La Escuela de la Ignorancia y la Destrucción del Civismo: Un Análisis Crítico de la Modernidad

Jean-Claude Michéa: La Escuela de la Ignorancia y sus Condiciones Modernas

Primera edición: abril 2002 de la presente edición: Ediciones Acuarela Tesoro 25 20, Madrid.

Jean-Claude Michéa, profesor de Filosofía en Montpellier, nos sumerge en uno de los temas de discusión más controvertidos de nuestro tiempo: la educación. Los discursos oficialistas tienden a correlacionar los problemas educativos con una “falta de presupuesto”. Sin embargo, el problema es más profundo, más insidioso, más molesto de reconocer. No se trata de dinero, ni siquiera es válido el insustancial discurso de una “pérdida de valores” que nadie sabe qué significa. El problema de la educación, según Michéa, es una cuestión de diseño social, de decisión política consciente para evitar una Escuela de verdad.

I

En 1979, Christopher Lasch, uno de los espíritus más penetrantes de este siglo, describía en estos términos el declive del sistema educativo estadounidense: “La educación en masa, que prometía democratizar la cultura, antes restringida a las clases privilegiadas, acabó por embrutecer a los propios privilegiados. La sociedad moderna, que ha logrado un nivel de educación formal sin precedentes, también ha dado lugar a nuevas formas de ignorancia. A la gente le es cada vez más difícil manejar su lengua con soltura y precisión, recordar los hechos fundamentales de la historia de su país, realizar deducciones lógicas o comprender textos escritos que no sean rudimentarios”.

Desde este punto de vista, como cualquiera puede constatar, hemos entrado en una era realmente nueva: la época de la destrucción de las ciudades en tiempos de paz. Tomando la ciudad de Los Ángeles como el modelo preferido de todos los destructores modernos, es recomendable la lectura del excelente estudio de Mike Davis: Los Angeles, du jutllr, París: La Découverte, 1997 (pág. 13).

Observaciones sobre el concepto de ignorancia. Entendemos por «progreso de la ignorancia» no tanto la desaparición de la desaparición de los conocimientos indispensables en el sentido denunciado habitualmente (y, muy a menudo, de forma justificada), sino el declive constante de la inteligencia crítica; esto es, la aptitud fundamental del hombre para comprender a un tiempo el mundo que le ha tocado vivir y a partir de qué condiciones la rebelión contra ese mundo se convierte en una necesidad moral. Ambos aspectos no son completamente independientes, en la medida en que ejercer el juicio crítico exige bases culturales mínimas, empezando por la capacidad para argumentar y el dominio de las exigencias lingüísticas elementales que toda «neolengua» está destinada a destruir. Sin embargo, es necesario diferenciar uno y otro tipo de ignorancia, puesto que la experiencia cotidiana nos muestra que un individuo puede saberlo todo y no entender nada. Sin duda, es lo que quería decir Orwell cuando en su Diario de guerra escribe: «Si gente como nosotros comprende la situación mejor que los supuestos expertos, no es porque tenga poder alguno para predecir acontecimientos concretos, sino porque puede percibir la clase de mundo en el que vivimos (To grasp what kind of world we are living in)». La base epistemológica de esta distinción es, naturalmente, la imposibilidad manifiesta para reducir la actividad crítica de la Razón al simple uso de una base de datos por la que se podría navegar libremente. Al no tener en cuenta esta distinción, la sociología ministerial no tiene reparos en pretender –por medio de errores metodológicos de uso– que «el nivel (de la enseñanza) aumenta», y ello cuando todos los datos disponibles indican que, en los países industrializados, la juventud escolarizada es cada vez más permeable a los diferentes productos de la superstición (de la antigua astrología a la moderna New Age); cuando su capacidad de resistencia intelectual frente a las manipulaciones mediáticas o al bombardeo publicitario disminuye alarmantemente y cuando se le ha enseñado con eficacia admirable una sólida indiferencia hacia la lectura de los textos críticos de la tradición (págs. 14-15).

II

Al principio de El Capital, Marx define las sociedades modernas como aquellas “donde reina el modo de producción capitalista”. Esta definición es válida si se aportan algunas precisiones, que, ciertamente, son muy poco marxistas (pág. 17).

