Pautas para el Desarrollo de la Disertación
1. Lo que sigue no es un desarrollo completo, ordenado y sistemático de la respuesta a la pregunta como disertación, sino solo una serie de sugerencias para tal desarrollo.
2. Hay que dejar claro el carácter empirista de la crítica. Ello se puede hacer de dos modos:
- Comenzar hablando de racionalismo y empirismo, exponer los principios del empirismo (origen y fundamento del conocimiento, cuestiones de hecho y principio de causalidad) y las bases de la teoría empirista del conocimiento de Hume (impresiones > ideas; relaciones de ideas y cuestiones de hecho).
- Enfatizar estos aspectos durante la exposición.
3. Conviene distinguir muy claramente entre qué se entendía tradicionalmente por el principio de causalidad —antes y al margen de la crítica de Hume— y después en qué consiste exactamente la crítica de Hume. Para que quede claro, al final debería hacerse un balance sobre el nuevo valor del principio, según Hume, distinguiéndolo del anterior. Por ejemplo:
- Ciencia > Creencia
- Verdad > Probabilidad
- Necesidad lógica o física > Necesidad psicológica (costumbre, hábito)
- Deducción racional a priori > Inducción empírica a posteriori
El Planteamiento Tradicional y la Ruptura Humeana
4. Se suponía previamente que la conexión causal es un principio racional, necesario, pero acerca de los hechos. Es decir, no una mera relación de ideas, pues trata de los hechos del mundo, pero sí necesario. El principio se enuncia de la siguiente manera: todo lo que sucede (lo que es un hecho), se debe a una causa; o, de otro modo, todo lo que empieza a existir (hecho, contingente), se debe a una causa. Nadie defiende que el principio de causalidad sea una relación de ideas (ver Compendio [11]), pues las relaciones de ideas no se refieren a los hechos. El principio de causalidad pretende ser sintético (relativo a hechos), pero a priori (racional, no empírico): así lo planteará después Kant. Hume no admite la posibilidad de mezclar el carácter sintético, propio de las cuestiones de hecho, con el carácter a priori, propio de las relaciones de ideas. Por tanto, ve que el planteamiento tradicional del principio de causalidad es contradictorio. Él opta por plantearlo sin más como una cuestión de hecho y, por tanto, pierde su carácter a priori y necesario (lógico). Con su crítica pasará a ser a posteriori (inducido) y su necesidad se quedará en psicológica.
La Búsqueda del Fundamento Empírico de la Causalidad
5. El carácter empirista de la crítica lleva a buscar en qué impresiones se basa la idea de causa, la relación causa-efecto. Se trata de una idea compleja o de una relación o conexión, resultante de la asociación de ideas. No hay fundamento empírico (impresión) de la conexión en sí misma: toda conexión es producto de la mente (ver Compendio, [35]). No hay más que experiencia o impresión de:
- Contigüidad
- Prioridad (temporal de la causa sobre el efecto)
- Conjunción constante
- Semejanza
como fundamento de la idea compleja o de la inferencia causal. Obsérvese el carácter de principios de asociación de ideas de la contigüidad y la semejanza.
Consecuencias para la Noción de Ciencia: Universalidad y Necesidad
6. Las leyes o teorías científicas pretenden ser universales y necesarias. Con la semejanza y la conjunción constante, Hume da una explicación empírica, no racional, de la universalidad y la necesidad que esperamos de la ciencia. Se verá que, según Kant, la universalidad y la necesidad solo pueden ser producto de la razón; de lo contrario, la ciencia se reduce a creencia, como en Hume.
7. La conjunción constante —el «siempre»— es el fundamento empírico de la necesidad que se supone en la conexión causal. Pero la necesidad resultante ya no es lógica, sino inducida (probabilidad) y psicológica (costumbre, hábito).
8. La semejanza es el fundamento empírico de la universalidad y la generalización que se supone también en el principio de causalidad. El ámbito de generalidad se limita a las cuestiones de hecho.
