo efectuado por Copérnico. De
hecho, en vida de Descartes se produce el proceso a Galileo por su defensa del heliocentrismo copernicano (en lo que coincidirá el filósofo francés), ejemplo paradigmático del conflicto entre Ciencia y Religión. Son muchos los científicos destacables que se podrían mencionar además del físico toscano y el astrónomo polaco: Kepler y Brahe, en astronomía; Huygens o Torricelli en física, o Boyle, en química,
no son más que algunos ejemplos de este periodo de esplendor intelectual que tiene como figura culminante a Isaac Newton.
– La ruptura de la unidad religiosa en Europa: Las 95 tesis de Lutero y la reforma luterana desencadenarían a partir de 1517 un proceso de profundas e importantísimas consecuencias que darían lugar a conflictos políticos, bélicos y económicos cuyo máximo exponente sería la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), en la que el propio René Descartes participó como soldado tras sus estudios académicos. Como resultado de este importante proceso nacerán diferentes grupos protestantes que dinamitaran la uniformidad religiosa en Occidente: luteranos, calvinistas, anglicanos, anabaptistas, etc.Se puede decir que Europa es el territorio de una guerra cultural entre Reforma y Contrarreforma.
– En política triunfan las tesis absolutistas, defendidas en el plano teórico por autores como Hobbes y ejemplificadas por monarcas absolutistas como Luis XIV.
– Es necesario también resaltar la importancia fundamental de la imprenta de Gutenberg para la
expansión de la cultura a mayores sectores de la sociedad. La propia reforma luterana, que
preconiza la traducción de los textos sacros a las lenguas vernáculas para acercar la palabra de
Dios, va a favorecer el desarrollo de la imprenta, y pronto se utilizará para la difusión también
de literatura profana.
– El Barroco es el movimiento cultural y artístico que se desarrolla durante el Siglo XVII y que se caracteriza en escultura, arquitectura y literatura por la profusión ornamental. En escultura y en arquitectura se puede destacar a Bernini y a Borromini. En cuanto a la pintura, con una fuerte tendencia realista, tenemos grandes figuras como Velázquez o Rembrandt. En el ámbito literario, los siglos XVI y XVII constituyen el llamado «Siglo de Oro español», con autores como Cervantes, Calderón, Lope de Vega y Quevedo, y en otras naciones europeas destacan grandes dramaturgos como Shakespeare o Molíère. El arte Barroco en sus temáticas constituye el reflejo de una mentalidad de cierto pesimismo existencial, primando temas como la fugacidad
de la vida.
Contexto filosófico
– En primer lugar nos gustaría señalar que se suele afirmar que con la aparición de la filosofía
moderna se produce un giro epistemológico en la Historia de la Filosofía: si en la Edad Antigua y
la Edad Media la filosofía trata sobre «las cosas», en la Edad Moderna se centra en «las ideas de
las cosas».
– La Edad Moderna es una época de grandes incertidumbres, provocadas por un tiempo en el
que antiguas certezas se tambalean (como determinados dogmas religiosos – y, a pesar del
progresivo proceso de antropocentrismo, las cuestiones religiosas eran capitales para cualquier
persona de este tiempo-; o por cuestiones tan elementales como si la tierra se mueve o no).
En este sentido, una de las corrientes filosóficas más fuertes al comienzo de esta época es la escuela escéptica, con autores como el genial Montaigne y sus «Ensayos». Descartes será conocedor de estos planteamientos, así como de los autores escépticos de la Antigua Grecia (con autores como Pirrón de Elis). Sin embargo es necesario subrayar que el planteamiento cartesiano no es un ejercicio de escepticismo, Descartes no cree ni asevera que se pueda dudar
de todo, la duda de Descartes no es escéptica, sino «metódica»: aplica una duda radical y
sistemática con el objeto de encontrar justamente algo de lo que no se pueda dudar.
– Asimismo es importante destacar que la filosofía cartesiana se construye en oposición a la
filosofía medieval y la Escolástica, cuyos autores preponderantes (entre los cuales, cómo no,
destacar a Tomás de Aquino) tienen como máxima autoridad filosófica a Aristóteles. En este
sentido cabe destacar dos puntos importantes: la propia metodología cartesiana intenta
proveer un nuevo método que sustituya al método silogístico de Aristóteles. Asimismo, en el
planteamiento mecanicista de Descartes sólo resulta operativa la causa eficiente, descartando
las otras tres causas presentes en la teoría aristotélica de las cuatro causas (formal, material y final).
– Al final de la Escolástica encontramos a un autor como Guillermo de Ockham que socava los
principios fundamentales de esta corriente y que propicia la separación de Fe y Razón.
Asimismo, la navaja de Ockham constituye un principio metodológico que va a favorecer la
investigación empírica.
– Para Galileo Galilei, la naturaleza es un libro que está escrito en caracteres matemáticos. Descartes identifica el mundo material con la «extensión», y ésta resulta cuantificable, esto es, codificable en datos numéricos. Por lo tanto, ambos coinciden en este planteamiento. Esta concepción físico matemática de la realidad que defiende el mecanicismo y que va a resultar de
la Revolución científica tiene en Descartes uno de sus más firmes defensores.
– Dos de las más importantes corrientes filosóficas de la Modernidad son el Racionalismo y el Empirismo. Descartes pertenecerá al primer grupo de pensadores (junto a Spinoza y Leibniz),
que defiende que la base del conocimiento es la Razón, y que existirían ciertas ideas que
formarían parte de nuestra estructura racional y que por tanto no provendrían del
conocimiento sensible. Estas ideas se llamarían «innatas». Por el contrario, los empiristas
(Locke, Hume, Berkeley), para los que el conocimiento proviene de los sentidos, niegan la
existencia de tales ideas innatas, ya que consideran que al nacer somos como una «tabula
rasa», es decir, que nuestra mente es como una «hoja en blanco» al nacer y que las ideas se van
formando a partir de la experiencia sensible.
– Otro importante teórico empirista es Francis Bacón. Y si en la filosofía cartesiana encontramos
la búsqueda de un nuevo método que sustituya al aristotélico y en ella tiene un gran papel la
«deducción» como procedimiento lógico, en el «Novum Organum» de Bacón se postula la
utilización de la inducción como base de la investigación experimental para sustituir el método aristotélico