Desde este punto de vista, como cualquiera puede constatar, hemos entrado en una era realmente nueva: la época de la destrucción de las ciudades en tiempos de paz. Tomando la ciudad de Los Ángeles como el modelo preferido de todos los destructores modernos, es recomendable la lectura del excelente estudio de Mike Davis: City of Quartz: Los Ángeles, capitale du futur, París: La Découverte, 1997.

III

El aparato teórico de la Economía Política se basa en una idea a la vez sencilla e ingeniosa: para garantizar de forma automática la Paz, la Prosperidad y la Felicidad –tres sueños inmemoriales de la humanidad– bastaría con abolir todo lo que, en los hábitos, las costumbres y las leyes de las sociedades existentes(pag21)

El economista nos ve como «atomos sociales» en constante movimiento e impulsados por una unica consideracion: » la de su interes bien entendido“Del mismo modo en que el universo físico está sometido a las leyes del movimiento, el moral también lo está a las leyes del interés.” (C.A.Helvétius:De l’esprit, París: Durand, 1758.)(pag21)

Así pues, la validez teórica y práctica de esta premisa depende, naturalmente, de la propensión real de los individuos a funcionar tal y como exige la teoría, es decir, como nómadas y seres atomizados (pag 21)

Explica también que Engels haya podido ver en el triunfo de esta razón el “reino idealizado de la burguesía» (pag22) F. Engels: El Anti-Duhring. También es conocido el célebre análisis de Adam Smith: “No es de la amabilidad del carnicero, del mesonero o del panadero de donde esperamos obtener nuestra cena, sino del cuidado que pondrán en sus intereses. No nos referimos a su humanidad, sino a su egoísmo.” óp. cit.

IV
El interés egoísta, que la Economía política tiende a percibir como el único motor racional de las conductas humanas, es precisamente la única forma de actuar que por sí misma jamás podrá constituir lo que desde Nietzsche se denomina un valor. Efectivamente, un valor (ya sea el honor, la amistad, la dedicación a una obra o comunidad y, de forma general,cualquier forma de solidaridad o civismo)(Avishai Margalit: La sociedad decente,Barcelona: Paidós Ibérica, 1997.)
Como es sabido, a diferencia del animal, “el hombre no nace llevando consigo el sentido definitivo de su vida» (pag24)C. Castoriadis: La institución imaginaria de la sociedad, Barcelona: Tusquets, 1983.

Así pues, un sistema capitalista sólo es viable históricamente –e incluso, a este respecto puede generalizar en el conjunto de la sociedad ciertos efectos indiscutiblemente emancipadores del intercambio mercantil.(pag25)

V
 si las comunidades donde se impone su poder son lo suficientemente sólidas y vitales para contener en sí mismas los efectos antropológicamente destructores de la economía autonomizada. si la hipótesis económica dejara de ser lo que en esencia sigue siendo actualmente, es decir, una ingeniosa utopía, entonces la humanidad debería prepararse para afrontar una vida innominable y males infinitos.Cf. Michel Bounan: La vie innommable, París: Allia, 1993; y Baudouin de Bodinat: La vie sur terre,París: Encyclopédie desnuissances, 1996.