La Causalidad como Inducción y Predicción
9. El principio de causalidad es como una ley o fórmula matemática c → e, en la que c es una variable que representa cualquier objeto semejante a la bola 1, que cumpla las funciones de causa, y e es la variable que simboliza cualquier objeto semejante a la bola 2, que cumpla las funciones de efecto. Es, por tanto, como en la física matemática, una generalización obtenida por inducción a partir de la experiencia de los casos. A esa generalización se llega en función de la semejanza entre los casos experimentados: causas semejantes producen efectos semejantes en casos semejantes; se supone que los casos futuros serán semejantes a los pasados (presupuesto o principio de la regularidad de la naturaleza). Como las fórmulas matemáticas, el principio de causalidad sirve para el cálculo y la predicción de acontecimientos.
Implicaciones: La Ciencia como Actividad Humana y su Aplicación
10. Tradicionalmente se consideraba la ciencia como racional y la moral como cuestión de costumbres y sentimientos. Con la crítica humeana, la causalidad, que es la columna vertebral de la ciencia racional, se reduce también a costumbre y sentimiento, con lo que la ciencia pasa a fundamentarse en la moral (ciencia del hombre). La ciencia es una actividad humana.
11. Hume siempre concluye su crítica de la causalidad física mostrando que, con su nueva forma de explicarla —menos rígida e infalible; probable, incierta, psicológica…— es igualmente aplicable a las acciones humanas, en la medida en que en estas también se da algún tipo de regularidad, aunque solo sea la de la costumbre o la de la motivación. Es decir, si analizamos la conducta humana, no desde el punto de vista de la moral tradicional, que presupone el libre albedrío absoluto, sino desde el punto de vista de la psicología, como estudio de las leyes del comportamiento humano, entonces el mismo principio de causalidad es el que rige tanto en la naturaleza física como en la naturaleza humana.
Análisis del Término «Comparación de Ideas» en el Contexto Humeano
Significado General
Comparación de ideas = Relación de ideas ≠ Cuestiones de hecho.
Relación de ideas: Se refiere a juicios o inferencias puramente racionales, deductivas, analíticas (no sintéticas), lógicas, necesarias (no puede ser de otro modo, lo contrario es imposible, se rige por el principio de no contradicción), a priori. No se refieren, por tanto, a hechos, sino a leyes del pensamiento (lógica o matemática).
Ejemplos:
- A es A.
- Los triángulos tienen tres ángulos.
- Todo padre ha tenido algún hijo.
¿Y «Todo efecto tiene una causa»? ¿Es una relación de ideas?
Uso Específico en el Texto de Hume
Hume afirma en el texto que la inferencia causal —la relación entre causa y efecto— no es una mera relación de ideas, ni para él, ni en general para ningún filósofo (racionalistas incluidos) (cfr. línea 9), pues todos pretenden que el principio de causalidad se aplica a los hechos; el principio de causalidad pretende ser una explicación de los hechos.
Según Hume, en el texto, la inferencia causal —la inferencia por la que anticipamos el efecto (un hecho) a partir de la causa— no es una relación de ideas porque no es necesaria («lo contrario es imposible e implica contradicción», dice en la línea 7-8). La inferencia causal es contingente (en las líneas 5-7 dice que siempre es posible concebir lo mismo un efecto que cualquier otro). Es, por tanto, por el contrario, una cuestión de hecho.
Por ello, sin experiencia —sin aprendizaje alguno— y con solo la razón pura (Adán) no es posible prever que la causa va a llevar a cierto efecto (líneas 1-2). La razón por sí sola no puede demostrar —deducir— que se va a producir cierto efecto, pues la razón no puede ver —intuir— el efecto a priori en la causa (líneas 3-4).
La causalidad no es demostrable (racionalmente), no es deducible por necesidad lógica (línea 8).