Ahora que desaparece de nuestras vidas, y pronto de nuestras memorias,comprendemos un poco mejor lo que el mundo moderno era realmente hasta fecha reciente. Lo que configuraba su complejidad, más allá de simplificaciones rituales de la ideología, era precisamente esa contradicción permanente entre las reglas universales del sistema capitalista y el civismo propio de las diferentes sociedades en las que se ponía en práctica. Era, pues, un mundo donde el “modo de producción capitalista” estaba muy lejos de reinar de forma absoluta .»un valor aproximadamente igual a los tres cuartos del PIB en la sociedad francesa contemporánea” (cf. Ahmet Insel: “La part du don”, La revue du MAUSS, nº 1, 1er sem.,1993, p. 221). (pag29)Efectivamente, junto a él subsistía un vasto conjunto de condiciones ecológicas, antropológicas y morales, donde, sin duda, lo peor podía convivir con lo mejor. Pero era un mundo en el que, desde nuestra situación actual, percibimos que si estas condiciones habían hecho posible un grado ya elevado de producción capitalista era en la medida en que, según las diversas modalidades,permitían limitar o amortiguar sus efectos más devastadores. En esencia, este complejo dispositivo histórico es el que permite comprender la ambigüedad constitutiva de la mayoría de las instituciones de la época.(como la escuela republicana) (pag29-30).Una de las funciones decisivas de ésta última era ya, evidentemente, someter a la juventud a los imperativos del Nuevo Orden, es decir, al reino naciente de la universalidad mercantil y de sus condiciones técnicas y científicas. Sirva como ejemplo,entre muchos otros, el obstinado combate de la escuela laica contra los “patois” (hablas regionales) y contra las distintas tradiciones populares y locales que, desde un punto de vista capitalista, son siempre arcaicas e irracionales por definición. VI

¡Deprisa, deprisa, camarada, el viejo mundo está tras de ti!” Refrán moderno.

si las comunidades donde se impone su poder son lo suficientemente sólidas y vitales para contener en sí mismas los efectos antropológicamente destructores de la economía autonomizada. si la hipótesis económica dejara de ser lo que en esencia sigue siendo actualmente, es decir, una ingeniosa utopía, entonces la humanidad debería prepararse para afrontar una vida innominable y males infinitos.Cf. Michel Bounan: La vie innommable, París: Allia, 1993; y Baudouin de Bodinat: La vie sur terre,París: Encyclopédie desnuissances, 1996.

conclucion:

Ahora podemos comprender en su triste verdad histórica el movimiento que, desde hace treinta años, transforma la Escuela llevándola en una dirección siempre idéntica. Invocando a la vez una «democratización de la enseñanza» (una mentira absoluta) y la «adaptación necesaria al mundo moderno» (una verdad a medias), lo que se está construyendo a través de todas estas reformas igualmente malas es la Escuela del capitalismo total…

…¿cómo podría la élite mundial mantener la gobernabilidad del ochenta por ciento de la humanidad sobrante, cuya inutilidad había sido programada por la lógica liberal?

Tras el debate, la solución que acabó imponiéndose como la más razonable fue la propuesta por Zbigniew Brzezinski con el nombre de tittytainment. Con esta palabra-baúl se trataba simplemente de definir un «cóctel de entretenimiento embrutecedor y de alimento suficiente que permitiera mantener de buen humor a la población frustrada del planeta»(es Decir pan y circo). Este análisis, cínico y despreciativo, tiene la evidente ventaja de definir, con toda la claridad deseable, el pliego de condiciones que las élites mundiales asignan a la escuela del siglo XXI.


SOBRE LA DESTRUCCIÓN DE LAS CIUDADES EN TIEMPOS DE PAZ

De ahí que la actual destrucción de las ciudades sea un fenómeno un tanto incomprensible si nos obstinamos en considerarlo como una simple consecuencia de las leyes Es aquí donde desempeñan su papel, modesto pero indispensable, las diferentestribus de grafiteros, maleantes, y camellos, naturalmente, junto con sus defensores asociados y patentados. En cuanto a los motivos concretos que obligan a los poderes modernos a acelerar la destrucción de las ciudades, éstos se derivan de una contradicción bastante sencilla. Por un lado, en el contexto de su misión modernizadora,estos poderes deben organizar la urbanización general de la vida, con todo lo que esto implica, principalmente en materia de tráfico y de destrucción del medio ambiente.Pero, por otro, esta universalización programada de la vida urbana jamás debe conllevar la ampliación y difusión de los efectos emancipadores que, desde el Renacimiento se asociaban al espíritu urbano, que solía ser de índole contestataria.(pag66-67).

AXIOMÁTICA DEL INTERÉS

“La religión es una cosa y el comercio otra.”Mandeville, Recherches sur la nature de la société, 1723.

De acuerdo con Alain Caillé, podemos designar la “axiomática del interés”como el dispositivo fundamental de la Economía política. Una de las principales consecuencias de esta axiomática es impedir la creación de toda antropología o psicología dignas de este nombre. (pag69)

Kant llega a reconocer que podría existir una sociedad justa con “un pueblode demonios”. Es de este punto del que debemos partir para comprender la genealogía de la amoralidad que define la conducta del consumidor moderno (Evidentemente, no hay que confundir la disposición ética moderna, es decir, la posibilidad que la metafísica utilitarista niega al hombre de cumplir un deber, por ejemplo, presentar resistencia, sin estarmovido por ningún interés, a las diferentes figuras del espíritu bien pensante, tal y como las programa el sistema capitalista según sus necesidades a cada nueva etapa de su desarrollo(70-71)

LA DELINCUENCIA Y SU INTEGRACIÓN

“Una forma de moral que fuese aceptable para todo el mundo, y a la que, por tanto, todos debieran someterse, me parece catastrófica.”Foucault.

 “La escuela de la rehabilitación nos ha llevado a no establecer diferencia alguna entre un delincuente yun hombre honesto.” Flaubert.

El Lumpen-proletariado, esta sarta de individuos corruptos de todas las clases, cuyo cuartel general está en las grandes ciudades, es, de entre todos los aliados posibles,el peor. Es una especie totalmente venal e imprudente. Todo jefe obrero que emplee a estos vagabundos como defensores, o que se apoye en ellos,demuestra que es un traidor al movimiento.” Denle a esos “traidores” un manual de estadística y algunas subvenciones estatales y obtendrán lo que los periodistas denominan la sociología moderna.

La delincuenciade los pobres, que se consideraba improductiva, en la actualidad está conectada con redes que producen beneficios. Desde el camello de barrio hasta los bancos de Luxemburgo, el círculo está cerrado. La economía criminal se ha convertido en un subproducto de la economía global, que se ha integrado en sus circuitos de marginación social. (J. de Maillard:  Une monde sans Loi, París: Stock, 1998, p. 84)(pag76)

Explicar el desarrollo de la delincuencia moderna (un desarrollo que, en un primer momento la sociología oficial consideró una mera “fantasía” de las clases populares) como una consecuencia coyuntural del desempleo es, a todas luces, un procedimiento provechoso para el sistema capitalista. Por un lado, logra presentar la “reactivación económica”, es decir, la ayuda creciente del Estado a las grandes compañías, como la clave principal del problema; por otro, evita preguntarse por lo que, en la propia lógica del capitalismo de consumo y en la cultura liberal-libertaria correspondiente, determina las condiciones simbólicas e ideológicas de una nueva relación de los individuos con la Ley.(pag79).

DE LA AMBIGÜEDAD DEL INTERCAMBIO MERCANTIL

“Existe, pues, una relación escondida entre estas dos palabras: libertad y comercio.”Tocqueville.

Los fundamentos antropológicos de esta sociedad están definidos por la triple obligación de dar, recibir y devolver . En otras palabras, lo que vincula personalmente a los sujetos (lo que hace que tengan una historia en común, es decir, una relación que se inscribe en el tiempo), en última instancia, es siempre una deuda simbólicay, por tanto, una forma cualquiera de fidelidad que debe honrarse. La magia del dinero, como equivalentegeneral, reside, pues, en la posibilidad que ofrece al sujeto de liberarse de una deuda contraída con quien dona en el instante que el servicio prestado se paga en el acto)(81-82)

No obstante, el problema reside en que una libertad de estas características se ve expuesta, si no se autolimita, a la paradoja de la paloma de Kant “que en su vuelo libre desplaza el aire cuya resistencia siente y que podría llegar a imaginar que volaría mejor en el vacío”(pag83)

A PROPÓSITO DE MAYO DEL 68

“Desconfiad de vuestros sueños de juventud, porque siempre acaban por realizarse.”Goethe

“Una dialéctica cuya evolución no es totalmente previsible puede transformar las intenciones del hombre en su contrario, y, sin embargo, hay que tomar partido inmediatamente.”Merleau-Ponty, Humanisme et terreur, 1947

La idea de que el capitalismo moderno no representa la traición a los ideales de Mayo del 68 sino, por el contrario, su realización, suele provocar una indignación muy comprensible debido al gran esfuerzo intelectual y psicológico que plantea su mero planteamiento(pag87)

La preparación de un mundo donde las pequeñas máquinas deseantes, organizadas en tribus multicolores, se agitarían patéticamente en el estrecho y convenido universo del espectáculo,la moda o la comunicación. De este modo, en muchas empresas, regiones,pueblos o barrios surgieron o resurgieron multitud de ideas y comportamientos extraños, que, con el uso y el tiempo, se revelarían definitivamente contrarios al nuevo orden que deseaban, cada cual a su manera.

transformarse tan rápidamente en aprobación liberal de todos los logros de la modernidad Si nos permitimos las simplificaciones necesarias, probablemente podamos explicar lo que ocurrió por medio de dos factores principales:

El primero de estos factores, de índole intelectual, es, por supuesto, la antigua creencia en el mito de un “sentido de la historia” y en el papel ineludiblemente positivo de todo progreso técnico y científico. a una mente acostumbrada a estos razonamientos le era casi imposible dejar de entusiasmarse a priori por todas las innovaciones que el espectáculo nunca dejaría de proponerle (celebrando así cada perfeccionamiento de la ortodoxia como un maravilloso progreso de la mentalidad herética.)

el segundo factor es de índole moral. Es el que confiere al deseode libertad su contenido efectivo y, con ello, su auténtico significado político,ello implica que nos rebelamos bien porque se trata de proteger a la humanidad en la propia persona, bien por solidaridad con respecto a los otros, puesto que no soportamos que un poder determinado los maltrate, humille, explote u oprima; es, pues, una solidaridad que está en primer lugar,destinada a la inmensa cohorte de los humildes, los débiles, los ignorados. Pero el rechazo a obedecer también puede tener su origen psicológico en el resentimiento, es decir, en el deseo, repleto de odio y envidia, de vengarse de las humillaciones padecidas (reales o fantásticas), ejerciendo el poder por cuenta propia. (pag89-92)

ANTICAPITALISMO Y CONSERVADURISMO

“Lo que nos invita a retroceder es tan humano y necesario como lo que nos impulsa a avanzar” Passolini.

Lo único que constituye la diferencia específica de la hipótesis capitalista es la idea de que el principio determinante de la Historia es, en última instancia, la dinámica de la economía y, por tanto, del progreso tecnológico en tanto que condición material básica de dicha dinámica. Partiendo de esta premisa, no es difícil prever cuál será la encarnación de la forma privilegiada del mal político en el imaginario capitalista, esto es, en el imaginario económico.(pag95)
Ésta es la razón por la que la Iglesia y el Ejercito se han convertido en el blanco privilegiado de todo paradigma moderno. Ello implica que el anticlericalismo y el antimilitarismo, por muy legítimos que sean, pueden ser cualquier cosa salvo actitudes anticapitalistas.


por otro lado, el ingenio y la capacidad de innovación de las clases populares es una de sus características históricas permanentes. Son precisamente estas virtudes las que siempre les permiten neutralizar una parte de las estrategias capitalistas, así como inventar en todo momento dispositivos que mantienen o reproducen el civismo y el lazo social donde quiera que la férrea lógica del Capital tienda a destruirlos. Así por ejemplo,basta con leer los interesantes análisis que Serge Latouche consagra en L’autre Afrique a la economía informal de Dakar, a “estrategias familiares en Grand-Yoff”(pag98)
Conviene esgrimir con extrema precaución la espada del Derecho y la Razón. El propio Kant, tan poco sensible a la seducción de lo concreto,
afirmaba que la “madera de que está hecho el hombre es tan nudosa que con ella no se pueden tallar vigas muy rectas»
Tenemos un firme sentido de la costumbre y de los sutiles juegos que permite crear a todos los niveles «Une fois n’est pas coutume ” (“Una vez al año no hace daño”) reza la sabiduría popular»
representa una de las principales fuerzas psicológicas de que todavía dispone cada individuo para librarse del poder que el Capital ejerce sobre su vida e intentar, así, ser lo más libre y feliz posible. De hecho hay muy poca diferencia entre este sentido de la costumbre y lo que comúnmente denominamos convivencia.

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